La baja temporaria de las alícuotas de derechos de exportación, conocidas como retenciones, por un lado llevan alivio para los productores agrícolas que venían teniendo problemas por una combinación de caída de precios internacionales y menos producción estimada por efecto de la falta de lluvias, sobre todo en soja y maíz.
El gobierno anunció que una reducción de 33% a 26% para el poroto de soja; de 31% a 24,5% para los derivados de la soja y de 12,9% a 9,5% para trigo, cebada, sorgo, maíz y girasol, así como la eliminación definitiva para varias economías regionales. De acuerdo con un informe del CEPEC, según los precios FOB actuales implica un beneficio adicional de aproximadamente US$ 28 por tonelada de soja y US$ 6 por tonelada de maíz.
La Bolsa de Comercio de Rosario informó que en 2024 las retenciones de las cadenas de granos (soja, maíz, trigo, girasol, cebada y sorgo) sumaron en US$ 5.350 millones. Para 2025 se esperaba alcanzar US$ 8.386 millones, antes del anuncio del Gobierno.
Cómo quedan las retenciones al campo tras la rebaja temporal anunciada por Caputo
Desde el IARAF estiman que función de la información disponible, la reducción temporal de las retenciones implicaría un costo fiscal del orden de 0,13% del PBI. Si se considera el resultado fiscal de 2024, se tiene una equivalencia del 42%.
Desde la consultora PPI consideran que en base a fuentes del sector, los márgenes para los productores de soja aumentarían en 10,9%, mientras que los del maíz y trigo en 3%. “Por ende, consideramos que los productores tendrían más incentivos a vender sus stocks a los exportadores, lo que redundaría en una aceleración de la liquidación. Vale recalcar que este efecto se monta sobre el ya existente carry de los exportadores (tasa de devaluación de 1% mensual a partir de febrero versus tasas en pesos de 2,6/2,8% en la parte corta de la curva de tasa fija y de 2,2% en la parte larga)”.
“La combinación de ambos efectos redundaría en una fuerte suba de la oferta en el MULC que, a su vez, permitiría una aceleración de las compras del BCRA”, afirma el reporte de la consultora.
Impacto en el dólar
La reacción de los tipos de cambios se hizo sentir fuerte este viernes, con caídas de 2,4% en el dólar CCL y de 2% en el MEP. Incluso, el dólar blue terminó 0,50% por debajo se cotización del jueves.
“Fuerte baja de los dólares financieros como respuesta a la baja temporal de las retenciones previendo que aumente las liquidaciones y que el dólar blend genere una mayor oferta sobre ellos. Si lo hubieran hecho hace un par de semanas, el BCRA evitaba la intervención y la pérdida de reservas”, afirmó el analista financiero Christian Buteler.
Inflación
“Las retenciones cumplen también el rol de desacoplar los precios internacionales de los locales, especialmente en contextos de alta inflación”, señalaron desde el CEPEC. Por otra parte, “al bajar el costo de exportación, podría aumentar la presión sobre los precios locales de los alimentos, generando un impacto en el índice general de precios”.
En el mismo sentido, Juan Pablo Costa, economista de CEPA, indicó que “debería haber algún impacto en la inflación, incluso con la eliminación a todas las economías regionales, salvo que haya algún tipo de compensación, algo en lo que este gobierno no cree. Me da la sensación de que el gobierno está aceptando un poco más de inflación en pos de conseguir más reservas”.
El incremento del precio del maíz y la soja por baja de retenciones también tiene impacto en la alimentación de los planteos intensivos de producción de carne. El productor Juan Eiras, miembro de la Cámara Argentina de Feedlot, puntualizó que “el año pasado en la carne tuvimos una baja de la retenciones a las exportaciones del novillo de 9% bajó a 6,75% y la vaca que estaba en 9% quedó sin retenciones, que ayuda al criador y al feedlotero. Nos hubiese gustado que el Gobierno anunciara que bajaban las retenciones al novillo y la vaquillona”, añadió Eiras.
Con respecto al encarecimiento de los costos, el feedlotero describió que el valor del maíz de estas últimas semanas es prácticamente una paridad con Chicago. “Ya estábamos pagando arriba de 200 mil pesos, por lo tanto el ajuste no se tendría que ver. Por otro lado, después de varios meses, el negocio del feedlot se acomodó con el aumento de consumo en noviembre y diciembre y demostró algo muy positivo, porque teníamos miedo a la reacción del consumidor ante un aumento de precios”.
Los precios de la soja y el maíz también impactan en los costos de producción de carne de cerdo. Para el asesor privado Juan Ucelli, “actualizando los valores del maíz y la soja con las nuevas retenciones, me da un aumento del costo de producción del kilo de cerdo vivo de 3,5% que es totalmente absorbible por el precio de venta que tiene hoy”.
LM