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Decisión de Trump

El congelamiento de fondos al exterior y las nuevas posibilidades

Con el congelamiento de los fondos de ayuda al exterior, Trump abrió un nuevo panorama internacional. No solamente le da la oportunidad a China de forjar nuevas alianzas, sino que el sur tiene la posibilidad de terminar con la dependencia (al menos, un poco).

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Tiro por la culata. La decisión de Trump puede afectar la economía de EE.UU. Washington está en riesgo de perder aliados estratégicos y futuros acuerdos comerciales. | afp

Dentro de las 24 horas de tomar su puesto dentro de la Casa Blanca, el 20 de enero, el presidente Donald Trump firmó una orden ejecutiva que congeló los fondos de la Agencia de EE.UU. para el Desarrollo Internacional (Usaid) por noventa días. La congelación de los fondos impactó a miles de ONG en cincuenta países, y ya se reportan muertes a causa de falta de dinero para ayuda médica.

Un juez federal estadounidense ordenó que Trump levante la congelación mientras su administración muestra pruebas de la necesidad de una suspensión masiva de fondos. Sin embargo, el gobierno no coopera con esta resolución.

Cleo O’Brien Udry, una profesora de Ciencia Política en la Universidad de Illinois Urbana-Champaign, está organizando una coalición de científicos políticos para investigar cómo los países a lo largo del mundo reaccionarán a raíz del vacío que deja la falta de ayuda internacional de EE.UU. “No tenemos aún evidencia existente sobre cómo las organizaciones se van a adaptar en los países receptores, aunque mi conjetura es que va a haber un efecto negativo muy, muy grande antes de que veamos algún tipo de recuperación positiva”, dice Udry.

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Y es que, aun si la administración Trump llega a colaborar con los cortes federales y resume la dispersión de fondos, la incertidumbre acerca de la ayuda internacional tendrá consecuencias de largo plazo para los países receptores y para los Estados Unidos.

Udry explica que las ONG que dependen de estos fondos para operar comenzaron a sufrir los efectos cuando sus empleados, casi con certeza, buscan trabajos fuera del sector público que les den más estabilidad financiera personal. “Las organizaciones perderán capacidad burocrática que se construye a lo largo de décadas”, lamenta Udry. “Todo ese conocimiento institucional y capacidad se pierde cuando se pierden esos individuos”.

Las relaciones internacionales entre los Estados Unidos y los países receptores también están en un estado frágil a raíz de la congelación de fondos. “Las relaciones entre naciones son más que solo la relación entre gobiernos”, comenta George Ingram, quien trabajó para Usaid en los años 90 y actualmente trabaja en el Brookings Institute, una ONG no partidista que promueve la política pública.

Ingram explica que las naciones también desarrollan relaciones a través de sus compañías privadas y organizaciones de sociedad civil. Usaid fue una de las formas en que los Estados Unidos promovieron sus relaciones positivas con otros países a través de apoyo financiero que iba directamente a organizaciones y no a sus gobiernos. Ahora, esas relaciones están en peligro.

“Cuando en tu primer día paras ese apoyo, rompes la confianza con todas esas personas y todas las organizaciones y los gobiernos”, dice Ingram. Sin confianza, expertos prevén que países receptores y ONGs intentarán desvincularse de los Estados Unidos.

“Sabemos que interrumpir estos fondos tiene consecuencias masivas para los países receptores, pero también significa que, por ejemplo, hay clínicas de salud que serán menos propensas a ver a los Estados Unidos como un socio confiable, e intentarán diversificar con quién trabajan”, aseguró Udry.

China aprovecha. Medios de comunicación reportan con preocupación que países como China podrían aprovecharse para fortalecer su propia influencia dentro de los países afectados por la falta de fondos estadounidenses. Al proponerse como un socio más confiable que los Estados Unidos, China podría ganar alianzas que luego sirvan de apoyo en convenciones internacionales. Entre otras, expertos dicen que China podría ganar influencia dentro del Banco Mundial. “Esto va más allá de una idea amorfa de la influencia”, asegura Ingram. Además, China podría beneficiarse de negocios con países que comienzan a recibir más fondos del país asiático. Esto, por supuesto, afectará la economía estadounidense.

Kim Thelwell, vicepresidente de comunicaciones y política de The Borgen Project, una ONG estadounidense que aboga por políticas para abordar la pobreza mundial, explica que la ayuda internacional tiene beneficios domésticos para los Estados Unidos. Entre ellos está la beneficencia de que, al ayudar a otros países a salir de la pobreza extrema, Usaid crea nuevos participantes en la economía global que consumen productos estadounidenses.

Udry añade: “China tendrá un porcentaje mayor en la participación del mercado en países receptores porque estará invirtiendo en ayuda y luego podrá desarrollar relaciones. Esto significa que fabricantes estadounidenses vinculados con Usaid sufrirán una crisis económica porque no estarán exportando tanto producto”.

Una oportunidad para el Sur. Ingram también advierte que China podrá verse como un socio más confiable que el país norteamericano sin tener que cambiar su política actual. Al permanecer como una figura estable, ya podría ganar la simpatía de más países, particularmente en Latinoamérica y África. Sin embargo, podría ser que las organizaciones y países que se ven afectados no vean con emoción la idea de desarrollar dependencia a otro poder mundial. Los eventos recientes acerca de la ayuda financiera internacional también han alarmado a organizaciones del sur global que son demasiado dependientes de la ayuda oriental y de los líderes económicos.

“Creo que lo que va a salir de esto es un enfoque delicado, con el movimiento de descolonización y los de desarrollo locales, con los que las organizaciones del sur global demandarán estar más en control y tener más control”, opinó Ingram.

Dicho esto, la transición a la independencia económica es larga y complicada. Hasta entonces, Ingram asegura que la ayuda internacional no está ni cerca de desaparecer por completo.

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