Los fabricantes de autos chinos han puesto un pie en América Latina para conquistar los mercados de la región.
En los últimos cinco años, China cuadruplicó las ventas a la región, pasando de US$ 2.182 millones de dólares en 2019 a US$ 8.564 millones en 2023, lo cual representa 20% en la participación del mercado medido en dinero. De esta manera, el gigante asiático de convirtió en el primer proveedor de América Latina, según el Centro de Comercio Internacional (ITC, en inglés).
Estados Unidos, que ostentaba el primer lugar hasta 2021, se ubicó en el segundo puesto como proveedor con 17%, mientras que Brasil bajó al 11% el año pasado, de acuerdo con un reporte de AFP.
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En el incipiente mercado de los vehículos eléctricos, el dominio chino es mayor, con el 51% de las ventas en la región y prácticamente todos los autobuses eléctricos son de origen chino.
"El crecimiento de los fabricantes de automóviles chinos en los últimos años ha sido exponencial, gracias a mejoras significativas en calidad, tecnología y diseño", señaló a AFP Andrés Polverigiani, gerente de inteligencia de marketing automotor de la consultora Nyvus.
En la Unión Europea y Estados Unidos, dos mercados con industria automotriz fuerte, la imposición de aranceles le ha impedido a China avanzar con la fuerza que lo ha hecho en América Latina.
El caso chileno
El mercado chileno, prácticamente libre de aranceles, es considerado uno de los más competitivos del mundo, donde 80 marcas de 28 orígenes ofrecen más de 600 modelos de vehículos.
En sus puertos, el desembarco de autos chinos es casi incesante. "Un automóvil chino aquí compite en iguales características con uno americano o uno europeo. Los menores aranceles han llevado también a que los precios sean muy competitivos", destaca ante AFP el presidente de la Asociación Nacional Automotriz de Chile, Diego Mendoza.
El año pasado, los autos chinos representaron casi el 30% de las ventas en el país.
Mientras en Chile, en Ecuador, Perú o Colombia, la apuesta china es dominar el mercado, en Brasil y México -los grandes fabricantes regionales- se busca vender y producir.
Presencia china en Brasil
En Camacarí, en el noreste de Brasil, la empresa BYD está construyendo la mayor fábrica de autos eléctricos fuera de Asia, con una capacidad de producir 150.000 vehículos por año. GWM compró también una fábrica de Mercedes-Benz en Iracemápolis (Sao Paulo, este) para producir 100.000 unidades eléctricas al año.
"Brasil es un país con un gran volumen de ventas, todavía una baja presencia de vehículos eléctricos y una baja presencia de chinos. Si yo fuese un ejecutivo de una empresa automotriz china, también vería el mercado brasileño con mucho interés", comenta a la AFP Cassio Pagliarini, especialista de Bright Consulting.
China logró atraer a los consumidores tras asociarse con los grandes fabricantes a través de alianzas que le permitieron abaratar procesos productivos y mejorar tecnologías.
Según Rubén Méndez, gerente de marketing de Movicenter, donde se venden automóviles en Chile, “la gente los fue probando y adoptándolos dentro de sus preferencias".
En cuanto a precios, José Carlos De Mier, representante en México y Puerto Rico de Nyvus, explica que "en algunos países de Latinoamérica las marcas de origen chino están ofreciendo más por el mismo precio”.
La presencia autos chinos han permitido el acceso al primer vehículo a segmentos de la población de ingresos medios o bajos en América Latina.
Además, permitió la expansión de tecnologías más limpias en ciudades contaminadas como Santiago, Bogotá o Ciudad de México, de acuerdo con Sebastián Herreros, economista de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
En la capital de Chile circulan más de 2.000 autobuses eléctricos de origen chino. "Todos nuestros países tienen que ir rápido a la electromovilidad por un desafío casi de sobrevivencia y ahí China es un socio ideal: tiene la escala de producción y la capacidad de vender a precios convenientes", agrega Herreros.
LM
