El ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo, mencionó esta semana durante su encuentro ante representantes de la Mesa de Enlace y luego con supermercadistas, que antes de fin de año la inflación mensual llegará al 0% o que incluso “puede haber deflación”. De lograrse, sería la primera vez en tres décadas que la Argentina.
El Gobierno apuesta a una fuerte baja de la inflación como parte de su narrativa y es uno de los pocos logros que puede mostrar. Por eso redobla la apuesta. Una disparada de la inflación pondría mucho ruido al esquema económico del presidente Javier Milei y de Caputo en el Palacio de Hacienda, que apuestan a una fuerte recesión y contracción monetaria para bajar los precios.
Sin embargo, a pesar de eso el titular de la cartera de Economía se encuentra con otro inconveniente para su objetivo de inflación cero: la corrección de precios relativos que aún falta.
Inflación: las consultoras estiman una desaceleración en julio y que el IPC se ubique en torno al 4%
En cuanto al sinceramiento de precios, “el avance logrado hasta ahora ha sido significativo, pero aún queda pendiente ajustar los servicios públicos. El horizonte en este sentido no está claro, dado que el gobierno ha postergado aumentos para no afectar demasiado al bolsillo y a la cifra de inflación, mientras que los subsidios siguen siendo un objetivo a eliminar. A pesar de este gradualismo en la eliminación de subsidios energéticos, en junio se registró una caída del 81,4% en términos reales”, dijo a PERFIL Lautaro Mosheet, economista de Libertad y Progreso (LyP).
Por su parte, el economista Orlando Ferreres sostuvo que “falta mucha corrección de precios relativos como las tarifas. Incluso el tipo de cambio está atrasado que se mueve al 2% mensual con una inflación que está alrededor del 4%”.
“Me parece a mí que llegar con la inflación núcleo al 2% sería factible en algunos meses. El cero lo veo un poco más complicado y llegar a esos valores con la inflación total más todavía porque efectivamente queda recomposición de precios relativos, entonces creo que eso eventualmente va a tardar bastante más todavía”, agregó Camilo Tiscornia, economista de C&T.
Cabe recordar que el Presidente Javier Milei sostuvo como condición necesaria para la salida del cepo una inflación que converge con el crawling peg del 2%, aunque aclaró que se refería a la núcleo y al índice de precios mayorista.
Por su parte, un informe de la consultora Invecq estimó que los servicios más atrasados, como energía, transporte público y comunicaciones comenzaron a acercarse a un nivel más razonable, aunque todavía les falte camino por recorrer.
En el mismo sentido, el dólar paralelo, frutas, indumentaria, equipos tecnológicos, carnes subieron por debajo de la inflación general, pero corrigieron parcialmente su adelanto.
Pero también muchos otros ítems empeoraron su situación versus lo evidenciado meses atrás.
“El caso más claro es el del tipo de cambio oficial, pero también pueden mencionarse a las prepagas, autos, verduras. Con la foto de junio, la inflación reprimida alcanza al menos los 12 puntos (esto sin contar un eventual salto discreto del TC, que también se trasladaría a precios). Si esta corrección se llevará a cabo en el 2° semestre, en cada mes habría un extra de 2% de inflación como base”, expresó el estudio de Invecq.
Y agregó: “el gobierno debería soportar un nuevo ajuste discreto del TC oficial para comenzar a desmantelar las restricciones cambiarias, entonces probablemente se vean meses de mayor inflación (transitoria, en caso de que el plan sea exitoso)”.
Las consultoras estiman una desaceleración en julio y que el IPC se ubique en torno al 4%
Por lo pronto, la expectativa del Gobierno y las estimaciones privadas anticipan que la inflación en julio desaceleraría respecto al mes anterior. Las consultoras estiman que la suba de precios se mantendría en torno al 4% mensual, de acuerdo a los últimos datos recopilados, algunas décimas por encima de lo proyectado por el Banco Central que proyectó 3,7%..
En caso que el dato oficial, que difundirá el Indec el próximo 14 de agosto, se ubique en el 3,7% como anticipó el equipo económico, sería el valor mensual más bajo desde noviembre del 2021.
De ser así, en caso de confirmarse la desaceleración de las mediciones privadas implicaría un ajuste a la baja de 8 puntos porcentuales en relación a lo que arrojó el último REM del BCRA, donde el promedio de las consultoras proyectaban para el séptimo mes del año una inflación del 4,8%.
CP
