El Gobierno introdujo cambios en el Código Alimentario Argentino (CAA) para “facilitar las importaciones y las exportaciones” y reducir los precios de estos productos básicos en el mercado interno, explicaron en un comunicado oficial. El camino de flexibilización del comercio exterior comenzó en marzo de 2024, cuando el Banco Central facilitó el acceso a divisas para la importación de 150 productos de la canasta básica y se suspendió el pago de algunos impuestos por 120 días. El objetivo de esta decisión, según afirmó en ese momento el vocero presidencial, Manuel Adorni, era “hacer los precios más competitivos en beneficio de las familias, con alguna quita de impuestos en esos productos importados”. Sin embargo –y a pesar de que las importaciones se incrementaron considerablemente– esto no tuvo correspondencia directa con una baja en los precios.
Según un informe del Instituto para el Desarrollo Agroindustrial Argentino (IDAA) de diciembre de 2023 a diciembre de 2024 la importación de alimentos creció un 82%. “El análisis que realizamos desde el IDAA incluye las categorías Alimentos y bebidas para la industria, tanto básicos como elaborados, y Alimentos y bebidas para el hogar, también tanto básicos como elaborados, excluyendo la importación temporal de soja”, detallaron.
En total, destacaron, durante diciembre de 2024 se importaron alimentos por US$ 242 millones contra US$ 133 millones en el mismo mes de 2023, “marcando un nuevo récord y elevando la brecha interanual a 82%, contra el 61% de noviembre”.
El análisis, explican también, se centró en la importación de alimentos que son producidos en la Argentina, “ya que las condiciones macroeconómicas creadas por el gobierno nacional, sumadas a una apertura indiscriminada del comercio exterior, podrían ocasionar daños a las cadenas de valor locales”.
Como uno de los datos más llamativos señalaron el de la cadena limonera, “en donde las importaciones mensuales promedio fueron de 153 toneladas entre enero de 2021 y septiembre de 2024, pasando en octubre a 779, en noviembre a 3.042 y en diciembre a 5.147 toneladas, marcando un aumento anual de casi seis veces respecto de 2023”. En términos porcentuales las importaciones aumentaron un 591%. Pero los precios para el consumo interno en ese mismo período no bajaron: crecieron 292%; 175 puntos porcentuales por encima de la inflación interanual registrada en diciembre de 2024 (el costo del kilo pasó de $ 775,97 a $ 3.048 según el relevamiento del Indec). En cambio, de 2022 a 2023 la variación interanual del precio fue de 173%, un incremento que estuvo por debajo de la inflación general (211,4%).
Al respecto, el último informe de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa señaló que durante 2024 las economías regionales enfrentaron una situación difícil, “caracterizada por un consumo débil y altos costos de producción”. A su vez, resaltaron que “la apertura de importaciones ha intensificado la competencia, dejando a los productores nacionales en desventaja debido a los elevados costos de insumos, logística e impuestos que encarecen la oferta local. En el Mercado Central de Buenos Aires se observó, en sus distintas naves, la entrada de uvas de mesa, cerezas, naranjas, limones y cebollas, por mencionar algunos productos de distintas procedencias”.
A esto se suma, explicó Diana Chediack, agricultora de Tucumán, un invierno muy frío, “por lo que no hay limón de verano”. Chediack decidió abandonar la producción de limones este año y dedicarse a la caña de azúcar y a la nuez pecán. “Mi familia es una familia productora de limón de pocas hectáreas, desde hace 40 años, y este año desmontamos, no tenemos más limones”, comentó. La productora tucumana agregó también que la crisis en el sector lleva varios años. “No porque hayan llegado limones. Más allá de nuestra micro y macroeconomía, a nivel global también ha bajado el consumo de limón”. Por otro lado, señaló, tienen impacto “la alta carga impositiva del país y la inflación en dólares de todos los productos que uno compra, que la mayoría son importados para el plan sanitario y de fertilización”.
Por último, Chediack agregó que “hay situaciones sanitarias que en el país no se han tenido en cuenta, como la llegada del HLV, que es una enfermedad transmitida por un insecto” y que está afectando las plantaciones. “Estados Unidos tiene mucho problema con el HLV, Brasil también”. Pero, criticó, en Argentina “no se han tomado políticas sanitarias para que las zonas libres del insecto se puedan proteger. Las barreras fitosanitarias nunca funcionaron”. Por todo esto, concluyó, “hay casi 20 mil hectáreas de limón que ya no están en Tucumán y pasaron a otros cultivos. Eso, en el mejor de los casos. Si no, quedan abandonadas. Los productores no tienen ni dinero para sacar las plantas y comenzar con otra actividad”.
Con el decreto 35/2025 publicado el 20 de enero en el Boletín Oficial, los controles para el ingreso y salida de alimentos del país se flexibilizan. “Según la normativa nacional, todos los alimentos que se elaboren, fraccionen, conserven, transporten, expendan o expongan, deben satisfacer las exigencias del CAA. En lo referente a la importación, la modificación implementada establece que se considerarán satisfechas las exigencias del CAA si los productos alimenticios cuentan con certificación emitida por países considerados de alta vigilancia sanitaria. Para ingresar al país sólo se tendrá que completar una Declaración Jurada de Importación”, destacaron desde el Gobierno.
El informe de IDAA también subrayó el considerable aumento de las importaciones que experimentaron otros alimentos como el tomate, la yerba y la cebolla durante 2024. El efecto sobre los precios es difícil de comprobar. En el primer y segundo caso los precios registraron subas inferiores a la inflación general (40,3% y 60,18% en términos interanuales), pero en el caso de la cebolla, si bien las importaciones aumentaron en un 6.889%, los precios crecieron 125%, es decir siete puntos porcentuales por encima de la inflación.
“Es importante destacar que dichos productos, al igual que los limones, provienen masivamente de países limítrofes”, manifestaron. En el documento citaron al ministro de Agricultura y Ganadería de Paraguay: “el cambio de Gobierno nos ayudó. Estamos enviando productos, pero no queremos que sea coyuntural”, declaró el funcionario.
Concluyeron que “estas declaraciones reafirman lo señalado en los informes anteriores de IDAA en el sentido de que más allá de cuestiones puntuales, como afectación por heladas, baches de producción, etc., son las condiciones macroeconómicas y la política desregulatoria en materia de comercio exterior las que explican este comportamiento del mercado”.
Por lo demás, estiman, la situación podría profundizarse “de cara a un año electoral”.