Paula Moreno Román participó de una conferencia de prensa organizada por estudiantes de la Facultad de Comunicación de la Universidad del Sur de Buenos Aires (USBA) del Grupo Perfil, en la que se refirió al hostigamiento del presidente Javier Milei hacia los medios de comunicación. "Nosotros lo analizamos mucho desde Fopea. Nos parece que estamos viviendo un momento complejo, signado por la intensidad. La mirada que el Gobierno tiene sobre el periodismo nos preocupa. Especialmente, a Fopea le preocupa que Milei no valore el periodismo. Porque, más allá de su postura, todo eso se canaliza en una actitud muy agresiva hacia los periodistas", declaró.
La presidenta del Foro de Periodismo Argentino (Fopea) también se refirió a la autoreflexión que deben hacer los periodistas sobre su propia profesión. "La opinión pública ya no tiene una buena percepción del periodismo. Vamos a empezar por el principio y vamos a mirarnos también, porque si no, estamos hablando entre los mismos. El periodismo tiene mucho qué revisar, tenemos mucho qué revisar en nuestra práctica. Y eso hace también a la opinión pública. Los periodistas tenemos mucho para trabajar en términos de autocrítica, sobre nuestra práctica. Hoy no estamos tampoco en un buen momento de empatía con las audiencias, y eso hace que nuestros niveles de credibilidad también sean bajos", destacó Moreno en el Ciclo de Entrevistas a cargo de Rodrigo Lloret, director de Perfil Educación y rector de USBA.
—¿Cuál es su percepción acerca de la situación que atraviesa el periodismo en medio de las descalificaciones y los insultos del presidente Milei?
—Nosotros lo analizamos mucho desde Fopea. Nos parece que estamos viviendo un momento complejo, signado por la intensidad. La mirada que el Gobierno tiene sobre el periodismo nos preocupa. Especialmente, a Fopea le preocupa que Milei no valore el periodismo. Porque, más allá de su postura, todo eso se canaliza en una actitud muy agresiva hacia los periodistas. Y nos parece complejo, no sólo por lo que el periodismo significa en términos institucionales. Me parece que lo que estamos necesitando, además, para dar una discusión efectivamente clara en este tema, es hablar y establecer alianzas. Y ahí la ciudadanía que accede a la información, me parece que tiene un rol central. Por lo que es importante generar audiencias críticas. Nos parece que es sumamente complicada la situación por el nivel de agravio que hay hacia el periodismo en su conjunto, y hacia marcados periodistas en particular. Tengo la sensación de que hay un nivel de anestesia general que no está midiendo el problema que esto configura. Es de una complicidad notable.
—Más allá de los ataques de Milei al periodismo, ¿usted cree que el periodismo debe realizar una autocrítica?
—La opinión pública ya no tiene una buena percepción del periodismo. Vamos a empezar por el principio y vamos a mirarnos también, porque si no, estamos hablando entre los mismos. El periodismo tiene mucho qué revisar, tenemos mucho qué revisar en nuestra práctica. Y eso hace también a la opinión pública. Los periodistas tenemos mucho para trabajar en términos de autocrítica, sobre nuestra práctica. Hoy no estamos tampoco en un buen momento de empatía con las audiencias, y eso hace que nuestros niveles de credibilidad también sean bajos. No obstante, el valor del periodismo en su conjunto sigue siendo el mismo del día uno. Nosotros sostenemos el valor del periodismo, entendemos que un periodismo potente, un periodismo que lleve adelante su tarea en esencia y potencia por los adelantos tecnológicos, nos va a permitir construir una mejor ciudadanía. Está claro que tienen incidencia los dichos de líderes de opinión, como efectivamente puede ser el Presidente. Pero, también debo decir que no es la manera de llevar adelante este planteo, porque la discusión con gritos de por medio, tampoco abre el debate sobre cuál sería la manera de mejorar al periodismo.
—¿Cuál es el principal desafío para los periodistas en este momento?
—Hacer periodismo. Hacer buen periodismo. Y yo creo que además tener temple. El temple es suficiente para no entrar en juegos que pueden terminar siendo funcionales al agravio. Y ahí entramos en un terreno mucho más complejo. Porque no es fácil. El ataque no es la crítica. La crítica es parte de las reglas del juego, y nosotros tenemos que ser permeables en las críticas, entenderlas, incorporarlas, mirarlas. El problema es el insulto. Es el agravio, es la imputación de un delito. Cuando nos dicen extorsionadores, ensobrados. Ese es otro terreno. El desafío es lograr que todo eso no termine generándonos lo peor que nos puede generar, que es la autocensura. Mejor no cubro esto, mejor no me meto acá porque puede traerme problemas. Yo trabajo en Patagonia, quizás no tengo un rebote directo por mi trabajo cotidiano en el propio presidente Milei, pero sí lo tengo por mi rol como presidenta de Fopea. Si se valida esa agresión desde los primeros niveles, es muy peligroso. Porque hay otros funcionarios, en otros lugares que interpretan que esa es la manera posible.
—¿Cómo evalúa la decisión del Gobierno de limitar los pedidos de acceso a la información pública?
—En términos de la información pública hemos tenido algunas novedades que no son demasiado halagüeñas. La reglamentación reciente de la Ley de Acceso a la Información Pública nos generó una alerta. Sobre todo, porque la reglamentación entendemos que contraría el espíritu mismo de la ley. Y en primera instancia eso no puede suceder en una reglamentación. Pero además no puede suceder, conceptualmente, en un proceso democrático. Hay mucho para discutir aún, de todas formas, sobre la aplicación de esa ley. Nosotros somos una organización muy visible, pero pequeña estructuralmente. Embarcarnos en una denuncia penal o en una demanda civil es muy complejo. Nosotros estamos para otra cosa y necesitamos trabajar en otras cosas. No distraernos.
—¿Cómo vivió Fopea, y usted en particular, el hostigamiento digital que recibieron por parte de militantes del oficialismo?
—Hicimos esa denuncia en junio, una denuncia que hice yo personalmente por hostigamiento digital de un equipo que entiendo que es paraestatal, a propósito de un reproche que nos hacían por una intervención en un caso de libertad de expresión. Y generaron toda una situación compleja. Se fueron contra las redes de Fopea, contra las mías personalmente y contra las de Claudio Jacquelin, que es el vicepresidente. No lo podíamos dejar pasar.
—Agradecemos su participación en este Ciclo de Entrevistas organizado por estudiantes de la Universidad del Sur de Buenos Aires (USBA) y le damos la posibilidad de cerrar con un comentario final.
—El comentario es sencillo: volvamos a hacer periodismo. No perdamos de vista qué significa hacer periodismo. Volvamos a las bases del periodismo. Entendamos y consideremos. Seamos empáticos con nuestras audiencias, que definitivamente nos necesitan. Y no distanciarnos más de nuestras audiencias. Cuanto más podamos predicar en este sentido, me parece que más productivo puede ser. Y les agradezco mucho el espacio. Ojalá que les haya servido esta entrevista, ya que están formándose en esta profesión.
Norma Cabada, Fernando Romano, Julia Martínez
Estudiantes de la Facultad de Comunicación
Universidad del Sur de Buenos Aires (USBA)
