Los analistas y economistas del sector financiero coincidieron en marcar un error general del canje: que se haya fijado un precio con más de una semana de anticipación en lugar de realizar una subasta. De esta forma, el canje fue víctima de la caída en la cotización de los bonos que marcó a la última semana.
Ese “error técnico” se adjudica al equipo de Finanzas del Ministerio de Economía. “Toman las decisiones en la mesa chica y no tienen experiencia. Ni siquieran consultan con los funcionarios que antes estaban en Finanzas y hoy están en la Unidad de Reestructuración de Deuda”, explicaron quienes conocen cómo se definió la propuesta. La Unidad de Reestructuración de Deuda, a cargo originalmente del ex ministro Hernán Lorenzino, hoy embajador en cada vez más países europeos, en los hechos se convirtió en un mero título, ni siquiera convocada para la función que su nombre indica.
Más allá de la lectura política, desde el punto de vista del inversor, bajaron los precios de los bonos y simplemente el canje no fue negocio. A favor de la tesis Kicillof, si hubiese fuerte preocupación por la capacidad de pago de la Argentina a un año, los inversores habrían aceptado el pago anticipado. Los errores de cálculo con los precios fueron:
* En el caso de la recompra, en el mercado se estaban pagando entre US$ 97 en Argentina y 98 en Nueva York por el Boden 15 (RO15). “No había una incentivo en venderle al Gobierno a US$ 97”, explicaron sobre las cotizaciones los analistas de la consultora First. Además, no hay otras inversiones que generen un retorno del 13% en dólares.
* El canje de Boden 15 por Bonar 2014 (AY24) tampoco resultó atractivo justamente por el rendimiento del 13% en un año que tiene el Boden que vence el año próximo. En cambio, el AY24 rinde 10% a 5 años.
* En el caso de la emisión del Bonar 2024, también fue una cuestión de precio: el Gobierno vendió a 96,20 mientras que con la baja de las cotizaciones, en el mercado quien quisiera el título podía conseguirlo por US$ 94 en la plaza local o 95 en Nueva York.
La jugada, así planteada, “fue para dar un mensaje político”, dice el Gobierno. Otras voces sostienen que fue “toda una muestra de desconocimiento del mercado”. “Nadie sale a ofrecer un canje/suscripción con una semana de deadline. Tiene pocas chances de éxito”, sostuvieron en la City.
El resultado de la oferta le dio la razón al equipo económico, que aseguró que no había nada arreglado de antemano. Una verdad dificil de creer para los analistas de la City, donde suele operar la costumbre de que los canjes se conversan con los inversores. Así cayeron las versiones que hablaban de un piso de 50% de suscripción de Bonar 24 y finalmente fue menos del 10% lo que se captó. “El canje fue realmente voluntario, no como en la época de (Domingo) Cavallo en los ‘90, cuando eran compulsivos”, ponderó Miguel Arrigoni, CEO de First.