El ministro de Economía, Luis Caputo, buscará sortear tres amenazas que enfrentará en los próximos meses, con un plan de transición hasta las elecciones, en donde intentará calmar las presiones de un mercado financiero que reclama conocer el esquema de administración cambiaria para saber el destino del precio del dólar. Resistir el embate de las turbulencias del comercio exterior y las tensiones de la economía doméstica, en medio del debate electoral, será el principal desafío del Palacio de Hacienda.
Con el final de la novela del Fondo Monetario Internacional (FMI), que se sellaría este viernes con un acuerdo más cercano al pretendido por el Palacio de Hacienda, el Gobierno afrontará los seis meses que separarán hasta las elecciones legislativas con el plan de Caputo en la mira. Hasta el 2 de abril, día en que Donald Trump anunció aranceles a las importaciones a Estados Unidos, algunas eran previsibles, pero se sumaron nuevos escenarios que dependerán de cuánto se sostenga la volatilidad mundial y qué capacidad de resistencia tenga una economía doméstica con alta demanda de dólares.
El giro en el comercio internacional, la posibilidad de un fortalecimiento del peronismo en las urnas y el debilitamiento de variables macro son los tres factores que Criteria identificó como intimidantes de un programa económico que entró en pánico apenas la comunicación de la administración libertaria sobre las alternativas del tipo de cambio lo hizo tambalear. “Estábamos pensando en la vuelta de Argentina a los mercados, la realidad cambió por dos cosas: factores locales y externos”, señaló Gustavo Araujo, jefe de Research.
Según cálculos de la Alyc, el Gobierno estaba en buen camino para llegar a un entendimiento con el organismo internacional que le diera aire para mejorar sus perspectivas de cara al año electoral. Pero el desanclaje de expectativas sobre una eventual devaluación y modificaciones en el esquema cambiario, drenó las reservas del Banco Central y alertaron la necesidad de salir a buscar más dólares para sostener la economía que se viene.
El día después del FMI
“El Gobierno va a tener que anunciar qué va a pasar con el dólar apenas haya acuerdo con el FMI. Los mercados ya compraron un acuerdo de USD 20.000 millones y un cambios en el tipo de cambio”, coincidieron Araujo y Nicolás Max, director Asset management de Criteria. De acuerdo a los especialistas, los cambios deberán llegar con un paquete de medidas entre las que debería estar una tasa de interés más alta para aguantar la demanda de divisas. “Si van a resignar alguno de los fundamentals, será la actividad económica”, planteó Max.
Tanto la actividad económica, como el desempleo, la pobreza y los salarios reales volvieron a niveles previos a la era Javier Milei, calculó la sociedad de Bolsa. “Los salarios informales se encuentran sólo un poco por debajo de la base de diciembre de 2023, quizás por la posibilidad de una negociación más uno a uno, mientras que el salario público es el gran perdedor”, explicó el experto.
Pero, a la vez, señaló que los ingresos son la moneda de cambio de la opinión pública que puede hacer caer la confianza de la población en la figura presidencial y trasladarla en descontento en los próximos comicios. Otro ítem es el ex Frente de Todos, que está dividido y la pelea Cristina Kirchner - Axel Kicillof, irresuelta. Un eventual crecimiento del peronismo podría ser una mala noticia para el Gobierno y para inversores, que son antipáticos a sus políticas. El caso de la oposición hoy es “una oportunidad que se puede transformar en amenaza”, apuntó.
La amenaza de la volatilidad global depende del vínculo de la gestión libertaria con Estados Unidos. Milei y sus funcionarios hicieron alarde de la buena relación con Donald Trump en varias ocasiones, pero hasta ahora ese acercamiento no rindió beneficios. “Trump pone aranceles con la intención geopolítica de sentar a negociar al resto de los países”, determinó Araujo.
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La comunicación: la debilidad más grande
El 18 de marzo el titular del Palacio de Hacienda titubeó cuando en una entrevista televisiva le preguntaron sobre el tipo de cambio. Desde ese entonces, el Banco Central lleva vendidos más de USD 1.900 millones en 16 de las últimas 17 ruedas en medio de fuerte incertidumbre ocasionada por la expectativa de que el pacto con el Fondo llegará con modificaciones en el esquema cambiario. Es un escenario comparable al de años de sequía que llevó a las arcas de la autoridad monetaria a la misma foto que cuando asumió Milei en diciembre del 2023: reservas netas en USD 12.000 millones negativas.
“Hubo un desanclaje de expectativas”, explicó el jefe de Research. “Nadie venía hablando de lo que no estaba funcionando, y de repente se hizo foco”, dijo en relación al esquema cambiario semifijo, que el organismo internacional ya había señalado en varias ocasiones y que parecía que el Gobierno esperaba sostener hasta las elecciones.
Hay cuatro posibilidades para el dólar: salir a flotar (como quiere el FMI); un esquema de bandas cambiarias (con márgenes que se especulan del 5% al 10%); un tipo de cambio semifijo, sin blend y unificado con un crawling peg modificado, y una continuidad estática del esquema actual.
Según Criteria, existe la posibilidad de que una buena administración de las expectativas evite un desmadre en las semanas siguientes al anuncio del FMI. Aunque descuentan un escenario de traslado de saltos cambiarios a la inflación y una continuidad de la recesión heterogénea.
ML