ECONOMIA
OPINION

Qué debe contemplar la reforma tributaria argentina para ser exitosa

Necesita trascender el corto plazo. Simplificar el sistema y eliminar impuestos secundarios es solo el comienzo. El verdadero desafío está en rediseñar un esquema impositivo que promueva la equidad, la competitividad y el desarrollo económico, respetando las particularidades de cada región.

Reforma tributaria: qué ejes debería contemplar para ser exitosa
Reforma tributaria: qué ejes debería contemplar para ser exitosa | CEDOC

Hace exactamente 15 años, publiqué el libro “Análisis de Eficiencia y Equidad del Sistema Tributario Argentino”, que fue parte de la tesis de mi Maestría en Economía (summa cum laude), publicada en formato libro por la Editorial Académica Española. En nuestro país se usó para algunos posgrados, pero pasó sin pena ni gloria por las librerías. En España y México se vendió muy bien y se escribieron varios papers sobre lo planteado en el libro.

Gobernadores en alerta por el 2025 fiscal (y no sólo por el Presupuesto

En ese momento, hace 15 años atrás, el sistema tributario argentino ya era una telaraña de parches y modificaciones sin sentido ni lógica alguna, y así siguió durante quince años hasta este momento. Por ejemplo, el impuesto a las Ganancias se creó en 1973 y, desde esa fecha, fue modificado por 347 normas. Lo mismo ocurrió con su Decreto Reglamentario, que duplicó sus modificaciones, pero nunca se realizó una reforma integral sobre el impuesto.

El gran problema en la telaraña impositiva es que los legisladores que redactaron las normas nunca trabajaron ni tuvieron experiencia real en la aplicación de las mismas, ni tampoco se trabajó en conjunto con los Consejos Profesionales de Ciencias Económicas ni asociaciones de profesionales especializados en el tema. Desde la creación de AFIP en 1995, solo su primer director, Carlos Silvani, tenía experiencia y capacidad real, sin afiliación partidaria. Luego de él, siempre hubo personajes designados por el gobierno de turno, sin ningún tipo de capacidad, experiencia o profesionalismo como para dirigir un cargo tan importante.

Impuestos

En la actualidad, el sistema tributario argentino enfrenta un dilema estructural que requiere atención urgente: cinco impuestos concentran el 87% de la recaudación, mientras un universo de más de 160 gravámenes genera distorsiones, evasión y un costo administrativo exorbitante. Según el Ministerio de Economía, se trabaja en una reforma estructural que reduciría en un 90% la cantidad de impuestos nacionales. Sin embargo, ¿cómo sería posible transitar hacia un sistema más simple, eficiente y equitativo sin comprometer la sostenibilidad fiscal?

En busca de una agenda de reformas tributarias

En este análisis, desglosaré los cinco impuestos principales del esquema actual, los desafíos de la propuesta de reforma y los pasos necesarios para un cambio exitoso.

Los cinco grandes impuestos del sistema tributario

  1. Impuesto al Valor Agregado (IVA)
    El IVA es responsable de aproximadamente el 28% de la recaudación total. Su diseño permite una alta capacidad recaudatoria, pero su regresividad lo convierte en un tema de debate constante. Las personas de menores ingresos destinan una mayor proporción de sus recursos al consumo, soportando una mayor carga relativa de este impuesto. Aunque existen tasas diferenciadas para ciertos bienes y servicios esenciales, estas no resuelven completamente el problema de la equidad. Sin embargo, en un país donde el 50% de la economía se mueve en la informalidad, se pierde mucha recaudación. Es muy probable que si se bajan los impuestos, esto lleve a un aumento en la recaudación, dado que la presión fiscal actual es imposible de cumplir para cualquier pequeña o mediana empresa. Según la curva de Laffer, en una situación como la actual, una baja de tasas aumentaría la economía formal, y por ende la recaudación de este impuesto. Este punto de la teoría económica  el presidente lo entiende perfecto.

  2. Impuesto a las Ganancias
    Con un 26% de la recaudación total, este impuesto es clave en el esquema fiscal argentino. Sin embargo, su complejidad y las excepciones generan inequidades y facilitan la evasión. Para las empresas, representa una barrera significativa, especialmente en un contexto de elevada presión fiscal. Hace poco se aplicó una escala diferencial para pequeñas empresas, pero nunca se aplicó un régimen especial con beneficios reales para las Pymes.

  3. Impuestos a los Ingresos Brutos (IIBB)
    Este impuesto provincial recauda un 21% del total y es uno de los más distorsivos. Su estructura en cascada grava cada etapa de producción y comercialización, generando incentivos negativos para la formalidad y encareciendo los productos finales. Este impuesto no se aplica casi en ningún lugar del mundo, salvo Argentina, Venezuela, y México que lo aplica solo a nivel Municipal. Otros países como Brasil lo fueron reemplazando por un IVA provincial, algo que está en estudio en Argentina desde hace años y participe de varios proyectos, que como siempre, ningún político se animó a llevar adelante.

