ECONOMIA
EL LADO B DE REUNIÓN EN LA UIA

Atraso cambiario con Brasil y aranceles de Trump, los argumentos que Caputo tiene en estudio para eliminar las retenciones a la industria

Los empresarios advirtieron por una avalancha de importaciones ante la devaluación del real y por la falta de competitividad con Estados Unidos por doble imposición. El equipo del ministro de Economía adelantó que estudia una compensación fiscal.

Luis Caputo y Daniel Funes de Rioja
Luis Caputo y Daniel Funes de Rioja | UIA

Una versión “llamativamente amistosa” fue la que paseó el ministro de Economía, Luis Caputo, por la sede porteña de la Unión Industrial Argentina (UIA). El encuentro fue “ameno” y “muy positivo”, según coincidieron en calificar tanto los locales como los visitantes. Si bien es cierto que hubo control de daños, gracias a la reducida y diplomática comitiva empresaria que garantizó un clima de “cordialidad” a pesar de las tensiones en el sector, los industriales desplegaron un escenario sombrío para todo el 2025. El jefe del Palacio de Hacienda les prometió una reactivación del PBI, pero admitió que a las fábricas les costará recuperarse.

El comunicado oficial de la UIA reflejó el consenso con Caputo y, para evitar rebeliones internas, evidenció algunos puntos en conflicto. Se exageró la puesta en escena del malestar por los impuestos provinciales y tasas municipales —situación que no controla el Gobierno nacional— y se evitó hablar en voz alta de atraso cambiario, del acuerdo comercial con los Estados Unidos —promovido por el presidente Javier Milei—, y de plazos concretos para eliminar impuestos nacionales o para sancionar la ley de beneficios para las pymes, conocido como mini RIGI.

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Sin embargo, en el salón Petiribí se hablaron de más cosas, porque los industriales —aun ese grupo con mayor afinidad al plan económico— no se iban a quedar con “simples promesas”. “Nos dijeron que, de acuerdo a la recuperación, van a bajar impuestos y nos van a tratar de dar más competitividad”, reveló uno de los participantes del encuentro, consultado por PERFIL. ¿Qué significa recuperación? “Ellos dicen que la recaudación de enero creció 6%; por lo tanto, si esto sigue subiendo, van a tener más caja y eso le permitiría bajar algún impuesto”, destacó la misma fuente consultada.

La pregunta sobre el libre comercio con EE.UU. que desubicó a la UIA

“La luz en el fondo del túnel se parece a una vela en medio de una tormenta”, admitió, socarronamente, otro empresario. Al iniciar el cónclave, el director ejecutivo y economista de la UIA, Diego Coatz, hizo un repaso puntilloso de la situación fabril: caída de 9,4% del producto industrial durante 2024; pérdida de 30 mil puestos de trabajo; 46% del costo de los bienes industriales afectados por impuestos; precios hasta 50 puntos porcentuales por debajo del IPC; y salarios formales de USD 1.100.

“Compensar ese escenario será imposible, con una recuperación que será heterogénea”, admitió a este medio un líder del sector. Caputo tenía esos números de antemano y por eso no confrontó. Redobló su paciencia para comprenderlos y confraternizó con los padecimientos, según la reconstrucción que hizo sobre el análisis de los industriales consultados. “Este Gobierno está a favor de la industria y del sector privado”, les dijo.

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De antemano, los participantes del encuentro sabían que no había lugar para reclamos sectoriales, aunque el impacto de los aranceles al acero y al aluminio decretado por el presidente estadounidense Donald Trump era imposible de esquivar, porque el Grupo Techint, la empresa siderúrgica más poderosas del país y con un fuerte entramado pyme, tenía sentado en la mesa a su representante número uno en el mando ejecutivo, David Uriburu.

“¿Qué les parece un acuerdo de libre comercio con los Estados Unidos?”, soltó Caputo, como una posible salida al conflicto. La consulta desubicó a los industriales, quienes aclararon que aún están estudiando sus eventuales efectos. “No vamos a firmar nada sin el acuerdo de ustedes”, les prometió el ministro.

