ECONOMIA
DILEMA SOBRE ahorro e inversión

Asesoramiento financiero: una actividad que prolifera en tiempos de crisis

Por la pérdida de la conveniencia en colocar los ahorros en herramientas tradicionales como los plazos fijos, el temor a la situación económica después de la jubilación o ante la necesidad de gestionar deudas, los asesores financieros tienen cada vez más demanda. Consejos sobre cómo y en qué invertir, consumo responsable, e incluso información sobre trámites y términos básicos de economía son algunos de los servicios gratuitos que ofrecen a sus seguidores.

asesores financieros
CONSULTAS. Cada vez hay más demanda de asesoramiento de pequeños ahorristas y de pymes. | Shutterstock

La baja en las tasas de interés, la inestabilidad del dólar, la preocupación por lo que pasará con las moratorias jubilatorias en 2025 y la premura por salir de una situación de endeudamiento hicieron proliferar un servicio que ya existía, pero en el que cada vez se concentra una mayor demanda: el de los asesores financieros.

“El asesoramiento tiene dos partes: una está más orientada a dar contenidos teóricos sobre finanzas personales, y la otra es más personalizada y directa. Atiende a situaciones puntuales que la persona necesite en ese momento. Por ejemplo, cómo invertir o cómo salir de una situación de endeudamiento personal”, explicó a PERFIL Omar De Lucca, consultor en economía y finanzas.

Viendo la necesidad de un mercado en crecimiento, De Lucca comenzó a dedicarse a la consultoría hace dos años, y se especializó en temas de educación financiera para jóvenes y adultos.

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El consultor agregó que hay cada vez más demanda de pequeños ahorristas, pero también de pymes que consultan “sobre temas relacionados con la rentabilidad o salud financiera de sus negocios”. 

La asociación Industriales Pymes Argentinos (IPA) advirtió en un informe la difícil situación en la que se encuentra el sector. Su presidente, Daniel Rosato, afirmó que la crisis se profundiza mes a mes, y que “para fin de año, de seguir esta situación, serían 300 mil puestos de trabajo los que se pueden perder en Argentina”.

Otro de los motivos más frecuentes por los que los consumidores acceden a este tipo de servicios es la falta de alternativas que presentan opciones más conservadoras que ya no le ganan a la inflación, como los plazos fijos. 

El Banco Central bajó las tasas de interés al 40%, un número que está muy por debajo de la inflación, que solamente de enero a mayo acumuló 71,9%, según el Indec. A mediados de este mes se conocerá el dato de junio, pero algunas consultoras estiman que será superior al porcentaje de mayo. En este contexto, los bancos privados ofrecen tasas de interés de entre el 30% y el 34%. 

“Las consultas más frecuentes de la gente siempre rondan sobre lo mismo: no saben qué hacer con el dinero, quieren invertir y no saben por dónde empezar”, explicó De Lucca. 

El asesoramiento está separado en varias partes, detalló: “el diagnóstico de la situación (qué factores llevaron a una persona a llegar al punto de pedir un asesoramiento o a capacitarse), entender cuál es la verdadera necesidad del cliente para proponerle soluciones alternativas, y, a la hora de presentar cursos de acción posibles, informar a la persona sobre los riesgos asociados de cualquier decisión de inversión o financiamiento”.

Otra de las preocupaciones de los consumidores es cómo generar ingresos para el momento de jubilarse. El haber mínimo de julio será de $ 215.622, más el bono de $70 mil que confirmó el Gobierno. Pero, según el último relevamiento del Centro de Educación Servicios y Asesoramiento al Consumidor (CESyAC), la canasta básica de un jubilado fue de $506.974,33 en mayo. 

“Trato de explicarle a la gente que durante determinadas etapas de la vida no es momento de retirar intereses, sino más bien de capitalizarlos para acumular capital en el tiempo, y cuando ya no podamos trabajar vivir de rentas financieras y no de la jubilación”, concluyó De Lucca. 

Educarse en finanzas requiere de recursos y de tiempo. Los costos dependen del servicio, que por lo general se cobra por hora. 

En sus redes sociales los asesores también dan recomendaciones generales para invertir: entre las opciones están los Fondos Comunes de Inversión, el plazo fijo UVA, los fideicomisos o la compra de acciones. También dan consejos para consumir de manera responsable.

Las redes sociales fueron una buena puerta de entrada para los interesados, afirmó Elena Alonso. “En mi caso surgió porque algunas cosas se explicaban de manera muy técnica y se podían explicar de manera muy fácil sin este sesgo que existía en el mundo financiero de que si no hablabas difícil eras poco profesional”, comentó. “Vi que había demanda sobre eso y sobre la educación financiera, que en otros países no existe porque las variables son muy estables”. En Argentina, en cambio, “si no tenés educación financiera te perdés muchas oportunidades”.

En sus redes la economista también introduce a los seguidores sobre otros temas que no son estrictamente financieros, pero que tienen repercusión en el bolsillo, como novedades de aumento de asignaciones o cambios impositivos. “La gente a veces no sabe que hay gestiones que se pueden hacer incluso sin pagarle a alguien”.

La demanda de sus servicios creció en los últimos meses por la necesidad de encontrar alternativas para invertir. “El auge de lo financiero, tanto las Lebacs, las billeteras virtuales, como el acceso fácil a oportunidades de inversión y de financiamiento también han dado mucha llegada a las cuestiones financieras”.

Por eso, cada vez más, los asesores buscan acercar al común de los consumidores al mundo financiero. “La gente también quiere ver a una persona explicando, eso hace que este tipo de cosas tenga más llegada”, sintetizó Alonso. 

“Las primeras personas que empecé a asesorar fueron clientes que me conocieron en redes sociales. La labor del asesor es comprender las necesidades del cliente, perfil de riesgo, horizonte de inversión y objetivos que buscan alcanzar, y brindarle la herramienta financiera que mejor se adapte a esas necesidades”, explicó por su parte Walter Saqueta Melo. 

En su caso la mayor demanda de servicios se explica porque “muchos ahorristas se dieron cuenta de que no es sostenible ni seguro invertir en pesos. Los pocos clientes que aún se encontraban en pesos finalmente tomaron la decisión de pasarse a bonos corporativos en dólares y obtener rentabilidad en moneda dura, con previsibilidad y ganándole a la inflación”.

Para decidir la mejor opción una de las cuestiones principales a tener en cuenta es por cuánto tiempo se puede tener inmovilizado el dinero. “Con esto último presente, el cliente va a estar motivado a hacer lo necesario y no abandonar su estrategia de inversión definida, que rara vez muestra resultados en el corto plazo”, explicó el asesor financiero.

Las principales inquietudes de sus clientes están relacionadas con la seguridad y la regulación de las plataformas que permiten invertir en el mercado de capitales. 

“La mayor parte de mis clientes invierten pensando en su retiro, entendiendo que no van a poder vivir de una jubilación argentina. Si tuvieron la suerte de empezar a temprana edad, el camino es mucho más sencillo y requiere menos esfuerzo. Si se acordaron tarde, probablemente ya cuenten con un pequeño patrimonio que pueden poner a trabajar y seguir aportando mensualmente en busca de un mejor pasar”, agregó Melo. “Hoy tenemos más de 3500 clientes orientados a forjarse un futuro mejor, no de la mano del Estado, sino a pesar de él”.