De las diez mujeres que la revista Forbes identificó como las más ricas del mundo, nueve de ellas heredaron sus fortunas. De un listado de 2.781 multimillonarios que elabora esta publicación, solamente 369 son mujeres, lo que representa el 13% del total y la primera está en el puesto 15. De esas, además, las que forjaron su riqueza desde cero son 100 (el 3,6% del total de la lista).
Pero mientras las fortunas de los hombres más ricos se duplicaron en los últimos cinco años –y las mujeres no figuran entre las diez personas con más dinero del mundo–, la desigualdad de género en la distribución de recursos se profundiza: ya en 2024 la ONU advertía que para 2030, de seguir las cosas como están, 342 millones de mujeres (el 8% del total) seguirán viviendo en la pobreza extrema.
La brecha se extiende a todos los niveles de ingresos: Elon Musk, con un patrimonio neto estimado en US$ 421.200 millones, es el primero en la lista de los multimillonarios. Su fortuna es cuatro veces mayor a la mujer más rica del mundo, Françoise Bettencourt Meyers. Meyers, heredera de Eugène Schueller (fundador de la industria cosmética L’Oréal), tiene un capital de US$ 99.500 millones. A ella le siguen Alice Walton (US$ 72.300 millones), heredera del fundador de Walmart, Sam Walton; Julia Koch (US$ 64.300 millones), que heredó su fortuna de su esposo fallecido, David Koch (Koch Industries); Jacqueline Marte (US$ 38.500 millones), heredera de Mars Inc.; MacKenzie Scott (US$ 35.600 millones), que obtuvo parte su fortuna tras su divorcio de Jeff Bezos (quien con un patrimonio de US$ 233.500 millones es la segunda persona más rica del mundo); Savitri Jindal (US$ 33.500 millones), viuda del fundador del Grupo Jindal; Rafaela Aponte-Diamant (US$ 33.100 millones), de la naviera MSC; Miriam Adelson (US$ 32.000 millones), que heredó de su esposo fallecido gran parte de Las Vegas Sands; Gina Rinehart (US$ 30.800 millones), heredera de la empresa minera y agrícola Hancock Prospecting Group; y Abigail Johnson (US$ 29.000 millones), directora de la firma familiar Fidelity.
En casi todos estos casos, la fortuna proviene de ganancias familiares o divorcios. Por eso, Forbes también señala que “la brecha de riqueza de las mujeres sería aún peor sin fortunas heredadas”. No todas son malas noticias: el artículo menciona también que, si bien las mujeres que crearon su propia fortuna todavía son un porcentaje reducido, eso está cambiando y la participación crece a niveles récord. “A pesar de su número relativamente pequeño, este año hay más mujeres multimillonarias hechas a sí mismas que nunca, casi cuatro veces más que hace una década”, señalaron y agregaron: “El grupo está dominado por mujeres de China y EE.UU.”.
Dentro de estas excepciones la revista destaca los casos de “empresarias (Sarah Blakely, de Spanx); artistas (Taylor Swift); cofundadoras (Peggy Cherng, de Panda Express); y asalariadas, es decir, ejecutivas contratadas para dirigir empresas (la exdirectora de operaciones de Facebook, Sheryl Sandberg)”.
Sobre el caso argentino la publicación enfatizó que los principales motivos de la participación de las mujeres en el ranking de los más ricos del país es el haberse convertido en viudas o herederas, y, en el mejor de los casos, en socias. “Con una participación promedio que se mantiene en bajos niveles, hay una tarea pendiente que es lograr mayor presencia de self made woman a nivel local”, señalaron.
Las mujeres no figuran entre las diez personas con más dinero del mundo
A la par, el término “feminización de la pobreza”, atribuido a la investigadora Diana Pearce en 1978, continúa siendo un tema de debate y pendiente de resolución. En 2024, por el Día de la Erradicación de la Pobreza (17 de octubre) Naciones Unidas publicó un informe en el que señalaba que “las mujeres y las niñas están sobrerrepresentadas entre los pobres en todas las etapas de la vida”, y que “las mayores disparidades se observan durante la edad fértil”.
Las diferencias se expresan en números: “Las mujeres de 25 a 34 años tienen un 25% más de probabilidades que los hombres del mismo grupo de edad de vivir en la pobreza extrema”, afirman en el documento.
“Los conflictos y el cambio climático siguen agravando esta desigualdad, ya que las mujeres de entornos frágiles tienen 7,7 veces más probabilidades de vivir en la pobreza extrema que las de regiones estables”, sintetizaron.