Las canastas básicas son otra forma de medir la inflación: la que impacta directamente en la vida diaria de las personas. Algunas, como la de los jubilados, crecieron por encima del índice general de precios (5,86% en junio frente a una inflación del 4,6% según el Indec) y otras por debajo, como la de crianza, que aumentó hasta un 1,5%, una cifra que varía en función de la edad de los menores.
La canasta de crianza mide tanto el valor de bienes y servicios básicos como el costo del cuidado. En el primero de estos casos se toma como referencia el valor mensual de la canasta básica total, que incluye alimentos, vestimenta, transporte, educación, salud y vivienda. El costo del cuidado, según el informe del Indec, “se valoriza tomando la remuneración de la categoría ‘Asistencia y cuidado de personas’ del Régimen Especial de Contrato de Trabajo para el Personal de Casas Particulares”. Pero aún están pendientes las paritarias en las que, se espera, se definirán los salarios de junio y julio: por eso, en la última medición este indicador se mantuvo inalterable, es decir, con los mismos valores de mayo. Esto es importante ya que el costo de los cuidados tiene una incidencia importante en el número final: para los menores de tres años duplica el costo de bienes y servicios. La canasta de cuidado se usa como referencia, además, para determinar los valores de las cuotas alimentarias.
Esta semana el Indec dio a conocer el costo de la canasta de crianza, que pasó, de mayo a junio, de $327.350 a $329.821 para niños menores de un año, de $388.442 a $391.614 para niñas y niños de 1 a 3 años, de $323.527 a $327.592 para edades de 4 a 5 años, y de $407.062 a $412.104 para las infancias de 6 a 12 años. Los incrementos representan entre el 0,8% y el 1,5% mensual, muy por debajo de la inflación de ese mes.
La canasta de los jubilados, en cambio, subió por encima de la inflación de junio. Según el Centro de Educación, Servicios y Asesoramiento al Consumidor (Cesyac), aumentó un 5,86% con respecto a mayo, especialmente impulsada por el aumento del transporte. Según el relevamiento de esta asociación, una pareja de jubilados necesitó $536.686,10: $219.165,75 en productos de consumo masivo (alimentos y artículos de limpieza) y $317.520,35 en servicios básicos como alquileres, impuestos y transporte. En mayo la variación de esta canasta había sido del 3,61% y el valor total era de $506.974,33.
Esta medición no tiene en cuenta, sin embargo, el gasto en medicamentos. La Defensoría de la Tercera Edad mide la canasta básica de un jubilado teniendo en cuenta este último ítem, que representa el 16% del total. Esta medición se realiza dos veces por año. Según los datos de marzo, un jubilado necesitó $685.041 para cubrir sus gastos básicos.
Independientemente de la cifra que se tome las jubilaciones son insuficientes para cubrir estas necesidades: en julio el haber mínimo fue de $215.580,82, y de $285.580,82 si se cuenta el bono de $70 mil.
En cuanto a la canasta básica alimentaria y la canasta básica total, la variación en junio fue del 1,6% para la primera y del 2,6% para la segunda. En tanto, a nivel semestral acumulan incrementos del 63,4% y del 76,1% y anuales del 277,4% y 275,7% respectivamente.
Según los datos de junio, una familia de cuatro integrantes necesitó en junio $393.319 para no ubicarse debajo de la línea de indigencia y $873.169 para no estar bajo la línea de pobreza.
Pero ni la canasta básica alimentaria ni la canasta básica total incorporan en las mediciones el valor de ítems como el alquiler.
La pobreza trepó al 50,5% en el primer semestre según mediciones privadas
Según la última encuesta nacional inquilina, elaborada por Inquilinos Agrupados, “el 34,4% de los ingresos de los hogares inquilinos encuestados se destina a pagar el alquiler más las expensas, sin considerar impuestos y tarifas de servicios públicos”. La cifra asciende al 38,6%, afirman, en los contratos que se iniciaron después de la entrada en vigencia del DNU 70/2023.
Teniendo en cuenta esto, la asociación elaboró su propia canasta: la canasta inquilina. Para medirla se le sumó al valor de la canasta básica del Indec el valor promedio de un alquiler. Así, una persona sola necesitó un ingreso mínimo de $649.556; una pareja, ingresos de $1.052.947; y una familia de cuatro integrantes, $1.507.276.
Según la encuesta, en CABA los inquilinos con contratos iniciados en el año 2024 bajo el DNU 70/2023 pagan aproximadamente entre un 40% y un 50% más que aquellos que comenzaron en el marco de la ley de alquileres. “En las provincias de Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba esta diferencia es aún mayor: el valor promedio del alquiler de junio es entre un 41% y 52% mayor respecto a quienes lo hicieron antes del decreto”. Por otro lado, el 15% de los encuestados tuvo que mudarse en los últimos meses porque no pudo afrontar los costos del alquiler.
De acuerdo con este documento, el valor promedio de un departamento de un ambiente en CABA fue de $249.499; $314.455 el de uno de dos ambientes; de $441.124 de 3 ambientes; y de $577.091 de cuatro.
