ECONOMIA
PRESIÓN DE LOS MERCADOS

Expectativa devaluatoria: cómo impacta en la micro y la macroeconomía

Desde el Gobierno insisten en que no habrá una devaluación abrupta y en que se va a mantener el ajuste en el tipo de cambio del 2% mensual. Pero algunas voces, como la del exministro de Economía, Domingo Cavallo, ya empiezan a pedir la salida del cepo para evitar que crezcan las expectativas devaluatorias y su impacto directo en la economía. Uno de ellos es el aumento de los precios: primero del dólar, después, en los bienes.

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PRESUPUESTO. El borrador prevé un dólar a 1016 a fin de año. | Shutterstock

El Gobierno reafirmó su decisión de mantener la devaluación en el 2% mensual, pero hay factores sobre los que no puede incidir. Entre ellos está la expectativa de una devaluación, que crece en la medida en que se especula con una salida del cepo y se mantiene la brecha entre dólar oficial, blue y financieros. 

Esa expectativa puede tener consecuencias sobre la micro y la macroeconomía. En este sentido el Gobierno se encuentra en una encrucijada: si devalúa el impacto en los precios (y por lo tanto en su objetivo de bajar la inflación) se va a sentir tarde o temprano. Pero, si no devalúa y las expectativas de devaluación son altas, el efecto puede ser el mismo.

“¿Hay expectativas de devaluación? Yo diría que sí. Obviamente el Gobierno dice que no, que no va a devaluar, pero de alguna forma en las últimas semanas se viene instalando un poco eso. ¿Por qué? Fundamentalmente porque desde principio de año venimos viendo un proceso de apreciación cambiaria luego de la devaluación, dado que sostiene la tasa mensual de devaluación en 2%, pero con una inflación de dos dígitos durante varios meses”, explicó a PERFIL el economista Juan Pablo Costa. 

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En este momento, continuó, “estamos en un proceso de desaceleración fuerte, pero aun así más que duplicando la tasa de devaluación, con lo cual se vuelve muy complejo sostener estos niveles de devaluación. Lo que estás haciendo es apreciar muy fuerte el tipo de cambio, con los problemas que eso genera en materia de competitividad y de aumento de las importaciones”. 

Otro motivo que incrementa las expectativas devaluatorias es la posible salida del cepo, explicó Costa. “El staff report del Fondo Monetario plantea la necesidad de salir del cepo, de unificar el tipo de cambio, de eliminar impuesto PAIS”, detalló el economista. “Entonces, un poco el mercado entiende que salir del cepo y unificar el tipo de cambio implica una devaluación, porque implica liberar el tipo de cambio, pero además eliminar el dólar blend, este 20% de las exportaciones que se liquida del contado con liquidación, generando un aumento de la oferta y bajando el precio, con lo cual en principio uno pensaría que eso podría generar una situación de incremento del tipo de cambio”. 

A eso se le suma un pedido de los sectores exportadores. “Fundamentalmente, del agro: ese tipo de cambio muy favorable que este sector tenía a fines del año pasado ya no lo tiene. Y, cuando uno analiza las series del índice de tipo de cambio real multilateral, que es lo que importa, ve que gran parte de esa competitividad ganada por la devaluación de diciembre ya se ha perdido, o sea que estamos en niveles con un dólar bastante similar al previo a la devaluación”. 

Sobre las consecuencias de una mayor expectativa devaluatoria, el economista señaló que una de las principales es la distorsión en los precios, cosa que, consideró, todavía no sucede. “Cuando digo distorsiones me refiero a adelantar al máximo las importaciones para aprovechar el tipo de cambio”, concluyó. 

“Ante una expectativa de devaluación lo primero que vas a ver es que todo aquel que tiene que importar acelera esas importaciones para pagar un precio más barato de lo que va a traer. El que tiene que exportar hace lo contrario, empieza a retener su exportación para recibir un tipo de cambio mejor por los dólares que va a tener que liquidar”, agregó por su parte Christian Buteler. 

En el mercado financiero ocurre algo similar: “quien no tenía pensado comprar dólares sale a comprar por esa expectativa de devaluación que hay, y el que necesitaba vender empieza a salirse del mercado, a esperar que suba, que se dé la devaluación, para vender a mejor precio”.

 “Los sectores que tienen margen, ante una expectativa de devaluación, remarcan sus productos precisamente porque piensan que el precio de reposición va a ser mucho más caro”, explicó el economista.

Y agregó que, así como una devaluación siempre se traslada a precios, “la expectativa de una devaluación siempre complica y hace que se remarquen precios para cubrirse por las dudas”.

La caída en el consumo y en la actividad económica puede ser una traba para esa cobertura, explicó en ese sentido Diego Martínez Burzaco. “La recesión un poco le puso freno a esa inflación anticipatoria, porque hay muchos agentes económicos que están con muchos inventarios producto de la debilidad de la demanda”.

Desde el punto de vista macroeconómico, explicó, lo que importa es la credibilidad. El Gobierno afirmó varias veces que va a mantener la devaluación del 2% mensual. “Si hay algún cambio brusco va a generar un golpe en la credibilidad y eso sí sería más dañino desde el punto de vista de la macroeconomía”.

Para Burzaco, “hay una batalla cultural del gobierno en contra de la expectativa de este momento del mercado”

En esa batalla cultural hay posiciones contrarias a las del Gobierno, incluso en el caso economistas admirados por el Presidente, como el exministro Domingo Cavallo. En su blog personal señaló que la continuidad de esta política cambiaria “radica en la pérdida de reservas” provocada, en parte, por el mismo cepo: “El cepo que restringe el movimiento de capitales y reprime la intermediación financiera en dólares no permite que pueda haber un saldo positivo de la cuenta capital de la balanza de pagos a través de la cual el Banco Central pudiera hacerse de reservas adicionales a las del superávit de la cuenta comercial”.

Por eso, estima, “en la medida que los mercados adviertan la relevancia de estos riesgos, aumentarán las expectativas de un fuerte salto devaluatorio en el mercado oficial”. Expectativa que, a medida que pase el tiempo, “ya no será de un tenue aumento de la tasa de crawl, sino lisa y llanamente de una fuerte devaluación”. 

Tal vez para calmar algunas de estas expectativas sobre el rumbo del dólar (y de la economía), el Gobierno envió al Congreso un informe de avance del proyecto de ley de Presupuesto 2025. Allí prevé un dólar a $1016 para fin de año y una inflación por debajo del 130% interanual.