  4. Impuesto sobre los Créditos y Débitos en Cuenta Corriente (Impuesto al Cheque)
    Representa el 8% de la recaudación. Aunque fue concebido como una medida temporal, se ha convertido en una herramienta permanente. Su impacto sobre la economía formal es perjudicial, incentivando la informalidad y dificultando el acceso al crédito. Es tan fácil de recaudar (lo hace el banco en lugar de Arca) que ningún Gobierno lo quiso sacar. En el resto del mundo el impuesto es para las operaciones en efectivo (por tema lavado de dinero), pero en Argentina siempre estamos a contramano, y es un desincentivo a queres bancarizar operaciones.

  5. Derechos de Exportación (Retenciones)
    Contribuyen con otro 4% de la recaudación. Estos gravámenes, aplicados principalmente a productos agrícolas, representan una fuente importante de ingresos para el Estado, pero afectan negativamente la competitividad internacional y el desarrollo de sectores clave. Su eliminación o reducción sería fundamental para incentivar las exportaciones, pero plantea el desafío de reemplazar estos ingresos con otras fuentes.

La producción de soja, con poco margen de ganancia debido a los precios internacionales y las retenciones

El dilema de la simplificación tributaria

La simplificación del sistema tributario argentino es una necesidad evidente. La proliferación de impuestos de baja recaudación genera altos costos de cumplimiento para los contribuyentes y administrativos para el Estado, además de incentivar la evasión. Sin embargo, simplificar no implica únicamente eliminar impuestos secundarios; también requiere revisar profundamente los cinco grandes que concentran la mayor parte de la recaudación.

Motosierra: “Se está preparando una reforma tributaria muy audaz, de 155 impuestos pasaríamos a 6 o 7”

El estudio de Idesa subraya la importancia de firmar un Acuerdo de Coordinación Fiscal entre la Nación y las provincias. Este acuerdo debería reordenar las potestades tributarias, eliminando superposiciones y estableciendo criterios claros para la coparticipación. En este sentido, la reforma tributaria no solo debe apuntar a simplificar, sino también a federalizar y descentralizar los recursos de manera más equitativa.

Lecciones del pasado y desafíos actuales

Históricamente, los intentos de reforma tributaria en Argentina han enfrentado barreras políticas y económicas. Las provincias dependen de impuestos distorsivos como Ingresos Brutos, mientras que el gobierno nacional se apoya en gravámenes como las retenciones para financiarse rápidamente. La falta de un consenso amplio y de una visión de largo plazo ha resultado en cambios superficiales en lugar de transformaciones estructurales.

El contexto actual, con un gobierno que propone reducir un 90% los impuestos nacionales, plantea interrogantes. Si bien la propuesta es ambiciosa, su implementación requiere de:

  1. Un análisis detallado de los efectos redistributivos: Los cambios en los impuestos deben garantizar que no se amplíen las brechas sociales y económicas.

  2. Mecanismos de transición: La eliminación de impuestos distorsivos debe ser gradual, para evitar un impacto abrupto en las finanzas públicas.

  3. Consenso político: La reforma debe ser fruto de un acuerdo entre la Nación, las provincias, y el sector privado, para asegurar su sostenibilidad en el tiempo.

Blanqueo de capitales: cómo funciona su reglamentación y hasta qué monto no se paga impuestos

Propuestas concretas para el futuro

Un sistema tributario eficiente, equitativo y competitivo debería basarse en:

  1. Sustitución del impuesto a los Ingresos Brutos: Este gravamen puede ser reemplazado por un impuesto al consumo final a nivel provincial, evitando los efectos en cascada.

  2. Revisión del IVA: Implementar tasas progresivas podría mitigar su impacto regresivo, sin comprometer la recaudación.

  3. Eliminación del impuesto al cheque: Su rol podría ser asumido por mecanismos más modernos de control fiscal y bancarización.

  4. Reducción progresiva de retenciones: Acompañada de medidas para fomentar la competitividad de las exportaciones.

  5. Fortalecimiento del impuesto a las Ganancias: Simplificando su estructura y ampliando la base imponible para reducir exenciones injustificadas.

Qué debe tener la reforma tributaria argentina para ser exitosa

La reforma tributaria que Argentina necesita debe trascender el corto plazo. Simplificar el sistema y eliminar impuestos secundarios es solo el comienzo. El verdadero desafío está en rediseñar un esquema impositivo que promueva la equidad, la competitividad y el desarrollo económico, respetando las particularidades de cada región.

Como economista y contador, estoy convencido de que este proceso puede ser el punto de partida para un modelo más sostenible y eficiente, siempre que esté basado en un consenso amplio y en una visión compartida de futuro.

* Economista, contador. Director de BDI Consultora de Inversiones.