Muchos de los vaticinios respecto del Gobierno del periodista e investigador Nicolás Morás, al frente del exitoso canal de YouTube Los Liberales, se cumplieron. A un año del comienzo de la gestión de Javier Milei, Morás concluye que el Presidente es “un ladrón que roba más que los anteriores” y que pactó con quienes criticó fervientemente.
—¿Cuántas y cuáles de las cosas que vaticinaste en tus investigaciones al momento de la asunción de Milei hoy se confirman?
—En la última entrevista (bit.ly/NicolasMora) que me hiciste en PERFIL, poco antes del balotaje, dije que Milei abandonó el liberalismo y paulatinamente se fue convirtiendo en este populista conservador y mesiánico. A su vez, destaqué que adquirió los hábitos distintivos del animal político: pragmatismo, plasticidad, transigencia moral. Arriesgué que ganaría y ganó, apoyado por la financiación que le prodigaba el PJ, con el fin común de dinamitar Juntos. No se limitó a esto, sino que demostró un agudo maquiavelismo, fuera de cálculo para quienes lo estaban instrumentalizando.
Tardó menos de 72 horas en pactar con Bullrich y Macri, a quienes definía respectivamente como “montonera tira bombas” e “imbécil socialista”. A partir de las campañas de 2019 y 2021, indagué a fondo sobre la ruta del dinero hacia los “libertarios” estatistas y me topé con ciertos “sospechosos habituales”: Eurnekian, Elsztain, Manzano y el narcotraficante Fred Machado a la cabeza. Por el nexo con este último, Milei y Espert fueron denunciados por encubrimiento en una causa que obra en el Juzgado Criminal y Correccional Federal Número 8. Salvo Machado, preso en Texas, todos los “empresaurios” que señalé han hecho negocios regulados con la nueva administración.
También desentrañamos la composición del movimiento “anticasta”, descubriendo personajes bizarros de amplio prontuario, sacados de la mesa de saldos de los partidos tradicionales. Últimamente vemos postales que confirmaron todo: Scioli ministro, continuidad massista en Aduana y AYSA, Leila Giani, kirchneristas comandando el fisco y el Correo, sugestivo visto bueno de Cristina a la nominación del juez Lijo y, más recientemente, el escándalo del senador Kueider.
—¿Podés explicar por qué no estamos ante un gobierno liberal ni anarcolibertario?
—El Estado es un grupo de personas concretas con intereses concretos. Cualquier gobernante, sus financistas y subordinados están unidos por la búsqueda de mayor poder y recursos, en detrimento de la libertad de los ciudadanos. El Nobel Buchanan lo explicó en su Teoría de la Elección Pública. No importa la narrativa, miremos hechos concretos: el último Índice FADA revela que el Estado se quedó con el 64,3% de la renta de los productores agropecuarios en diciembre de 2024; el 5,4% más que al cierre de 2023. Milei subió el impuesto PAIS del 7,5% al 17,5%, previo a su finalización, que ya estaba programada. Reinstauró el impuesto a las ganancias, aumentó el de los combustibles y el del tabaco, que escaló a un brutal 73%. Subió las tasas aeroportuarias y lo intentó con las retenciones al campo. Duplicó la presión sobre monotributistas. Instauró controles fiscales sobre transferencias de apenas 400 mil pesos. En suma, elevó impuestos pese a que ya lideraban el ranking regional cuando asumió. Consecuentemente, su Leviatán es más vigoroso y vigilante, aunque gaste menos, y el sector privado es más pobre. Él entiende los impuestos como un robo, porque se trata de una extracción involuntaria al patrimonio ajeno. Comparto el concepto y agrego que, en sus propios términos, Milei es un ladrón que roba más que los anteriores.
A este cuadro distópico hay que añadirle una broma tragicómica: Milei anunciando que “cerró la AFIP” cuando en realidad le cambió el nombre. Neolengua orwelliana. ¿Y la dolarización? Bien, gracias. Tenemos un peso artificialmente apreciado, a fuerza de restricciones cambiarias comparables a las de Cuba y Venezuela. La inflación, carry trade mediante, pasó a ser en dólares, cercana al 100% en 12 meses. Los costos argentinos están por encima de los chilenos por primera vez, superan en un 50% a Brasil y duplican los de Paraguay. Llenar un carro del supermercado es más caro en Buenos Aires que en Madrid. Crece el éxodo de empresas extranjeras. Milei ha tenido el descaro de jactarse de que la gente vendió dólares para comer. La destrucción de lo que nos quedaba de capitalismo, cuya base es el ahorro y no el consumo. Ahora promete levantar el cepo solo si consigue deuda fresca, que es extender el saqueo estatal a las siguientes generaciones.
