ESPECTACULOS
‘MÁS ALLÁ DEL OLVIDO’

“Es un evento que tiene mucho del hecho de disfrutar ver películas”

La Semana del Cine Recuperado tendrá lugar del 15 al 19 de enero. Organizada por el Museo del Cine junto al Malba, se muestran films que hacen a diferentes legados y que dan cuenta de la tarea local e internacional a la hora de cuidar y mostrar películas.

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Saludo. Entre todo lo que se puede ver, habrá un homenaje a Soldi y se verá Historia de un gaucho viejo. | GZA. MAS ALLA DEL OLVIDO

Es un ciclo de películas recuperadas” dice Leandro Listorti, programador y archivista del Museo del Cine. Habla de Más Allá del Olvido, la primera Semana del Cine Recuperado, un evento generado por el Museo del Cine Pablo Ducrós Hicken y el Malba, un evento que pone a la luz el trabajo de ambas instituciones, fundamentales y gigantes a la hora del cine, de la exhibición, del cuidado de las películas para su existencia y visualización en el futuro. El ciclo tiene lugar del 15 al 19 de enero, tanto en el Museo como en el Malba, y suma Listorti: “Películas recuperadas es un término que costó mucho a la hora de definir lo que íbamos a mostrar. No son restauradas. Son recuperadas en el sentido de que son películas muy poco vistas o nada vistas. Algunas son restauraciones, otras son digitalizaciones, otras se proyectan directamente en su formato original. Hay muchos ejemplos de películas que nunca antes se vieron en formato original y que se pasan precisamente en 35 MM, en 16 MM”. Y suma: “La idea también era un poco visualizar el trabajo que hace el Museo del Cine durante todo el año, darle una forma que haga más fácil su llegada a la gente. De alguna manera eso echa luz sobre todo lo que se hace durante en el Museo del Cine con las exhibiciones, las proyecciones, las muestras, las restauraciones, los archivos y mucho más. La otra pata viene de Malba, claro”. 

—¿Por qué deciden llevar a cabo juntos esta semana?

—El Museo del Cine y el Malba son dos de las instituciones que más trabajan la recuperación de cierto material, cuando se podía restaurar y ahora un poco menos. De hecho una de las películas que pasamos es Historia de un Gaucho Viejo, que es de alguna manera una restauración que hizo el Museo, se digitaliza un nitrato que teníamos y se hizo un pequeño trabajo. Quizás no llegue a ser una restauración pero sí se hizo una mejora en la estabilidad y en los colores. Basicamente es eso, es juntar el trabajo de dos instituciones que están constantemente haciendo eso, y presentarlo. Por un lado también la idea también era reforzar que tanto el Museo del Cine y el Malba, en la figura de Fernando Martín Peña, tenemos relación con instituciones de otros páises y con otros festivales que también hacen lo mismo. Siempre de manera más desordenada, no tan orgánica, entonces un evento como este te obliga a tener un diálogo más regular, estar al tanto del trabajo que hacen las otras instituciones y aprender de cómo trabajan instituciones que en muchos casos son bastante similares a nosotros, pesé a que nosotros no tenemos una cinematica nacional (el Museo de alguna manera funciona de esa forma). A lo largo de todos estos años, se ha creado un diálogo con estas instituciones haciendo circular políticas, o por ejemplo este scanner que se armó en el museo es una copia exactamente igual de algo que hicieron en Uruguay, un compañero fue a Uruguay y aprendió cómo hacer el proceso.

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—¿Cómo eligieron las películas que hacen a la “Semana”?

—Por un lado había una idea bastante clara: queríamos algo con una impronta bastante latinoamericana, se le dió bastante importancia a todas las películas y trabajos que venían con un trabajo de América Latina. Después, bueno, cosas como la exhibición de La gota escarlata de John Ford, que se consideraba pérdida hace casi un siglo, es una película muy importante, sin dudas, pero fue descubierta en Chile. Tenía una pata latinoamericana. Eso ordenó mucho el trabajo. En general no queríamos el funcionamiento de un festival de cine, más marcado por estrenos, si no cosas que no se hayan podido ver antes. Había cosas que ya se habían visto mucho acá, y por eso no la dimos. Eso más que nada porque es muy acotado: son cuatro días. Tampoco había mucha disponibilidad de horarios y fechas. No podíamos pasar todo lo que quisiéramos. Al ser una primera edición, se hizo con muy poca plata, solo con un Mecenazgo. Por ese lado, eso, cosas que no se habían podido ver antes y con una impronta latinoamericana. 

