En su visita a las oficinas de la billetera digital Ualá, el presidente Javier Milei volvió a repetir lo que ya había afirmado unos días antes en la Cámara Argentina de Comercio: “Hoy ya podemos decir que la recesión se terminó, y que de ahora en adelante todo lo que queda es crecimiento. De acá para adelante son todas buenas noticias”. Sin embargo, el hecho de que la recesión haya terminado, si es que esto es así, no significa necesariamente que lo que sigue a continuación es indefectiblemente el crecimiento, explicaron economistas a PERFIL. Para adelantarse a ese pronóstico hace falta contar con datos sobre la actividad económica del último cuatrimestre del año, que aún no están disponibles.
Uno los números que se conoció esta semana —y que si bien no es indicador directo sí da alguna pista sobre cómo está la economía y hacia dónde podría ir—, es el del uso de la capacidad instalada de la industria. Según el último informe del Indec, en septiembre llegó al 62,4%. Con eso, logró recuperar el nivel de enero de este año (62%), después de varios meses de bajas. Sin embargo, todavía está lejos del 67,9% del mismo mes de 2023.
Para el economista Martín Kalos, director de la consultora EPyCA, la recesión terminó, pero no hay signos de crecimiento. “La recesión es el momento de caída. La economía en general tocó piso en marzo, pero muchos sectores seguían cayendo: la industria, la construcción, el comercio, los servicios en general”, explicó a este medio. “Lo que hacía que el promedio diera que ya había tocado piso era que había sectores como el agro, la minería, la energía y los hidrocarburos que estaban creciendo. Pero eso no tiene que ver con la política económica de este gobierno. La minería y los hidrocarburos crecían en años pasados, y el agro rebotó tras un año de sequía. Lo que tenemos que mirar es eso, la heterogeneidad”, agregó.
De acuerdo con los últimos datos del Indec, el Producto Bruto Interno (PBI) cayó 1,7% interanual en el segundo trimestre de 2024. En el primer semestre del año, en tanto, la pérdida acumulada fue del 3,4%. “Desde julio todos los sectores dejaron de caer”, afirmó Kalos. Pero “eso no significa que estén creciendo. Están estancados en niveles muy malos. Con muy leves rebotes de recuperación. En los últimos meses la industria mejoró, pero eso no alcanza para lograr niveles razonables de actividad”, sintetizó.
Para el economista Francisco Eggers hace falta más información que la actualmente disponible para afirmar que Argentina salió de la recesión. “El PBI desestacionalizado presentó retrocesos en el cuarto trimestre de 2023 y en los dos primeros de 2024. El tercer trimestre aún no se publicó, pero seguramente dará positivo. Habría que esperar los datos del cuarto trimestre del año para certificar que ya se salió de la recesión”, explicó a PERFIL. “El cálculo del INDEC es que desde septiembre 2023 hasta junio 2024 hubo mayormente variaciones negativas, salvo en los meses de enero (variación prácticamente nula) y mayo (muy escaso rebote). Luego están los datos de julio, que tiene un rebote más consistente, y agosto, con una variación positiva, pero casi nula (estadísticamente poco significativa)”, especificó.
“La expectativa es que septiembre dé positivo, pero aun así no habrá datos suficientes para asegurar que se salió de la recesión, porque un rebote de uno o dos meses no se considera, en el consenso de la profesión, una salida de la recesión”. El economista opinó que “quienes hacen futurología aseguran que octubre dará otro crecimiento, y en noviembre otro, lo que daría pie para pensar que en el cuarto trimestre del año también habrá un aumento en la serie desestacionalizada del PBI”.
En el mismo sentido, Kalos afirmó por su parte que “falta mucho para salir de la crisis en la que está el sector productivo”, algo que va “más allá de que la recesión efectivamente haya terminado”. El indicador que mide el uso de la capacidad instalada de la industria que se conoció esta semana es un dato más sobre la economía, pero no el único a tener en cuenta si se intenta entender lo que podría pasar.
Aunque aclaró que es poco habitual que eso suceda, Eggers concluyó que “en teoría, el uso de la capacidad instalada de la industria podría bajar, a pesar de que la producción industrial suba si hubo inversiones que aumentaron la capacidad instalada en mayor medida que la producción”.
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Si se miran de manera aislada, los números de septiembre son alentadores respecto al mes anterior, ya que representan un repunte de 1,1 punto porcentual. Sin embargo, en todos los meses de este año los datos representaron una caída superior a los cinco puntos porcentuales respecto al mismo periodo del año anterior.
Según el Indec, los sectores de refinación del petróleo (80,8%), industrias metálicas básicas (72,4%), papel y cartón (68,3%), productos alimenticios y bebidas (68,2%), sustancias y productos químicos (65,7%), y productos minerales no metálicos (64,2%) tuvieron una utilización superior al promedio. En tanto, “los bloques sectoriales que se ubican debajo del nivel general son industria automotriz (59,6%), edición e impresión (56,1%), productos textiles (51,3%), productos de caucho y plástico (49,9%), productos del tabaco (48,7%), y metalmecánica excepto automotores (43,9%)”, detallaron en el último informe.