ECONOMIA

Chile tiene un sector automotriz pujante, pero sin fábricas de autos

Es el primer país que Tesla eligió para su desembarco en Sudamérica. No importó demasiado que tuviera un gobierno de izquierda, pues las condiciones de estabilidad macroeconómica y seguridad jurídica se mantienen.

Tesla Recalls 2 Million Cars to Fix Autopilot Safety Flaws
Tesla Recalls 2 Million Cars to Fix Autopilot Safety Flaws | Bloomberg

Hace pocos meses fue noticia el encuentro del presidente Javier Milei con Elon Musk, líder de X, Tesla y SpaceXentre otros iconos del mundo empresarial. Aun no conocemos los pormenores y el potencial de esto a mediano plazo para Argentina.

Sí sabemos, en cambio, que el primer país que Tesla eligió para su desembarco en Sudamérica es Chile. No importó demasiado que tuviera un gobierno de izquierda, pues las condiciones de estabilidad macroeconómica y seguridad jurídica se mantienen.

Tesla incorporó allí su empresa en 2023, y desde enero de 2024 tiene presencia física en el mall Parque Arauco, de Santiago. La anécdota sirve como disparador para contrastar la realidad de un país como Argentina, con tradición de producción de vehículos, y otro como Chile, que no tiene industria automotriz. Es decir, no fabrica autos.

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A pesar de lo cual, o precisamente por eso, Chile tiene hoy uno de los mercados automotrices más dinámicos y vibrantes que existen. Solo basta con darse una vuelta por las calles de Santiago para toparse rápidamente con un parque automotor que sorprende, a nivel de los países más desarrollados.

En las zonas acomodadas de la ciudad es habitual cruzarse con autos de marcas top como Porsche, Ferrari, Maserati, Lamborghini o Aston Martin. Incluso es posible ver de tanto en tanto algún Rolls Royce o Bentley de última generación. Además de cantidad de BMW, Mercedes Benz o Audi. Ni que hablar de las marcas japonesas, coreanas y en los últimos años, las chinas, que han copado el mercado.

 

Los nuevos lanzamientos de autos en Chile son permanentes

Tesla Ahead Of Earnings Figures
Foto: Bloomberg

Además del arribo de Tesla, en los últimos meses desembarcaron Jaecoo, Jim, Omoda y la fabricante de vehículos eléctricos Seres.

El crecimiento y penetración de las empresas chinas ha sido abrumador. De las 70 marcas activas hoy en el mercado, más de 30 son de ese origen.

En 2007, poco después de la firma del TLC entre ambos paises, apenas el 2.4% de los autos vendidos en Chile provenían de China. En 2022, casi un 40%. Además de China, Chile importa vehículos de otros 27 paises, siendo los más significativos, India (10%), Japón (8%), Brasil (8%) y Corea del Sur (6%).

Hay razones que explican el fenómeno. Chile, gracias a su gran apertura comercial, su tamaño - apenas unos 18 millones de habitantes- y un poder adquisitivo medio pero creciente, es campo fértil para las empresas automotrices. Las cuales han convertido al país en plataforma de lanzamiento y testeo de sus nuevos productos. Es ideal. Un mercado pequeño, pero muy competitivo.

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Tanto que según los últimos datos disponibles, existen en Chile cerca de 1.600 modelos de vehículos homologados, más que en el estado de California, en Estados Unidos.

El crédito y la estabilidad económica de las últimas décadas contribuyeron a que los autos en Chile sean relativamente baratos. Eso permitió el acceso de gran parte de la población. Según un estudio reciente de Cadem, 70% de los hogares declaró tener auto.

El mismo dato en 2018 era 63%, y 53% en 2014. Un 46% de esos hogares señaló que poseía solo un auto, mientras que 17% aseguró tener dos autos, y un 8%, tres o más vehículos. Cifras impensadas años atrás.

Con semejantes indicadores, no es extraño que el sector automotriz chileno sea uno de los más vigorosos de la economía. En aquel 2018 se marcó un record histórico de 418,000 unidades vendidas.

Desde entonces, el promedio anual ha bajado, por diferentes circunstancias, como la pandemia, el denominado estallido social de fines de 2019, el cambio de gobierno, el proceso constitucional y la suba de las tasas de interés, entre otras cuestiones. Aun así, en 2024 se espera que el sector alcance las 340,000 unidades. En un país, recordemos, que tiene apenas algo más de un tercio de la población de Argentina.

 

Servicios, no fábricas: el consumidor chileno, que dispone de una oferta incomparable

automotores

Como dijimos, en Chile no hay fábricas de autos. El sector está muy fragmentado. Lo lideran grandes empresas importadoras y distribuidoras que representan a múltiples marcas, a partir de convenios regionales o globales con las automotrices del mundo. Las cuales acceden así al mercado a través de las redes, know-how e infraestructura locales de estas distribuidoras.

Con un 25% del mercado automotriz, la más importante es la británica Inchcape, considerada la distribuidora multimarca independiente más grande a nivel mundial. Tiene presencia en 40 países y acuerdos con más de 60 marcas.

En Inchcape Chile trabajan cerca de 4.000 personas, y el gran golpe de escena lo dio en 2022, cuando compró por 1,300 millones de dólares, Derco, el mayor jugador chileno del sector. Por su parte, Astara, asociada al Grupo Sigdo Koppers, representa a más de 10 marcas -Alfa Romeo, Fiat, Bentley y Dodge entre otras, y tiene un 16% del mercado.

Algunas automotrices, como Toyota o General Motors, trabajan de manera independiente al margen de estas grandes distribuidoras. Otros actores tienen acuerdos de exclusividad, como Kauffman, que es la representante oficial de Mercedes Benz en Chile desde la década de 1950. Como puede verse, se trata de un sector muy dinámico. Y esencialmente de servicios.

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El principal beneficiario de este modelo ha sido sin dudas el consumidor chileno, que dispone de una oferta incomparable de productos y servicios, precios competitivos y condiciones de financiamiento muy convenientes. Lo que predomina en la ‘industria’ son los grandes eventos, las acciones de marketing, las presentaciones de nuevos modelos, la apertura de salones de venta, las redes comerciales y servicios de post venta, los productos financieros como seguros y créditos, entre muchas otras cuestiones.

Por estas características del sector, la mayoría de las personas que allí trabajan son profesionales vinculados a áreas como ventas, marketing, e-commerce, finanzas, tecnología, logística. Servicios. Hoy están en el sector automotriz, pero eventualmente pueden migrar el día de mañana a otras industrias con relativa facilidad, si el negocio cambia de manera drástica. Algo más difícil de lograr en un modelo rígido, con menos jugadores, y que gira en torno a la fabricación, como sucede en Argentina.

En un mundo que avanza sin pausa hacia la robotización total de los procesos industriales, la versatilidad de un modelo automotriz basado en servicios como el chileno, debiera al menos ser estudiado con mayor profundidad. Basta con darle una mirada al video de Xiaomi, la empresa china de smartphones, que ahora también fabrica vehículos eléctricos. Allí se muestra como producen un auto cada 76 segundos, en una planta en la que casi todo son robots y computadoras. Y la supervisión humana, mínima.