—¿Cómo se compara con otros eventos similares en otros lugares del mundo?

—Después por otro lado, tenía que ver con lo que nos pasa al estar acá: muchos de estos espacios, eventos, que funcionan en otros lugares del mundo, como To Save and Proyect del MoMA o Toda la memoria del mundo, de la Cinemateca Francesa, o Il Cinema Ritrovato Festival en Italia, tienen un estándar muy alto de calidad, que nosotros no llegamos. Y en general, en América Latina tampoco. Solemos tener películas que son muy valiosas y que nos parecen muy importantes, que queremos que circulen y se vean, pero nos resulta difícil llegar a esas ventanas que la hacen muy visibles, que permiten que las vean mucha gente y circulen a nivel mundial. Entonces, un criterio fue mostrar cosas que no estuvieran necesariamente en 8K, sin una raya, en un estado casi de perfección inmaculado, si no cosas que no se ven perfectas, como una manera de hacer gráfica nuestra situación: no tenemos una cinemateca, se perdió un montón de cine y estamos mal. Si queremos ver películas argentinas y latinoamericanas lo mejor es esto. De hecho en el Museo tenemos un ciclo que es Cine Argentino en VHS y proyectamos directamente en VHS, películas qu hasta donde sabemos solo existen en ese formato (no hay copias en fílmico, digital u otras). Es esto, la tenés que ver así, como una amable manera de llamar la atención sobre estos problemas. Eso ayudó mucho a ver cómo definiamos la programación.

—La “Semana” se puede leer como una celebración del trabajo que han hecho, que siempre es mucho y notable. Y de quienes vienen a ver estas películas o están detrás de ellas.

—Justamente. Es juntarse entre lo que hacemos, lo que ven y los que queremos que vengan a ver. Por eso también la idea también fue que no se superpongan las funciones entre el Museo del Cine y Malba. Por eso hay charlas programadas para que podamos discutir temas, para que podamos vernos la cara. Muchos sabíamos que ir detrás de un objetivo a veces se logran ver objetivos que no aparecen cuando todo está disipado, y es más difícil mostrar lo que interesa y lo que se discute. Tiene de celebración, de ver cine, de disfrutar de ver cine. Todas las películas son valiosas, sí, pero también son buenas. La película de Ford es un caso claro pero esa misma función se pasa el corto que estaba debajo de la estatua de Cristóbal Colón, que esta es una buena ocasión para verlo. Damos la primera animación chilena, como un Quirino Cristiani chileno, de comienzos de los años 20 y eso lo trae Jaime Córdoba, que hace un festival en Valparaíso de cine recobrado. 

—¿Cuál es el problema más urgente?

—Viendo desde una mirada más macro, y viendo el panorama nacional, falta una política nacional de recuperación, educación y exhibición. No solo de material contemporáneo, sino también más antigüo. Hasta me animo a decir intermedio: el material de la época silente es más limitado en cantidad y tienen el sello de importante, pero mucho del material más reciente está en un estado más frágil. Del 2000 para acá, cuando empezaron a filmar en digital y se abandonó el filmíco. Creo que los soportos magneticos nunca terminaron de encontrar un lugar que los pueda conservar y restaurar, y en parte porque es más caro que restaurar fílmico y porque es muchísimo material, es como muy vasto el terreno. Está mucho menos escaneado ese tema. Los problemas del museo son los problemas del audiovisual argentino: la falta de una estructura estatal/privada que se encargue de conservar, de restaurar, de exhibir y de educar. El Museo lo hace con los términos y las limitaciones que tiene. Pero están surgiendo muchas cinematecas provinciales, que en pos de trabajar todos juntos permiten que objetivos comunes al menos sean más claros.