ELOBSERVADOR
Experiencias para ser contadas

Aquellos que estudian ruso en Argentina

Que Rusia haya sido duramente criticada en Occidente desde el comienzo de la guerra con Ucrania no hizo que el interés de los argentinos por aprender ruso mermara. Todo lo contrario: el conflicto aumentó la inclinación por conocer el idioma y la cultura.

26_04_2025_estudiar_rusia_cedoc_g
Cultura a través de idioma. “Como amante de la historia, creo que para entender a los actores mundiales es necesario estudiar su idioma y, así, acceder a su cultura”, dice Sergio, uno de los alumnos. | cedoc

Sabemos que el escenario internacional atraviesa una situación comprometida. Hay guerras en las zonas más estratégicas del mundo y los grandes poderes están enfrentados, no militarmente, pero sí en estado de tensión: Rusia y Occidente, China y Estados Unidos, India y China, los poderes intermedios.

En este cuadro, la guerra en Ucrania lleva tres inviernos y no sabemos cuántas bajas hay, aunque sí podemos estar seguros de que son cientos de miles. Si bien hay alguna perspectiva de cese del fuego e inicio de negociaciones, la situación es compleja.

Hace más de tres años, en Occidente las críticas a Rusia fueron muy extendidas. Se señaló a Rusia como peligrosa, agresora, y su imagen fue demonizada. En ese contexto, conforme avanzaban las penalidades, en Argentina pensábamos que todas las actividades relacionadas con Rusia sufrirían consecuencias, desde diligencias deportivas hasta aquellas relacionadas con la difusión de la cultura rusa.

Esto no les gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
Hoy más que nunca Suscribite

Sin embargo, para sorpresa, algunas actividades sufrieron un impacto contrario, por ejemplo, la enseñanza de idioma ruso y la difusión de la cultura rusa, en las que veníamos trabajando con esfuerzo desde hacía tiempo en la Cátedra de Rusia, del Instituto de Relaciones Internacionales, UNLP.

El número de inscriptos para el estudio del idioma ruso aumentó y la demonización dio la necesidad de saber más de Rusia.

La nueva era de la lengua.

Si bien la pandemia fue un hecho que modificó radicalmente nuestra manera de trabajar, hubo un acontecimiento mayor un poco antes que influyó en materia de interés de los argentinos por Rusia, la copa mundial de fútbol realizada por Rusia en 2018. Entonces, el Mundial motivó a muchos argentinos a estudiar ruso.

La nueva era en la difusión de la lengua y cultura rusa comenzó para nosotros en 2020. En todos los cambios revolucionarios siempre hay su lado positivo. Como se suele decir en ruso: “Håò õóäà áåç äîáðà”, que traducido al español sería “No hay mal que por bien no venga”.

Con el inicio de la pandemia, otro formato de trabajo ganó el terreno como herramienta indispensable para la enseñanza de la lengua rusa en Argentina. El formato de la videoconferencia, de hecho, devuelve la comunicación entre personas al marco clásico del lenguaje oral, donde la belleza y riqueza del habla, la entonación y el contacto visual vuelven a cobrar importancia.

En el contexto de la correspondencia en el chat, el modo de aislamiento y la sensación natural de soledad, angustia, pérdida de los familiares y más, han empujado a muchas personas a buscar una comunicación “en vivo”.

El idioma ruso, con su “alma viva”, atmósfera emocional, sentimientos y espiritualidad, a veces actúa como un medicamento, que, como dicen, el médico prescribe en un momento difícil. Creo que en parte es por eso que vimos un incremento tan importante en la demanda para aprender ruso en Argentina, un país donde la gente no ha salido a la calle durante muchos meses.

Además, la imagen internacional de Rusia, a pesar de la tendencia de manchar la reputación del país, alcanzó las tierras de los países latinos, donde Rusia fue vista como un gran amigo y aliado que estrecha la mano en el mal al afligido con su enorme potencial junto a los profesionales con gran experiencia en temas infecciosos.

La Sputnik.

La aparición de la vacuna Sputnik-V fue otro impulso importante entre los latinos, especialmente jóvenes y adolescentes, que quisieron aprender el idioma de un país tan destacado por su actuación en el período de pandemia. En otros términos, el mundo vio en Rusia un país aliado.

El papel de Rusia en la escena mundial en una grave crisis por el coronavirus, el desarrollo de la vacuna Sputnik V, la compra de lotes por parte de Argentina de la vacuna rusa, así como el concentrado para su producción, la ayuda humanitaria de Rusia a varios países y las actividades de mantenimiento de la paz en conflictos han colocado a Rusia en el centro de los principales acontecimientos mundiales.

Los medios de comunicación rusos, que cubrían los acontecimientos políticos, la vida cultural de la comunidad rusa y la lengua rusa se han convertido, sin duda, en un poderoso catalizador para la promoción de su cultura y su idioma durante la pandemia y la formación de la percepción de Rusia.

