“Parar la pelota” y “esperar a ver qué pasa” es la mejor forma de definir lo que muchas pymes están haciendo en estos meses ¿Un ejemplo? Codini, una fábrica cordobesa, dedicada al rubro de electrodomésticos. Si bien el año pasado completaron inversiones importantes para producir de manera más eficiente y competitiva, en 2025 están “a la espera”, pispeando cómo evolucionan las reglas: desde la apertura de importaciones de insumos hasta productos terminados, pasando por la incertidumbre sobre si Argentina seguirá integrando –o– el Mercosur, entre otras dudas.
Codini analiza el panorama con cautela, porque conoce de cerca la historia económica argentina. A lo largo de sus 70 años de trayectoria –fue fundada en 1947 en la ciudad de San Francisco (Córdoba) por el abuelo de los actuales directivos– atravesó todas las instancias: desde fabricar en un garaje improvisado los primeros lavarropas “locales” del país hasta importar partes y distribuir productos competitivos. En años de dólar alto, llegó a exportar sus propias líneas, mientras que en tiempos de dólar retrasado se enfocó en integrar productos de alta gama para reconocidas marcas internacionales.
Simplifican los trámites para la importación de electrodomésticos
Ahora, en plena transición de empresa familiar mediana (con 224 empleados), busca profesionalizar su management y definir su rumbo. Por el momento, optó por un enfoque mixto: abastecer el mercado local con productos de entrada, exportar el 5% de su producción a países del Cono Sur y preparar su primera apuesta por el inmenso mercado brasileño. A esto se suma una segunda estrategia de supervivencia: ampliar su portfolio y fabricar otros electrodomésticos para el mercado local, desde ventiladores de techo hasta hornos y pavas eléctricas.
“En 2024 facturamos $ 20 mil millones y produjimos unas 200 mil unidades de lavarropas y secarropas por año. También realizamos inversiones significativas y alcanzamos el 12% del mercado nacional de esos electrodomésticos”, le contó a PERFIL Javier Codini, actual presidente de la compañía y vocero de los cuatro hermanos que –todavía hoy– toman las decisiones del grupo.
Durante una visita a la planta cordobesa, a la que PERFIL asistió por invitación de la empresa, el directivo detalló: “Este año planeamos facturar $ 30 mil millones, vendiendo un 10% más de unidades. Vamos a apostar por productos nuevos, entre ellos el primer secarropas del mercado hecho con material reciclado, pero a un precio similar al convencional. Queremos que la sustentabilidad sea accesible para todos los compradores”.
Ya al cierre del primer trimestre, los directivos explican: “Este año estamos ralentizando las decisiones de inversión. Básicamente, consideramos que estamos en una transición, esperando ver cuáles serán las nuevas reglas de juego que el Gobierno está actualizando de manera permanente. Tenemos que entender si conviene más producir localmente o importar y distribuir”.
Y es que, admiten, su gran desafío ahora es global. “Hoy nuestros lavarropas compiten con productos de cualquier parte del mundo. Para ser competitivos, necesitamos reducir costos, lo que incluye una baja en la carga impositiva”.
Por supuesto, reconocen que la volatilidad económica y los cambios extremos en las regulaciones –que abren o cierran importaciones– generan una incertidumbre que dificulta cualquier planificación a largo plazo. A esto se suma la incertidumbre sobre el rumbo que tomará Argentina respecto al Mercosur, un espacio económico que no parece entusiasmar al gobierno de Milei.
El empresario concluyó: “Para tener una oportunidad fabricando en el futuro, necesitamos competir en igualdad de condiciones. Solo así podremos enfrentar a cualquier mercado del mundo”.
Apostar por la sustentabilidad
En las próximas semanas llegará a los canales de venta un producto innovador, según sus fabricantes. “Comenzamos a producir en nuestra planta de San Francisco las primeras unidades de una tirada de 10 mil equipos. Se trata de un modelo de secarropas ‘Bio’”, explican en la compañía.
Este nuevo producto se fabrica a partir del reciclaje de 30 toneladas de plástico que antes terminaban como desecho. “Además, incorporamos un manual digital para evitar el uso de papel y logramos que prácticamente la totalidad de los insumos del producto provengan del reciclado”, detallan.
Desde Codini sostienen que esta innovación responde a una creciente demanda del mercado.
Desde Codini sostienen que esta innovación responde a una creciente demanda del mercado. “Creemos que la sustentabilidad es un tema que atraviesa la agenda de todos los consumidores argentinos. Notamos que, sobre todo, los más jóvenes se interesan en esta temática y buscan productos con mejores características ambientales, fabricados bajo procesos más ecológicos.
