Por la caída del poder adquisitivo, el consumo carne de pollo volvió a desplazar a la carne vacuna en la preferencia de los argentinos. Por habitante/año, se consumen 47 kilos de pollo, 45 kilos de carne vacuna y 20 kilos de cerdo, sumando un total de 112 kg de proteína animal por habitante.
Agregando 21,2 kg de huevo, el consumo de proteína animal alcanza los 133 kilos, de acuerdo con lo informado por Roberto Domenech, presidente del Centro de Empresas Procesadoras Avícolas (CEPA) en el Día de la Avicultura.
Domenech destacó que a nivel mundial, Argentina es el octavo productor, el décimo exportador de carne aviar el décimoquinto exportador de huevos y derivados. Además, es el quinto consumidor mundial de huevos.
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La producción avícola se desarrolla en 18 de las 24 provincias, empleando a 130 mil personas y consume por año 6 millones de toneladas y 2,2 millones de toneladas anuales de pellet y poroto de soja.
Con respecto a la demanda, Domenech explicó “los aumentos de consumo de cada carne se compensarán con las bajas que resignen las otras carnes en un contexto de suma cero. Como consecuencia, esta es la base por la cual el desarrollo de nuestro sector y todas las carnes se apoyará en la exportación o se mantendrán con riesgo de crisis recurrentes”.
Oportunidades y desafíos
Entre las oportunidades y desafíos, el presidente de CEPA señaló que “las inversiones son imprescindibles y necesitamos líneas de financiación ágiles para respaldarlas.Mantenemos activos más de 75 mercados internacionales. La exportación es crucial para consolidar un crecimiento constante”.
Domenech añadió que para mantener un crecimiento anual del 2% de la producción de pollos, se deben incorporar 200 galpones de última generación por año junto a importantes inversiones en energía y caminos. “Para las grandes obras se necesitan inversores y la decisión política. Para nuestras inversiones es prioritario el crédito”.
En cuanto a la producción de huevos, reclamó que la reducción del IVA al 10,5% para equiparar el pago de impuestos con otros alimentos. “Además, se deben reducir costos laborales, logísticos y fiscales”.
