El ransomware dejó de ser una amenaza lejana: hoy representa un riesgo real para empresas de todos los tamaños. Estos ataques, que encriptan archivos o sistemas críticos y exigen un rescate para devolver el acceso, se multiplican en América Latina y afectan tanto al sector público como privado. En Argentina, 4 de cada 10 empresas sufrieron ciberataques en el último año. La ciberseguridad ya no puede ser vista como un asunto técnico: hoy es una dimensión estratégica del negocio.
Ciberataques en Argentina: “En los últimos años, las inversiones en ciberseguridad crecieron un 10%”
El ransomware se ha convertido en una de las formas más dañinas de cibercrimen. Casos resonantes como los ciberataques al Ministerio de Salud argentino o a clínicas privadas afectaron seriamente la atención a pacientes, lo que muestra el impacto tangible de este tipo de amenaza.
En la región, episodios como el de Costa Rica —que declaró emergencia nacional tras un ciberataque en 2022— y el aumento de incidentes en infraestructura energética en 2024 reflejan la urgencia del problema.
El impacto va más allá del pago del rescate. Según Cybereason, el 80% de las organizaciones que pagaron fueron atacadas nuevamente. Otras consecuencias frecuentes incluyen parálisis de las operaciones, pérdidas financieras, daño reputacional y, en muchos casos, despidos y pérdida de clientes.
Algunos sectores están especialmente expuestos al ransomware
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Salud: Clínicas, laboratorios y hospitales manejan datos sensibles y servicios críticos. Ataques recientes en Argentina interrumpieron la atención médica durante semanas.
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Finanzas: Entidades bancarias y fintechs concentran casi una quinta parte de los ataques globales, según el FMI.
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Educación: Instituciones con redes amplias y sistemas desactualizados, como la UBA, han sido blanco de cibercriminales.
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Energía: Las empresas energéticas son target por su rol estratégico. Los ataques pueden provocar apagones y daños millonarios.
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Retail: Las cadenas comerciales son vulnerables por su dependencia de sistemas digitales y el alto volumen de transacciones diarias.
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Seis estrategias clave para mitigar el riesgo
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Backups aislados y confiables:
Realizar copias de seguridad periódicas y almacenarlas offline. El esquema 3-2-1 (tres copias, en dos formatos, una fuera de línea) permite recuperar datos sin pagar rescate.
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Actualizaciones y parches al día:
Mantener los sistemas y software actualizados evita que vulnerabilidades conocidas sean explotadas. Muchas infecciones pueden prevenirse simplemente aplicando parches a tiempo.
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Formación y concientización del personal:
Los usuarios son un eslabón crítico. Capacitar en buenas prácticas y realizar simulacros de phishing disminuye las probabilidades de errores humanos costosos.
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Control de accesos y autenticación multifactor (MFA):
Limitar privilegios y exigir múltiples factores de autenticación dificulta el ingreso no autorizado. El modelo Zero Trust es hoy el estándar más robusto.
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Monitoreo constante y detección temprana:
Contar con soluciones que detecten comportamientos anómalos en tiempo real —como firewalls avanzados, EDR/XDR y SOC (Security Operations Center)— permite actuar antes de que el daño se propague.
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Plan de respuesta a incidentes y continuidad operativa:
Definir roles, protocolos y planes de recuperación ante un ataque. Ensayar estos planes ayuda a evitar improvisaciones en momentos críticos.
El ransomware no es una amenaza residual: es un riesgo corporativo de alto impacto, y como tal debe ser abordado desde la dirección ejecutiva con una visión estratégica, transversal y sostenida en el tiempo. La ciberseguridad ya no es un tema exclusivo del área técnica; se ha transformado en un componente clave de la continuidad operativa, la reputación y la confianza institucional.
En un escenario donde los ataques seguirán evolucionando, anticiparse es la única respuesta posible. Implementar buenas prácticas, invertir en prevención y capacitar a las personas dentro de la organización puede marcar la diferencia entre una interrupción contenida y un desastre con consecuencias de largo plazo.
* CEO & founder de Bloka