Un fierro caliente con los aranceles de EE.UU. al acero y el aluminio

Lo cierto es que los industriales tienen un fierro caliente entre sus manos y necesitan medidas urgentes para suavizar la tensión. “No podemos tener aranceles del 25% en Estados Unidos y que nos cobren, además, otros aranceles internos para poder exportar. Es una doble imposición que hace inviable cualquier competitividad”, le reclamaron a Caputo.

Horas más tarde, en un posicionamiento al que accedió PERFIL, la Cámara Argentina del Acero señaló que “la Argentina cumplió estrictamente con los volúmenes acordados desde 2018, en el marco del cupo anual acordado bilateralmente”, y destacó que “hay integración productiva entre la producción siderúrgica de Argentina y Estados Unidos: productos argentinos complementan la producción norteamericana con insumos de acero que Estados Unidos tiene limitantes de producción”.

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“La nueva medida de Trump puede generar desvíos de comercio de producción de acero de economías de no-mercado que, ante el cierre del mercado de Estados Unidos, buscarán mercados y destinos de fácil penetración comercial”, alertó el informe. El contexto que toma en cuenta es la expansión comercial y sobreproducción de China, el enemigo número uno de los siderúrgicos, con el magnate ítalo-argentino Paolo Rocca a la cabeza. “China se ha convertido en el mayor productor de acero del mundo con una participación del 54% en acero y más del 51% en productos terminados”, aseguró la CAA, y destacó que “Argentina produjo en 2024 3,9 millones de toneladas (solo 0,20 % del total de la producción global)”.

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Además de los mencionados Uriburu y Coatz, el presidente Daniel Funes de Rioja, Isaías Drajer (laboratorios), Adrián Kaufmann Brea (Arcor), Rodrigo Pérez Graziano (automotrices), Javier Viqueira (metalúrgicos), Luis Tendlarz (textiles), Miguel Ángel Rodríguez (Sinteplast) y Martín Rappallini (Cerámicas Alberdi) fueron los representantes industriales. Acompañaron a Caputo el secretario de Coordinación Productiva de la Nación, Pablo Lavigne, y el secretario de Finanzas, Pablo Quirno. Ese equipo confraternizó y se generaron, incluso, charlas “mano a mano” para despejar algunas dudas. La mayor incógnita es el atraso cambiario con Brasil, luego de la devaluación del real que abarató los precios de los productos brasileños y dejó casi afuera del mercado a la producción argentina.

“Se evitó hablar del dólar, pero sí planteamos la devaluación del real y el costo argentino en dólares para alertar por las importaciones desde Brasil”, admitió ante PERFIL otro de los participantes del encuentro. Haciendo foco en el país vecino, el atraso cambiario estuvo presente, pero nadie quiso entrar en un debate que había sacado chispas presidenciales con las declaraciones de Milei contra Domingo Cavallo y la expulsión de la hija del exministro de Economía, Sonia Cavallo, de la Cancillería.

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Según un informe de la Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC), en enero las importaciones desde Brasil mostraron un aumento interanual del 57,9%; mientras que las exportaciones apenas crecieron un 11,2%. Peor es el escenario intermensual, porque a diferencia de diciembre, en el primer mes del 2025 “las exportaciones de Argentina a Brasil disminuyeron 28,4%, mientras que las importaciones subieron 2,5%”.

“Nos dijeron que una modificación en las retenciones a las exportaciones industriales está en carpeta y se están estudiando los números”, se esperanzó una de las fuentes consultadas. Hay otra promesa que entusiasmó a los industriales: “Caputo aseguró que no se iba a abrir más la economía. No se eliminarán más aranceles a las importaciones, ni la Tasa de Estadística o el doble IVA. Prometió que, más temprano que tarde, quitará el impuesto al cheque y dará respuesta a otros cargos impositivos a la producción”. Sin embargo, las fuentes, casi a coro, aclararon: “Ver para creer. Todo pareció demasiado lindo para esta realidad”.

ML