Para quien no se mueva en el universo del arte contemporáneo argentino y sea del grupo de los espectadores ocasionales o curiosos, el nombre de Gabriel Chaile quizá se decodifique en “Mama Luchona” o también en el artista que hace con barro grandes esculturas.
Sea una u otra cosa, eso define a Chaile, este artista de cuarenta años que nació en San Miguel de Tucumán, y que con su propuesta estética se posicionó a punto de ser uno de los mejor cotizados de Argentina. Además, sin buscarlo, es protagonista espontáneo de esa suerte de batalla silenciosa que parecen haber generado dos grandes desarrolladores urbanos que a la vez son dos de los grandes coleccionistas de arte que hay en Argentina: el mediático Eduardo Costantini, y el conocido pero por ahora no igual de popular, Andrés Buhar.
Gabriel Chaile, de niño invisible a artista cotizado.
Este último –Andrés Buhar– es quien transformó un banco del microcentro porteño en Arthaus, un espacio de arte, con una terraza y restaurante de próxima inauguración que balconea sobre la cúpula con vista a la Catedral Metropolitana. Una “Mamá Luchona” de Gabriel Chaile fue la primera gran obra –por tamaño y cotización– que Andrés Buhar colocó como objeto que da la bienvenida a quienes ingresan a Arthaus, y a quienes no, igualmente la observan desde la vereda. No mucho tiempo después de eso, Eduardo Costantini anunció desde la Bienal de Venecia que había comprado las cinco obras de Chaile que allí éste presentó.
Este verano 2025, este artista tucumano expondrá por primera vez en Uruguay, y el próximo 6 de enero, en el espacio que en José Ignacio tiene la Fundación Cervieri Monsuárez se inaugurará Los jóvenes recordaron sus canciones, un proyecto site-specific de Chaile concebido especialmente para dicha fundación. Esto tiene la curaduría del mexicano Pablo León de la Barra. En su propuesta, este artista propuso ocupar el edificio de la Fundación con un grupo de obras producidas por Chaile y su equipo de trabajo, en José Ignacio.
¿Quién el coleccionista que eligió a Chaile para inaugurar su galería en un ex banco de la City?
Con el curador Pablo León de la Barra, el artista concibió Los jóvenes recordaron sus canciones como una propuesta que dialoga con una tradición uruguaya que tiene como referentes a las culturas prehispánicas de artistas como Joaquín Torres García, y también de, por ejemplo, el arquitecto Rafael Viñoly quien tomó como referencia la arquitectura de Machu Picchu para crear el muro exterior de la Fundación Cervieri Monsuárez, construido por maestros pedreros peruanos.
“El barro, que además tiene el mismo color de su piel, marrón, sirve como material que evidencia la fragilidad de estas historias por sobrevivir las narrativas oficiales de la blanquitud que de manera constante intentan apagar e invisibilizar las historias de los otros”, explicó el curador De la Barra que trabajó con Chaile en una expo en el Guggenheim de Nueva York.