El ministro de Economía, Luis Caputo, aterrizó esta mañana en San Pablo, en compañía de Karina Milei, secretaria general de la Presidencia. Su parada inicial fue en la Federación de Industriales del Estado de San Pablo (FIESP), donde pronunció su primer discurso ante empresarios brasileños, con el proyecto previamente anticipado de conquistar los favores de los inversores locales.
Junto a ellos se encontraba el ex embajador argentino en Brasil, Luis María Kreckler, pero que ahora se desempeña como cónsul en esta ciudad. Hubo reuniones cerradas donde para abordar temas específicos, pero tal como señaló después en sus palabras ante los hombres de negocios, el objetivo de este viaje es mostrar que “ahora las cosas van bien y continuarán en esa línea, porque existe una política económica responsable”.
El viaje de Karina fue para cumplir con otra misión: la de reunirse con el gobernador de San Pablo, Tarcísio de Freitas, con quién Javier Milei suele compartir, según dicen, los ideales de la ultraderecha. Sin duda, el gesto de la secretaria general de la Casa Rosada tuvo como función la de agradecer la presencia que del mandatario paulista en la asunción de su hermano, en diciembre de 2023. No se sabe a ciencia cierta qué fue lo que hablaron, porque no hubo una posterior cita con la prensa como es usual en estos casos.
Según los medios brasileños, hace algún tiempo que Freitas evita encuentros con los periodistas, para no tener que responder por lo que piensa acerca de los serios problemas judiciales que enfrenta Jair Bolsonaro. Ocurre que, hasta hace poco, era un aliado cercano al ex jefe de Estado.
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El mensaje de Caputo en la FIESP siguió los trillos tradicionales: culpó a la herencia dejada por el gobierno de Alberto Fernández, que calificó como “la peor situación económica de la historia” del país. Dicho esto, concluyó que la Casa Rosada solo tuvo un camino: el del choque fiscal y cambiario. En función de las devaluaciones periódicas del peso y de la inflación en aumento, Caputo insinuó que Argentina había perdido “toda credibilidad”.
Lo notable del caso es que el Producto Bruto Interno sufrirá este año una caída excepcional respecto de 2023: el ministro admitió que será negativo en 2,8%. Tal vez le faltó decir cómo se explica, según lo expresado, que los ingresos de los argentinos siguen iguales que antes de la llegada del nuevo gobierno. Eso sí, repitió la frase que más ama el presidente Milei cuando habla de economía: mencionar que la Argentina será el “país que más va a crecer en el mundo en los próximos 30 años”.
Según el ministro, "muchos hablan de milagro económico. Yo no creo mucho en milagros; creo sí que los resultados son la consecuencia de las políticas económicas". Para él, el último siglo mostró que los sucesivos gobiernos "tomaron malas decisiones en economía".
El final del G20: resultados y debilidades
A decir verdad, la parte más sustancial de su mensaje a los inversores de Brasil es que pondrá fin al cepo cambiario en 2025, a partir de la “recomposición de las reservas” internacionales del Banco Central lo que irá a “generar confianza en el peso”. Y aseguró, confiado, que el país recibirá un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional que le inyectaría nuevos recursos. Admitió, con todo, que los tempos exactos para el fin del cepo el año que viene, no son fáciles de calcular: “Es timing es muy difícil de asegurar porque las negociaciones con el Fondo llevan tiempo”.
Sobre la próxima cumbre del Mercosur en Montevideo, que se inicia el jueves, se mostró decidido a apoyar a Brasil en el plan de firmar el tratado con la Unión Europea. “Claro que vamos a respaldar” suscribió.
Ni Karina Milei ni Luis Caputo tienen un encuentro previsto con ministros de Lula, reveló la prensa local.