El último fin de semana largo reconfirmó una tendencia que el sector ve hace ocho meses: el turismo dejó de impulsar la actividad económica y se convirtió en una de las anclas de la recesión. La merma del poder adquisitivo de las familias hizo caer a uno de los sectores del que depende el 7% del empleo formal. A la par, los controles cambiarios generaron una balanza comercial turística deficitaria por US$ 3.300 millones en lo que va del año.
Menos personas disfrutaron de una escapada durante el feriado del el Día del Respeto a la Diversidad Cultural. Frente al mismo fin de semana del año pasado viajaron 7,1% menos y el impacto económico tuvo una baja real de 33,3%, de acuerdo al último reporte de CAME. Esto se explica porque el feriado 2023 fue de cuatro días y el tipo de cambio en aquel momento volvía a Argentina más conveniente para que ingresen extranjeros.
“El visitante este año fue mucho más austero, notándose el menor poder adquisitivo. Viajó, pero priorizó las actividades gratuitas y redujo su demanda gastronómica. Fue común ver ciudades con ocupación hotelera en niveles muy altos y a la vez, confiterías y restaurantes semi vacíos”, evaluó la Cámara de la Mediana Empresa.
En los últimos años, el turismo se había posicionado como uno de los sectores estratégicos para el crecimiento del país con el potencial de generar divisas y dinamizar las economías regionales. Sin embargo, según las últimas estadísticas oficiales, se han visto ocho meses de caída de la industria turística. Es que el país se volvió caro frente a destinos extranjeros y la recesión afecta el salario real de las familias.
En el sector exhiben preocupación por la baja de más del 7% en la ocupación hotelera en el primer trimestre y superior al 20% en el segundo. Aunque el primer trimestre mostró un leve incremento del 2%, en el segundo el número de pasajeros transportados por vuelos de cabotaje descendió 18%.
“El modelo económico actual no está brindando los mecanismos necesarios para que la industria turística pueda prosperar. Sin políticas públicas claras y sin incentivos para fomentar el consumo turístico, el sector seguirá en caída libre”, proyectaron desde la Fundación Encuentro.
“La sostenibilidad del turismo en Argentina depende de precios competitivos y políticas claras que impulsen el consumo interno y fomenten el turismo receptivo. Sin embargo, el contexto actual, marcado por la apreciación cambiaria y la falta de incentivos, muestra un panorama sombrío”, analizaron en la usina que dirige Sergio Massa.
Balanza comercial en negativo
Esto explica que la balanza comercial del turismo fuera deficitaria en US$ 3.344,7 millones en el acumulado entre enero y agosto. De hecho, el gasto promedio de los argentinos en el exterior se duplicó.
Por la intervención cambiaria que ejerce el Gobierno, Argentina perdió el turismo receptivo y dio vuelta ese balance que antes generaba dólares. Desde las perspectivas de algunos de los mercados prioritarios de Argentina, Brasil y Chile perdieron entre el 42% y 38% de capacidad de compra desde diciembre hasta la actualidad, respectivamente, de acuerdo a los cálculos de Encuentro.
En el mismo período, la capacidad de compra de bienes y servicios turísticos en el exterior por parte de los argentinos creció 57% medida a dólar blue y 20% a valor de dólar “turista”. La eliminación del Impuesto PAIS el 23 de diciembre de este año junto con las distorsiones cambiarias “podría agravar aún más la situación, incentivando la salida de divisas y haciendo aún más difícil la recuperación del sector”, pronosticaron desde la fundación.
Esto afecta a la economía real. IERAL estimó que alrededor del 7% del empleo privado registrado en Argentina depende de la actividad turística. Según el informe, en los últimos meses se ha registrado una pérdida acumulada de 2,2% en los puestos de trabajo vinculados al sector.
LM
