El magnate ítalo-argentino del acero y dueño de una parte de Vaca Muerta, Paolo Rocca, estaría activando una fuerte jugada en la representación gremial-empresaria del país. A pesar de haber tenido hasta el momento una influencia preponderante en la conducción de las grandes entidades de la industria nacional, este año podría poner la cara. Martín Rappallini, un aliado del Grupo Techint, se prepara para asumir en la Unión Industrial Argentina (UIA) y, si decide correrse de su actual representación en la Unión Industrial de la Provincia de Buenos Aires (UIPBA), el director de Relaciones Institucionales de la T, Alejandro Gentile, heredaría la Presidencia. Si se confirma esta fórmula, con la toma del poder del territorio fabril más poderoso del país arrancaría una nueva era, con la multinacional abandonando su habitual segundo plano.
La jugada de Rocca tendría todavía otros movimientos en el tablero de ajedrez, pero su paso al frente en el escenario de la representación empresaria territorial más poderosa del país generó consensos inusitados ante un fortalecimiento de su defensa de la industria nacional, en medio de la crisis que vive el sector por la caída del consumo interno, la falta de reactivación económica y la lluvia de importaciones, que pone en jaque a la cadena de valor local. Todo ese terreno fue ganado por el archienemigo China, el país que puso en jaque el negocio del acero a nivel mundial, que para el holding significa el 85% de sus ingresos.
El impacto puede ser doble: las críticas al modelo económico del presidente Javier Milei pueden ir en aumento, sin la necesidad de chocar de frente con la Casa Rosada, a menos que sea el poder político quien decida avanzar sobre la industria. Al mismo tiempo, Techint puede ser una suerte de control en la economía real del alineamiento de la Argentina a los Estados Unidos, en medio de una guerra comercial que busca desinflar el avance chino en mercados emergentes. Rocca se siente cómodo con el posicionamiento del lado del mundo occidental, pero quiere verificar que el partido se juegue en todas las canchas y que los dólares no se vayan por las importaciones del gigante asiático.
Rappallini busca evitar el desgaste de Daniel Funes de Rioja
La entidad bonaerense renovó esta tarde la mitad de sus vicepresidencias y de la Junta Directiva. Hasta ahora, el vicepresidente primero y socio individual era el director de Relaciones Externas de Peugeot-Citröen, Rodrigo Pérez Graziano, y la lógica indicaba que debería renovar la misma banca. Pero el automotriz pasó al tercer lugar, dejando a Gentile a un paso del máximo cargo. Así lo confirmó un participante de la Asamblea que realizó en la tarde del jueves la UIPBA en La Plata.
La UIA redefine sus autoridades y endurece su posición en medio de una tormenta perfecta
Según pudo saber PERFIL, Rappallini evalúa tomarse licencia de la entidad bonaerense para dedicarse al 100% a la UIA. El objetivo sería esquivar el doble comando y evitar el desgaste que sufrió Daniel Funes de Rioja quien, durante casi toda su extensa gestión, mantuvo a la par la comandancia de la Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios (Copal), que terminó perdiendo a principios de 2024. En esta nueva elección, al no tener representación sectorial, quedó marginado de cualquier cargo.
Quién es Alejandro Gentile
Gentile trabaja en Techint desde 2003. Pasó por las áreas de Planificación Institucional, Relaciones Públicas y Gobierno y desde hace casi dos años es director de Relaciones Institucionales, con línea directa a Rocca. Es secretario de la Cámara Argentina del Acero (CAA), tesorero de la Asociación de Fábricas Argentinas de Componentes (AFAC) y hasta ahora participa de la UIA como miembro de la Junta Directiva.
Fue impulsor del J6, el brazo joven del Grupo de los Seis de las entidades empresariales más importantes de la Argentina; y el arquitecto de las alianzas que la multinacional tejió para recuperar el poder territorial de la provincia de Buenos Aires en 2016 y devolverla a la representación en la UIA. En esa gestión buscó recomponer el vínculo entre pymes y grandes empresas —desarmado por Osvaldo Rial durante sus cuatro años de mandato—, y también originó el G5 bonaerense, integrado por ADIBA, FEBA, CEPBA y UIPBA. Dentro de la entidad nacional hay quienes creen que el crecimiento de Gentile se acerca al poder que dejó Luis Betnaza, el alter ego que supo tener el magnate milanés en la UIA.
Como contó este medio, con el recambio de autoridades la UIA endurecerá su posición, en un contexto de conflictividad en alza ante una actividad económica que no termina de repuntar y la falta de respuestas de parte del Gobierno. La lógica será la misma que seguirá la UIPBA: enfrentar a la gestión libertaria con propuestas superadoras a los reclamos, con el objetivo de que sea el Ejecutivo quien decida si le niega a la industria su avance y recuperación o la acompaña.
Chispazos entre Paolo Rocca y Javier Milei
Entre Milei y Rocca saltan las chispas. Uno de los cruces es por Horacio Marín, actual CEO de YPF y exdirectivo de Tecpetrol. Un cuadro técnico que Milei atrajo en el momento justo: el petrolero había llegado a un techo en el brazo de los combustibles de la T que, por edad, no podía perforarlo.
Al inicio de la gestión libertaria, Rocca le dio un espaldarazo en público al Gobierno con elogios al plan económico. Luego, su discurso fue girando hacia reclamos por la competitividad y la carga impositiva. “Fuimos demasiado optimistas con Milei”, dijo en agosto. Durante la edición del ProPymes del año pasado, arrinconó al secretario coordinador de Industria y Comercio, Pablo Lavigne, para que el Gobierno tome posición sobre China y la amenaza que representa para el acero y el resto de la industria.
En ese mismo evento, el empresario hizo una advertencia: “EE.UU. condiciona a sus socios comerciales”. En 2024 un 85% de la ganancia del Grupo de la T provino de sus tubos de acero sin costura, por lo que el holding está especialmente afectado por el despliegue arancelario de Donald Trump por el 25% que ya aplica a su recurso principal y que generó respuesta en el resto del mundo.
El Gobierno además tocó los intereses del integrante del Círculo Rojo cuando el ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, eliminó el decreto que prohibía exportar chatarra ferrosa, un insumo clave para la producción de acero y escaso a nivel mundial. Una jugada que fue a contramano de la lucha que desató el empresario ítalo-argentino contra la producción china.
AM/ML