ECONOMIA
SUPER CAMPO TE DESPIDE

Daniel Valerio y el duro momento de decir adiós

A los 74 años falleció Daniel Valerio. Ingeniero agrónomo de profesión y uno de los mejores periodistas agropecuarios. De palabra suave y fuertes convicciones, un líder natural. Muchos aprendimos de él y hoy sufrimos su partida. El homenaje de sus amigos de Super CAMPO.

Daniel Valerio
Daniel Valerio | Norberto Melone y Cedoc Perfil

A los 74 años falleció ayer en su adorada Malargüe (Mendoza), Daniel Valerio, un imprescindible del periodismo agropecuario, profesor de muchos y reconocido por todos como un "tipazo". Su partida nos deja desorientados a quienes lo conocimos y aprendimos de él. Hemos visto tantas muestras de cariño en estas horas, que no hacen más que confirmarnos lo que para nosotros era un hecho: teníamos al mejor jefe en nuestra redacción, al más noble, al más humano. Y al más profesional.

Daniel llegó a Super CAMPO, la revista fundada por Alberto Fontevecchia, allá por el año 1998, tras el cierre del primer Diario PERFIL donde había recalado para darle forma al suplemento de agro de los sábados. Con la infatigable compañía de Roderick Mac Lean -su mano derecha en el periódico-, se convirtieron en una dupla reconocida en el sector, y le fueron imprimiendo una impronta profesional a la revista, que con los años se fue convirtiendo en material de consulta hasta de estudiantes universitarios.

Y después veníamos nosotros, los cronistas, los que aprendíamos del "maestro".

Daniel Valerio

Luis Machado, con quien compartimos redacción desde hace más de 20 años, y que participó del nacimiento de la revista, quiso aportarme una semblanza de lo que representó la llegada de Daniel a Super CAMPO cuando la revista tenía apenas 4 años en la calle. "Además de un contenido editorial más enfocado hacia el agronegocio, Valerio buscó instalar la marca Super Campo en eventos y cursos de capacitación auspiciados por la revista. Y no sólo era el conductor de todos los proyectos, sino que estaba siempre atento a todos los detalles y dispuesto a solucionar cualquier problema, además de estar siempre abierto a escuchar nuevas ideas y, en especial, a compartir su experiencia para que todos mejoráramos", recuerda Luis y le da forma a su visión de Daniel como un: "docente en el mejor sentido de la palabra".

Su co-equiper en la revista, Roderick Mac Lean, y uno de sus mejores amigos, lo recordó con una hermosa semblanza que les invito a leer aqui, y de la que me permito tomar una parte porque muestra al Daniel Valerio auténtico, al que todos queríamos.

"El país se incendiaba en el 2001. Fuimos juntos a tomar un helado en la Heladería Olímpica, que ya no existe más. La Avenida de Mayo parecía Florida con gente que iba y venía. No paseaban. Protestaban algunos con bombos, bombas de estruendo y pancartas. Otros deambulaban con cara de desconcierto y pesar. Nuevamente los argentinos estábamos sin rumbo. Daniel se pidió uno de pistacho y le agregó crema de leche, sí esa era la rara especialidad que tenía la Olímpica. Mientras nos sentábamos no podía dejar de sufrir por el negro futuro que avizoraba para cada uno de nosotros. Pero él no. Me contó con lujo de detalles su proyecto de Kiñe, su primer lugar en Malargüe. Su entusiasmo realzaba el contraste. Varios veíamos un mundo derrumbarse, pero Daniel pensaba en el futuro y en sus sueños. Siempre le dije que lo envidié mucho por eso. Y así fue su vida, hasta el último momento".

Daniel Valerio

Y es que Daniel se fue como le gustaba vivir, soñando y tejiendo planes. Su última aventura fue el cruce de la cordillera de los Andes en un nuevo proyecto que estaba desarrollando con su entrañable amigo, Norberto Melone, que también fuera nuestro "ojo" en Super CAMPO con sus memorables fotografías que dieron vida a tantas de nuestras notas. Fotos que por cierto, hoy muestran al Daniel de estas fotos en la nota. Un tipo que escribía, que vibraba el campo, que compartía sin mezquindad su saber y que nos inspiraba.

Algo así me decía Cora Gornitzky, una de las tantas colaboradoras de la revista que lo despide con gran dolor. "Daniel encabezaba y dirigía un equipo fraterno de periodistas con los que aprendí lo esencial de este oficio. Esa cofradía SUPERcampera fue mi universidad agroalimentaria. Valerio siempre defendió la heterogeneidad del significante campo. Incluía a todos sus actores. Nada le era ajeno en su inmensa curiosidad y pasión por los detalles: ni la última innovación Agtech, ni las familias puesteras de Malargüe. Con él se va también una concepción y una práctica del periodismo agropecuario, que extrañaré para siempre".

También Sandra Capocchi, otra de las colaboradoras que trabajaron muchos años en la revista lo recuerda con cariño. "Daniel fue ejemplo de profesionalismo y respeto a la actividad agropecuaria de la mano de la búsqueda de la información chequeada y las voces de todas las regiones argentinas, porque todos tenían un espacio en Super Campo, desde un apicultor del Chaco profundo a un empresario dedicado a la innovación tecnológica. Ese es el legado de Daniel, que con el tiempo más que un director editorial se convirtió en un amigo con una escucha sincera y fraternal".

Daniel Valerio

En mi caso llegué a Super CAMPO motivada por escribir de algo que creía me gustaba y en un momento bisagra de mi vida. Luego de conocer a Daniel, y más aún, de trabajar 15 años con él, me di cuenta de que era un error. No me gustaba, me apasionaba.

Entre tantos viajes, notas, recorridas de ferias, charlas y discusiones, me enseñó el oficio de contar, de acercarse a la gente y de ser riguroso con los datos. De profundizar. De emocionarme y de agradecer. De querer y defender al periodismo agropecuario y de sentirme orgullosa del laburo cotidiano. Un día se fue de la revista y me legó el espacio. Me acompañó en la transición y me enseñó a quererla como si fuera mía. Durante algunos años mi laburo siguió ahi, pero sin la mística de Daniel. Sin su palabra certera o su mirada profesional aguda. La revista cerró su edición en papel a fines del 2019, pero en mi corazón siento que hoy se va la última edición.

Que difícil es decirte adiós, Daniel. Acá te quedás, en nuestro corazón para siempre. Gracias infinitas.

Tu equipo de Super CAMPO