Los últimos años fueron sorprendentes y desafiantes: inestabilidad económica, la pandemia, guerras, cambios climáticos y una fuerte digitalización. Con cada novedad, detrás del barbijo, repensamos el papel que jugamos como integrantes de una sociedad que pareciera estar agotando su crédito. Y junto a toda esta realidad, las nuevas generaciones que muestran indicios de estar girando el foco: ya no se sienten seres estáticos y tradicionales, rompen el molde, viajan, se interesan, se comprometen, son libres y buscan ser sustentables con el entorno natural.
En este nuevo escenario, casi sin que nos diéramos cuenta, la Inteligencia Artificial dejó de ser una ilusión y saltó a través de las pantallas de nuestras películas de ciencia ficción a cada smartphone, respondiéndonos preguntas, pero también generándonos incertidumbre. La ponemos a prueba con inquietudes filosóficas y no podemos evitar imaginarnos en unos años conviviendo con una entidad sin alma que nos habla desde un pedestal, en lo que apenas es hoy su etapa germinal.
Lo desconocido y algunas preguntas obligadas
¿Vamos a vivir una crisis laboral sin precedentes? ¿Se va a terminar el arte como la conocemos? ¿Los nuevos dueños del planeta van a ser seres virtuales? Imposible no fantasear cuando hacemos futurología introspectiva por vergüenza a hacer el ridículo.
Pero este nuevo médano en el cual edificamos nuestros proyectos ya es tierra conocida para Rebeca Hwang, quien hace años es una especialista y referente del universo de la IA. Su historia es especial: nació en Seúl, pero nosotros decidimos creer que es argentina, y no está tan mal. Con solo un puñado de años llegó a nuestro país y forjó su carácter con toda la idiosincrasia criolla. Estudió en el Colegio Nacional Buenos Aires hasta que su destino apuntó al norte para seguir su carrera en Boston y después en California, donde empezó a relacionarse con la comunidad de Silicon Valley.
El 23 de junio fue convocada por Fundación OSDE, y en un auditorio repleto respondió las preguntas de José Del Río y de un público que escuchó ansioso durante casi dos horas la visión de la Líder Global del Foro Económico Mundial. Entre chistes mundialistas, de la economía nacional y de la enorme dificultad que es ser mamá, Rebeca expresó con seguridad que “la tecnología tiene que ser un medio de interacción entre otros seres humanos”.
Un nuevo protagonista
Gran parte de la charla estuvo centrada en la revolución que significa Chat GPT, y no dudó en sincerarse sobre la gran inquietud que le genera su existencia, “el algoritmo se perfecciona como lo hace un niño que aprende, mira el resultado y evoluciona…”. Y ante la pregunta del moderador sobre cómo nos diferenciamos de la IA, respondió: “la máquina no comete errores, nosotros sí, somos imperfectos, cometemos el mismo error una y otra vez. Somos irracionales, pero también inigualables…”.
Entre anécdotas y datos sorprendentes, la charla se consumió, y ante una pregunta directa la entrevistada aseguró, “el futuro es incierto y emocionante (...) La IA habla sobre la expansión humana y no sobre la economía”. Al respecto, Cristian García Sarubbi, Director de Comunicación y Desarrollo Humano de OSDE, declaró, “el método científico nos permite salir cada vez más rápidamente de las incertidumbres. La IA cambiará nuestra manera de trabajar, de relacionarnos y de resolver una gran cantidad de problemas”.
El desafío de la sociedad mundial
Rebeca Hwang logró describir con optimismo el panorama al que tenemos la obligación de adaptarnos. Lo hizo con humor, pero también recordando que “estamos por cruzar una línea en la que no hay retorno”. Cada paso en nuestra evolución debe ser sin olvidar que la tecnología es un medio para lograr una mejor interacción humana. Será vital que no perdamos en el recorrido el eje que debemos mantener como protagonistas. Como asegura Hwang, “seamos muy cuidadosos en la responsabilidad de la administración de la información que la gente usa para tomar decisiones”.