La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, se presentó en el Coloquio de IDEA con la intención de transmitir tranquilidad al empresariado, en medio de la incertidumbre respecto al "rescate financiero" de Estados Unidos. Consciente de la "institucionalidad" y "gobernabilidad" necesarias para encauzar la economía —dos claves de la actual edición del cónclave empresarial—, la actual candidata a senadora sorprendió en la segunda jornada del evento en Mar del Plata para compartir un almuerzo con empresarios.
En una conferencia de prensa de la que participó PERFIL, Bullrich dio múltiples definiciones relativas a la coyuntura local e internacional: desde el inminente acuerdo financiero con Washington a la cooperación bilateral a través del centro "Antiterrorista"; pasando por la "lucha contra el narcoterrorismo" o la crisis con Venezuela, tanto por el gendarme Nahuel Gallo como por la escalada bélica a manos de Donald Trump. En paralelo, la enviada de Milei pidió a los empresarios que "confíen" que el rumbo marcado por Javier Milei "no va a torcerse", más allá de lo que ocurra el 26 de octubre.
Uno de los puntos álgidos de su disertación fue la puja con los gobernadores y el revés en el Congreso. Dos temas recurrentes en el Coloquio, donde también se habló de la necesidad de una nueva ley de coparticipación federal de impuestos, un tema menor pero relevante en función de una de las prioridades del empresariado: la reforma impositiva (y la baja de impuestos subnacionales) para apuntalar la competitividad.
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Pero Bullrich, en su doble rol de ministra y candidata a custodiar el legado libertario en la Cámara alta, aprovechó para apuntalar el músculo político del Gobierno en el nexo de la agenda de temas que circularon por los pasillos de IDEA: el acuerdo con Estados Unidos. Así, respondió a las críticas de otro de los protagonistas políticos del Coloquio: el gobernador santafesino, Maximiliano Pullaro. El referente de la Liga de Gobernadores había cuestionado la viabilidad del programa económico de Luis Caputo, que recurre "cada tres meses al Fondo".
"Y las provincias cada diez minutos le piden plata al gobierno nacional", replicó Bullrich este martes pasado el mediodía. Sin embargo, se mostró abierta al diálogo con aquellos que "quieran cambiar". "La Provincia (de Santa Fe) le pide plata al gobierno nacional y no baja impuestos. Si lo hizo (Rogelio) Frigerio, ¿por qué no lo puede hacer Pullaro?", sostuvo.
En su intervención, la funcionaria también comparó el swap con Estados Unidos con el que Massa había negociado con China: "Cuando usaban el swap con China, nadie cuestionaba nada. Parece que con Estados Unidos no es políticamente correcto. Pero le preguntamos a Trump y dijo que no hay que romperlo, porque no son incompatibles".
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En un tono que combinó la diplomacia con la seguridad interior, Bullrich justificó el nuevo acercamiento con Washington bajo el paraguas de la cooperación antinarcóticos. En ese contexto, anunció que este viernes se firmará un acuerdo entre el FBI, el Ministerio de Seguridad y la SIDE —rebautizada bajo la lógica del “Centro Nacional Antiterrorista”— para fortalecer los mecanismos de inteligencia y prevención.
“El narcoterrorismo es una palabra, no son cosas distintas”, dijo, en alusión a la estrategia conjunta con el Mercosur para monitorear potenciales amenazas. Según la funcionaria, el objetivo del “teléfono rojo” entre agencias es anticiparse a eventuales ataques o redes criminales que actúan bajo lógicas híbridas, donde confluyen el crimen organizado y la violencia política.
La ministra presentó la alianza como parte de un esquema regional en el que Argentina busca reposicionarse como líder en la lucha contra el narcotráfico, con "la tasa de homicidios más baja de la región y la mayor cantidad de operativos conjuntos”. En ese sentido, Bullrich subrayó que “Estados Unidos sabe que Argentina lidera la estrategia contra el narcotráfico en América Latina”, y enmarcó el entendimiento dentro de una agenda “de seguridad democrática”.

El tema no fue menor en IDEA: varios empresarios y analistas presentes vincularon el giro de seguridad a la nueva relación bilateral, que avanza en paralelo al swap financiero con el Tesoro norteamericano, un gesto que la ministra calificó como "inédito". "Argentina consiguió algo importante: que Estados Unidos apoye no solo desde el FMI sino directamente desde el Tesoro", dijo, antes de enumerar los "tres hitos históricos" vinculados a Donald Trump en la semana: el acuerdo entre Israel y Hamas, el Nobel de la Paz a la dirigente venezolana María Corina Machado (quien pidió, en cambio, que se lo entreguen al propio Trump) y la compra de pesos argentinos por parte del Tesoro estadounidense.
Consultada sobre el estado del gendarme Nahuel Gallo, detenido en Venezuela, Bullrich confirmó que "informalmente sabemos que está bien, pero el gobierno de Maduro nunca lo informó oficialmente". Y volvió a cargar contra Caracas, donde Argentina no tiene representación diplomática sino a través de Brasil desde hace más de un año. "Venezuela es un narcoestado". Por último, volvió a defender al mandatario "amigo" de Milei, luego de que dijera que el apoyo de Estados Unidos al país dependerá de lo que pase en las elecciones. "Lo que dijo Trump es claro: Estados Unidos no va a apoyar si llega al gobierno argentino alguien que no se anima a decir que Venezuela es una dictadura", aseveró.
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El mensaje de Bullrich a los empresarios de IDEA
En medio del rally electoral, que no le permitió a Milei asistir personalmente al Coloquio, Bullrich buscó llevar calma a los mercados y blindar la confianza empresarial, en un momento de marcada incertidumbre política y financiera. "Miren la profundidad de los cambios que se han hecho", planteó. "Se ha logrado un cúmulo de inversiones en sectores tradicionales y no tradicionales, con bases sólidas. Logramos un superávit fiscal inédito con baja de inflación".
El mensaje fue claro: el Gobierno no modificará su rumbo económico tras las elecciones. "Al empresariado le diría que lo que se está haciendo es sólido. Que confíe e invierta. Este camino no va a torcerse", remarcó. La frase buscó disipar los temores sobre un eventual cambio de estrategia económica ante la presión del Congreso y los gobernadores, tema que sobrevoló toda la jornada del Coloquio, al igual que los cambios en el gabinete después de octubre.
Bullrich insistió, además, en la necesidad de "una construcción colectiva" con los gobiernos provinciales: "Si bajamos un impuesto y las provincias lo suben, vamos por caminos distintos". La extitular del PRO cerró su exposición con una apelación al optimismo, aunque sin prometer resultados inmediatos: "Se ha visto la enorme agresión en muchas leyes; si frenás el crecimiento del país, frenás el de todos los argentinos".