Por el cóctail de parate económico, caída de ventas, y ruptura en la cadena de pagos que trajo la cuarentena en abril, los préstamos en pesos a comercios e industrias evidenciaron un crecimiento explosivo en ese primer mes de pleno impacto del aislamiento obligatorio. Según un informe de First Capital Group, los préstamos comerciales treparon en abril 21,2% con respecto a marzo, y registraron una suba de 97,23% con relación a igual mes de 2019.
De esta manera, se convierte en la única línea de préstamos que exhibe guarismos de crecimiento real versus la inflación durante los últimos 12 meses.
Además, el análisis destacó que mientras todas las otras líneas de préstamos cayeron, el incremento en los créditos comerciales “explica casi el total de los préstamos del sector privado del mes”.
“Acá se puede apreciar que la disposición del gobierno nacional para otorgar financiamientos que cubran la falta de actividad económica, en parte ha dado resultado, y las empresas receptoras de estos fondos pueden utilizarlos para mantener los pagos a sus asalariados y proveedores”, evaluó Guillermo Barbero, socio de First Capital Group.
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En ese marco, se inscribe la línea de créditos impulsada por el Banco Central con una tasa máxima del 24% destinada a pymes para el pago de salarios, que cuenta con garantías estatales.
El informe detalló que los préstamos en pesos al sector privado alcanzaron en abril un monto de $ 2.117.871 millones, representando una suba en los últimos 365 días de $ 570.453 millones, equivalente a un aumento del 36,9% anual.
Concretamente en abril, el crecimiento fue de $120.092 millones, lo que representa una suba de 6%.
En ese sentido, otro análisis de la consultora LCG, también enfatizó que ese aumento mensual “significa un aceleramiento de 4 puntos porcentuales frente a marzo, y remarcó que “en términos reales crecieron por primera vez en el año (+4%)”.
“Toda la suba mensual se explica por el fuerte incremento a empresas, que se ubicó 18% por encima de la inflación, el registro más alto desde al menos 2003”, especificó.
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LCG planteó que “debido a las medidas de aislamiento obligatorio y la imposibilidad de abrir para empresas que no representan actividades esenciales, las necesidades de financiamiento aumentaron notoriamente, en busca de evitar un cierre masivo”.
En cambio, comparó que “el financiamiento con garantía real (hipotecarios y prendarios) y los préstamos al consumo cayeron 3,1% y 3,3% mensual real, y bajaron 36% y 17% interanual, respectivamente.
En cuanto a las perspectivas, LCG estimó que “es probable que continúen incrementándose los préstamos a empresas, ya que la situación extraordinaria provocada por la pandemia obliga a las mismas a acceder a créditos para poder sostener sus costos fijos sin estar produciendo; en la medida que se flexibilicen los créditos y se dinamice la entrega de garantías estatales, el financiamiento acelerará su crecimiento”.