ESPECTACULOS
‘¿Qué de magnífico tiene ser yo? Teoría sobre la cama’

“Hay un vaciamiento enorme en el circuito oficial”

Julieta Ascar, quien está al frente de ¿Qué de magnífico tiene ser yo? Teoría sobre la cama, presenta la peculiar obra donde actúa Analía Couceyro, como parte del elenco.

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| néstor grassi

Qué de magnífico tiene ser yo? Teoría sobre la cama es una rareza en tanto obra de teatro. No obstante eso (o acaso por eso) fue un éxito de la temporada 2024 del Teatro San Martín. En 2025, el equipo de artistas vuelve a reunirse para hacer cuatro funciones, los martes de febrero a las 20.30 en el Teatro Metropolitan (Corrientes 1343). A partir de escritos personales de la artista plástica Zoe Di Rienzo, la periodista Liliana Viola hizo la dramaturgia, que dirige la escenógrafa Julieta Ascar. Sobre el escenario, se encuentran la propia Di Rienzo, con el músico Ismael Pinkler y las actrices Sofía Gala Castiglione y Analía Couceyro. Esta última y Ascar presentan en detalle la propuesta.

—Aparentemente el proyecto es de difícil encasillamiento. ¿De qué se trata?

Julieta Ascar: Con los roles de cada una corridos del lugar común, la pieza, entre el teatro y la performance, cruza las artes escénicas y las artes visuales, con cierto extrañamiento. El personaje es uno solo, que es Zoe, y dos actrices en el escenario representan las voces interiores o pensamientos de ella. Imaginamos que si los pensamientos, la mente y la memoria afectiva tuvieran forma, tendrían forma de cama, porque muchas de las cosas más importantes que hace el ser humano, como dar vida y morir, suceden en la cama. El texto final se abisma hacia un manifiesto, más que a una pieza dramatúrgica tradicional. Aparecen cuestiones del feminismo, como las demandas de la sociedad contemporánea, según las cuales una mujer debe cumplir con una checklist, para ser exitosa. El texto parte de ideas originales de Zoe y hay evocaciones a Shakespeare y Paul Preciado.

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Analía Couceyro: El personaje real de Zoe se relaciona con la historia de la representación de las mujeres en la pintura y la construcción del imaginario de la mujer. La cama es el centro a nivel temático. Toda la obra transcurre en una gran cama y su imaginario: el ocio, el descanso, el pensamiento. La cama que es un lugar vinculado al amor, al sexo, a la familia que ranchea en la cama y al ocio, algo político en este momento, frente a tantos discursos sobre el dinero y la productividad; el ocio está muy subvalorado.

—¿Por qué y cómo se produjo el desplazamiento de esta obra, una creación bastante experimental hecha en un teatro oficial, ahora a un teatro del circuito más comercial?

J.A: Pienso que no podemos hacer todos lo mismo, súper masticado y digerido, suponiendo que, si no, la gente no va. Teatros como el Cervantes o el San Martín tienen públicos cautivos y una forma de pensar, producir y tomar riesgos. Habíamos estrenado la obra en la sala Cunill Cabanellas. Fue un éxito, pero solamente pudimos hacer 17 funciones. No fue posible seguir en la grilla del San Martín, porque ya tenía otros compromisos. La producción fabricada por el San Martín, ahora moverla y hacer todo en el Metropolitan corre por cuenta de la compañía. Es una apuesta.

A.C: Las temporadas en teatros oficiales son cada vez más cortas por una cuestión de presupuesto. Las obras que siguen son por temas económicos: porque les quedó vacía la sala o porque no hay plata para producir una obra nueva. Hay un vaciamiento enorme en el circuito oficial. Pero quienes trabajamos en teatro, lo hacemos por una pasión más allá de que cobremos un sueldo o no. Cada vez hay más necesidad, pulsión, vitalidad de seguir por fuera y que las obras sigan.

—¿Escucharon el discurso del presidente Javier Milei en Davos? ¿Qué opinión les merece?

J.A: Es muy doloroso. Esta regresión acelerada enfrenta lo que parecía firmemente conquistado y afianzado. De todos modos, no creo que la sociedad real involucione a esa velocidad. ¿Cómo es posible que una persona con tan notoria disociación afectiva y emocional haya logrado acceder a gobernar una nación? La magnitud de violencia verbal y discursiva no dejó ni lugar para que, sobreadaptadas en mecanismos de negación y supervivencia, queramos creer que es parte de una pesadilla. Pero con convicción feminista y humanista: esto, también, pasará.

A.C: Ese discurso me produjo terror, bronca. Los discursos machistas y patriarcales son sostenidos incluso por mucha cantidad de mujeres. Pero es imprescindible, por las generaciones que han luchado, seguir adelante, ante esa voluntad de callarnos, de silenciarnos. El presidente habla y muestra su odio, su falta de empatía, su falta de registro al negar las diferencias abismales. Habla de lo distinto (mujeres, comunidad trans, inmigrantes, todo lo que no se asemeja a su modelo) con gran impunidad. Las mujeres todavía soportamos que se opine sobre nuestras vidas y nuestros cuerpos.

Elecciones profesionales

A.M.

Julieta Ascar y Analía Couceyro describen su vínculo con su vida profesional. La primera de ellas es, además, restauradora de teatros: “Si volviera a nacer, volvería a ser escenógrafa. Desde pequeña, se me ocurrió estar en el detrás de escena, construir discursos sin escribir, concibiendo una espacialidad donde se inscribe el texto teatral. Pero me da tristeza que cueste tanto vivir de esto ahora. Está todo bastante degradado. Yo soy madre soltera y sostuve y pude educar sola a mi hija, viviendo de esto, pero se está poniendo peluda la cosa hace un tiempito”.

Por su parte, la actriz participa de teatro, ópera y cine, y también escribe: “El teatro es como mi casa, mi hogar. Empecé a trabajar a los 14 años y no paré nunca. Para mí, antes era adictivo estar en el teatro. Ahora no necesito actuar con esa voracidad, pero nunca dejo de dar clases de teatro, algo que hago desde los 21. La ópera me da un placer enorme. Es un subidón de mucha adrenalina por muy poco tiempo. Me divierte lo técnico y lo preciso del trabajo en la ópera. Estar en espacios como el Colón y el Argentino de La Plata, ser parte de un gran engranaje, convivir con la música es muy conmovedor. El cine me encanta, es un aprendizaje y tiene el plus de que es algo de lo que queda registro, a diferencia del teatro, que es en el momento, y con una devolución que es inmediata. El camino de las películas es más largo y misterioso. Y la literatura estuvo siempre presente porque soy muy lectora. Además, ahora sale mi primera novela [titulada Yendo, en editorial Emecé]”.