En la época de la cancelación.

Cuando comenzó el conflicto con Ucrania, el 24 de febrero de 2022, sentimos que, en parte, todo aquello altamente positivo de Rusia fue “olvidado”; sin embargo, la imagen nefasta que trataban de crear los medios occidentales afectó relativamente nuestro trabajo. Los jóvenes rusos fueron más afectados por esta imagen de Rusia enemiga y agresora. Notamos que muchos proyectos que estábamos por realizar con las universidades se congelaron, todo se puso en stand-by; sin embargo, nuestro trabajo nunca se interrumpió, por el contrario, continuó aumentando por parte de los interesados en el idioma y cultura de Rusia.

La cancelación de la cultura rusa en Europa, como la prohibición de un curso de Dostoievski en Italia; la despedida de la Filarmónica de Munich; la cancelación de los conciertos de Netrebko; la suspensión de presentaciones teatrales de obras de Chejov, también de conciertos de Tchaikovsky; el homenaje en el Parlamento canadiense a un combatiente ucraniano de la Segunda Guerra Mundial que luchó contra los soviéticos (cualquiera que sepa un mínimo de historia sabe contra quién luchaba la Unión Soviética en su frente oriental); o plantear que Gogol es un autor ucraniano, lo que es equivalente a decir que Kant es un filósofo ruso, pues nació en Kaliningrado.

Los rusos fueron presentados sistemáticamente como “malos”, pero en Argentina a pocos convenció ese desprecio hollywoodense. La gente quiere conocer el país, su historia, cultura, tradiciones. Hay argentinos que quieren estar el 9 de mayo, el Día de la Victoria, cuando los rusos festejan en la Plaza Roja para acompañar el desfile militar.

Otros datos que explican el mayor interés por Rusia.

Por un lado, el largo tiempo de relacionamiento diplomático entre ambos países (más de 140 años) fue un “facilitador”; asimismo, las varias oleadas de inmigración de rusos a la Argentina afirmaron un patrón de aceptación del pueblo argentino a los rusos. Hay que decir que el inmigrante ruso en Argentina es bien recibido. La llegada de cientos de rusos durante el último lustro y su rápida asimilación confirman lo dicho.

Las tradiciones rusas, la organización de las ferias gastronómicas, apertura de nuevos locales de comida, peluquerías, salones de modistas. Esa mayor visibilidad y el contacto directo llevaron a que se hablara más de Rusia. Además, cada vez son más los simpatizantes de la multipolaridad.

Una “semiembajada”. La Cátedra de Rusia se encuentra en la CABA, en la calle Ayacucho, y pertenece al Instituto de las Relaciones Internacionales de la UNLP, cuyo director es el reconocido profesor Norberto Consani.

La enseñanza del idioma ruso se basa en el convenio entre la Universidad de San Petersburgo y la UNLP, firmado en 2018. Es importante destacar que, sobre la base de ese convenio, se llevan a cabo los exámenes internacionales de ruso, incluso test para la ciudadanía rusa. Los exámenes internacionales se realizan a través del sistema del Test of Russian as Foreign Language o Torfl, una prueba estandarizada supervisada por el Ministerio de Educación y Ciencia de Rusia.

Es importante aclarar que la Cátedra de Rusia es el único emprendimiento universitario, donde el idioma ruso es encarado de modo integral. Nunca fue interrumpido por carencia de los alumnos o por algún acontecimiento político.

Aunque puede sonar un poco ambicioso, los argentinos se refieren a la cátedra como una “semiembajada”, pues desde la cátedra damos respuestas y orientaciones a muchos requerimientos que nos hacen: la enseñanza del idioma español para recién llegados, asuntos de migraciones, traducciones legalizadas, pasajes, adaptación social, temas de niños adoptados de los orfanatos rusos, reuniones con sus padres, y el apoyo a los alumnos argentinos con distintos temas en Rusia. Además de las respuestas a las preguntas como: “¿Dónde puedo comprar albóndigas?”, o “¿dónde puedo conseguir una cruz ortodoxa?”.

Nuestra mayor recompensa en esta difícil y noble actividad es el permanente reconocimiento por parte de los cursantes y de todos aquellos que encuentran en nosotros una asistencia a sus inquietudes. La Cátedra de Rusia regularmente brinda a sus alumnos seminarios, conferencias, ciclos de charlas sobre Rusia, olimpíadas del idioma, concursos, presentaciones de libros, conferencias y exposiciones que abordan desde la política hasta la literatura.

En abril de 2025 comenzamos el ciclo de charlas online sobre Rusia, con temas como “Rusia-Estados Unidos, encuentros y desencuentros” o “La literatura soviética”. Además de estas y otras charlas, se preparan encuentros para la conmemoración del 9 de mayo, en los que, por supuesto, pueden participar no solo los alumnos, sino todos los interesados.