Y si bien la economía es el elefante en la habitación, abundan otras contradicciones graves. Milei solía pasearse por la TV portando un magnífico ensayo de Lysander Spooner, Los vicios no son delitos, que yo traduje al español. Se nota que no lo leyó. Bullrich y él siguen encarcelando inocentes y alimentando bandas criminales con el prohibicionismo. Aumentan los poderes policiales. Emprenden ciberpatrullajes. Se acosa a los críticos con idéntica virulencia al ciclo K. ¡Hasta sugieren el regreso del servicio militar obligatorio!
—Las críticas al Gobierno pecan frecuentemente de frivolidad: si manda Karina, si sus novias son reales, etc. ¿Por qué?
—Es la frivolidad propia de una sociedad frustrada. Así va cambiando de disfraz en forma recurrente, sin resolver una crisis crónica que ya parece perpetua. Cuando se insiste en soluciones que vengan desde el Estado –incluso cuando el problema central es su opresiva dimensión–, cualquier relato con un mínimo de elocuencia o espectacularidad puede venderse como la anhelada salida del túnel. Desde “el modelo” de bolivarianismo con Louis Vouitton pasamos al republicanismo vacuo de focus group. Del autoritarismo sanitario progre a un extravagante “liberalismo” megalómano y propenso a las citas bíblicas. Recuerdo a Mariano Moreno, periodista y liberal: “Si la gente no se educa (...) correremos la trágica suerte de mudar estas cadenas por otras nuevas, cambiando de tiranos sin abolir la tiranía”.
—Milei muestra inclinación a figurar internacionalmente. ¿Hay alguna conexión entre esta cualidad y su adhesión a las políticas de Nentayahu, tan cuestionadas en todo el mundo?
—Netanyahu es ante todo un criminal de guerra con pedido de captura vigente por parte de la Corte Penal Internacional. Pese a ello, encontró en Milei un embajador incondicional. Un posicionamiento geopolítico riesgoso para Argentina, considerando los dos atentados que acontecieron bajo su admirado “menemato”. Más allá de lo poco que reditúa al país, sin duda beneficia a Milei, puesto que la plataforma de lobbies proisraelíes financia y blinda mediáticamente a toda la “nueva derecha”: Trump, Bolsonaro, Abascal, Marine Le Pen, pese a ser hija de un colaboracionista nazi, Meloni. Estos actores chocan con una facción de las élites corporativas globales que abrazaron decididamente un discurso progresista, por tanto necesitan congeniar con otra facción influyente, que no tiene problemas con que la ONU releve 40 mil civiles asesinados en Gaza, o la prestigiosa revista científica británica The Lancet atribuya al accionar israelí la friolera de 186 mil muertes, sumando las resultantes por el bloqueo de alimentos y medicamentos y la ejecución selectiva de voluntarios que brindan ayuda humanitaria, “coche por coche”, en palabras del chef español José Andrés a la BBC. Una de las grandes luces del economista e historiador Murray Rothbard, otro ilustre desconocido que Milei cita a menudo, fue su férrea denuncia a la segregación brutal a los palestinos, la expropiación de sus bienes y otras prácticas del Estado de Israel que Rothbard, siendo judío, equiparaba con las atrocidades del nazismo.
—Siendo un exponente único, al menos en el mundo hispanoparlante, de un periodismo independiente de pautas oficiales, ayuda de ONGs u otros intereses, ¿cómo explicás el enorme éxito de tu canal, incluso tras ser boicoteado por YouTube?
—Creo que la clave del éxito de Los Liberales es haber logrado una audiencia fiel. Después de cuatro años emitiendo, 750 mil suscriptores y 155 millones de visitas, la gente sabe lo que va a encontrar cada vez que entra al canal: críticas impiadosas a todo el espectro político, fundamentadas en investigaciones rigurosas y bajo una mirada internacional que intenta conectar puntos, buscando la causa de las causas y el último porqué.
Desde que recuperamos la monetización, a comienzos de 2022, en gran medida gracias a la presión pública y a la cobertura que brindaron medios tradicionales como este, YouTube nos trató bastante mejor. Incluso parece asomarse una leve liberalización para los creadores, tras una era de censura intensa que aceleró la fuga de público a plataformas como Twitch y especialmente Tik Tok. Por ahora YouTube sigue siendo la nueva televisión, pero para mantener esa posición debe velar por la pluralidad de voces.
*Periodista, guionista y docente.