El Gobierno celebró el Índice de Precios al Consumidor (IPC) de enero del 2,2%, el más bajo desde que asumió Javier Milei en la presidencia. El dato abrió de nuevo el debate acerca de la metodología usada. Sobre todo a raíz de que hay varias provincias con distintas canastas, como la Ciudad de Buenos Aires, que arrojó un 3,1% para el primer mes del año y que pondera más fuerte los servicios que la medición nacional, que cuenta con mayor impacto de los bienes, o como Mendoza, que tiene su propio indicador.
En el medio, todavía no se actualizó la canasta para medir la inflación y desde el Indec aseguran que estará próxima a implementarse. Mediciones privadas sostienen que con el sistema actualizado la suba de precios de 2024 habría sido del 133,6% en lugar del 117,8%, es decir 15,8 puntos más alta. De esa manera, el salario mediano privado registrado deflactado quedaría un 2,1% debajo y no un 1,5% arriba con la medición actual.
Un trabajo elaborado por los equipos técnicos de Gabriel Katopodis que se nuclean en el Instituto Argentina Grande señaló que el Indec mide el nivel general de la inflación ponderando el peso de cada rubro con la Encuesta Nacional de los Hogares (ENGHo) de 2004. Si se actualizaran las ponderaciones según la ENGHo de 2017, subiría la incidencia de los servicios y bajaría la de los bienes. “En el último año (dic. 23-dic. 24) los servicios (189%) subieron más que los bienes (96%); por lo tanto, la inflación sería mayor si contemplaran las ponderaciones actualizadas”, expresó el estudio.
“Así, según el IPC ponderado con ENGHo 2017, el salario mediano privado registrado deflactado quedó un 4,5% arriba en noviembre de 2023 sobre diciembre de 2019. Con el IPC actual quedó un 1,7% abajo. Entre noviembre de 2023 y diciembre de 2024, es -2,1% para el IPC ENGHo 2017, y el IPC actual 1,5% arriba”, agregó el documento.
En esa línea, Hernán Herrera, economista del Instituto Argentina Grande, expresó a PERFIL: “Lo que es servicios tiene una corrección que busca recuperar los precios para las empresas y quitarles subsidios de carga fiscal. Esto es todo un problema porque les están quitando subsidios a las tarifas, eso hace que aumenten las tarifas, la gente tiene que destinar mucha más parte de sus ingresos a los servicios y eso le quita ingresos para otros bienes. Entonces la calidad de vida baja”.
Y agregó: “Uno no puede dejar de consumir agua, gas, electricidad, vas a darle prioridad a eso. Lo mismo pasa con el alquiler, no puede dejar de pagar el alquiler. Primero que nada, pagás lo que tenés que pagar porque lo necesitás y te queda menos esquinita para tu vida, para tu calidad de vida. Eso se nota en la calle, se nota en supermercados, está en niveles muy bajos. El autoservicio se levantó un poquito, pero no mucho”.
Según Martín González Rozada, codirector de la Maestría en Econometría de la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT), con un sistema actualizado la inflación total de 2024 habría sido del 133,6% en lugar del 117,8%, es decir 15,8 puntos más alta.
En tanto, fuentes del Indec afirmaron a PERFIL que “se están terminando las pruebas técnicas y las programaciones para poder tener listo el nuevo índice con base en la Encuesta Nacional de Hogares (ENGHo) 2017/2018. Cuando finalicen estas tareas y se cuente con los avales institucionales, se dará a conocer la fecha de difusión”.
“El índice de inflación se realiza con la base de una canasta que refleja lo que consumimos los argentinos. Los hábitos han cambiado y la canasta que estamos usando es un poco vieja. Corresponde actualizarla. Es una discusión técnica que se hace en todo el mundo y para ello estamos trabajando con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que es quien convalida las metodologías”, señaló Lavagna.
El impacto en el consumo. Según el trabajo del Instituto Argentina Grande, el consumo masivo se encuentra amesetado en niveles muy bajos para supermercados y autoservicios. “Con datos de noviembre de 2024, confirmamos que el consumo masivo se ha amesetado en niveles históricamente muy bajos. La caída del ingreso disponible destinado para la compra de bienes masivos afecta a gran parte de la sociedad: los argentinos destinan cada vez una parte mayor de sus salarios a pagar las facturas de servicios. Sin dudas que el ancla contra la inflación tiene que ver con menos dinero en la calle. Con menos ingresos en la sociedad”, señaló el estudio.
A su vez, el documento alertó por la masa salarial, es decir, la porción que se lleva el trabajador sigue siendo el nivel más bajo desde 2015. “Si bien los salarios empiezan a empatar con noviembre del 23 (nivel históricamente bajo), la masa salarial sigue siendo más baja (-1,3%) producto de la pérdida de puestos laborales. En el último mes, el sector privado registrado se hizo de aproximadamente un 15% del PBI. Durante el macrismo la masa salarial (promedio de gestión) cayó un 6,2% respecto a 2015. Durante el último gobierno esta caída fue del 12,8%, pero explicada en buena medida por la pandemia, el último año los valores estuvieron por encima de los del último año del macrismo”, concluyó el análisis.
Gremios: inflación de Indec no refleja la realidad
E.O.
Un grupo de 36 organizaciones sindicales de la CGT y la CTA denunciaron que el dato de inflación que publica el Indec no muestra la realidad de los trabajadores. “Para la mayoría de la población ese porcentaje no refleja el aumento efectivo de los bienes y servicios que afrontamos todos los meses con nuestros ingresos. Hasta ahora era un comentario que fue elevando su volumen en pueblos y ciudades. Hoy podemos demostrar que ese desfasaje es real y tiene una explicación clara: el Indec utiliza una metodología de cálculo desactualizada”.
“El organismo está utilizando un método desactualizado que oculta que el poder de compra de los salarios se redujo un 50% en los últimos años, solo mitigado por las negociaciones paritarias y conflictos salariales”, denunciaron a través de un comunicado.
“La mayoría de los trabajadores cada vez están más lejos del salario mínimo, vital y móvil, garantizado por la ley de Contrato de Trabajo y la Constitución Nacional, que es la remuneración menor que debe recibir un trabajador/a para asegurar alimentación adecuada, vivienda digna, educación, vestuario, salud, transporte, esparcimiento, vacaciones y previsión”, denunciaron. Para cubrir esos gastos, a finales de 2024, plantearon, un trabajador debía percibir un ingreso bruto mínimo de $ 1.900.000 mensuales.