Actualmente, tenemos estudiantes de diferentes lugares y edades. Los más pequeños alumnos son de 5 años. Los alumnos que estudian ruso son de diferentes provincias de Argentina y de los países regionales como Chile Perú, Ecuador, Honduras y México. También a nuestras clases y encuentros sobre Rusia asisten miembros del Instituto del Servicio Exterior de la Nación (ISEN) y del Ministerio de Asuntos Exteriores de Argentina.

Viajes educativos. Además, desde 2023 la Cátedra de Rusia comenzó a realizar viajes educativos con el auspicio de dos instituciones académicas rusas emblemáticas: el Instituto de la Cultura y Lengua Nevski en San Petersburgo y la Universidad Estatal de San Petersburgo. De esta manera, ayudamos a cumplir el sueño de nuestros alumnos de conocer, estudiar y vivir en Rusia.

Para el próximo 9 de mayo, que se cumplirán los 80 años del fin de la Segunda Guerra Mundial, denominada en Rusia Gran Guerra Patria, planeamos realizar un viaje educativo a Rusia con el fin de que los alumnos puedan vivir la celebración de la victoria soviética sobre la Alemania nazi.

A propósito de viajes a Rusia, a finales de 2024, hemos realizado con alumnos de la cátedra un viaje a San Petersburgo y Moscú y fuimos recibidos en la capital por el embajador argentino Enrique Ignacio Ferrer Vieyra, quien nos brindó una cálida bienvenida en la embajada.

Quiero destacar que el embajador se contactó conmigo para comenzar a estudiar ruso antes de su viaje a un destino tan lejano, frío y exótico para él. Durante la conversación, hemos considerado que se firman numerosos convenios y acuerdos, declarados en la prensa, pero la mayoría no prosperaron aún. Para usar la terminología común: “Se guardan en el cajón”.

Esto sucede por diferentes motivos, siendo el primero la falta de conocimiento del idioma y la cultura en general. Aquí el papel de la cátedra es fundamental. De manera que la cátedra es un puente que ayuda a entender cómo construir la relación con el país.

Aprender un idioma es incorporar más que una lengua. Es incorporar historia, nombres, ciudades, tradiciones, hábitos, tragedias. Si solo aprendiéramos el idioma ruso haciendo abstracción del contexto cultural, entonces habríamos aprendido muy poco. Porque saber el idioma ruso sin conectarlo con la cultura rusa sería como aprender a tocar el piano sin aprender música: “Se sabe, pero no se sabe”.

Por qué los alumnos eligen el ruso. Sería muy extenso volcar aquí los motivos que llevaron a cada uno de los alumnos a estudiar el idioma ruso, así como participar en las variadas actividades culturales que realizamos con regularidad en la cátedra. Por ello, lo más práctico sería hacer una síntesis de las motivaciones para contar con una idea bastante aproximada.

En primer lugar, se registra un gran interés en Rusia, por su historia, su literatura, sus hábitos, tradiciones, su protagonismo en el siglo XX. Algunos alumnos poseen importantes conocimientos de Rusia, pues se trata de profesionales con títulos en literatura, historia, filología y relaciones internacionales. Estos estudiantes tienen gran avidez por saber acerca de Rusia y entienden que el conocimiento del idioma resulta capital para tal propósito.

Por otro lado, hay cursantes que llegaron al estudio del idioma por el enorme placer que les proporciona la lectura de los grandes escritores rusos, desde Lermontov hasta el gran Tolstoi, pasando por Dostoievski y Gogol. Al igual que sucede con el grupo de profesionales, estos cursantes entienden que incorporar el idioma ruso les proporciona una importante herramienta para expandir sus conocimientos profesionales.

También están aquellos que sueñan con conocer este lejano país. Entienden que no es lo mismo viajar a un país sin conocer su idioma que conociéndolo. De modo que aquí el estudio es motivado por viajes y por la posibilidad de llegar a vivir un tiempo en Rusia, situación que sería ideal para la profundización de los conocimientos del idioma. Nosotros tenemos muchos casos de estudiantes de ruso que terminaron siguiendo carreras universitarias en Rusia, e incluso algunos que se han quedado a vivir en ese país.

También están aquellos estudiantes del idioma que se han acercado porque siempre fueron cautivados por nombres de rusos famosos, desde bailarinas hasta grandes músicos, actores, deportistas, escritores, ajedrecistas o científicos. Como sabemos, Rusia ha sido y es una cantera inagotable de talentos y pensadores.

Finalmente, están aquellos que tienen raíces rusas y quieren completar el vínculo dominando el idioma, pues en Argentina hay numerosos descendientes de rusos y ucranianos que no necesariamente saben el idioma.

*Doctora en Ciencias Políticas, coordinadora del Departamento de Rusia del Instituto de Relaciones Internacionales de la UNLP.

Disfrutá nuestra newsletter
Recibí en tu email todas las noticias, coberturas, historias y análisis de la mano de nuestros periodistas y editores especializados.