ECONOMIA

Argentina crece menos que EE.UU. y Brasil

La evolución en los últimos años muestra al campo argentino rezagado respecto de sus dos principales competidores americanos. El efecto negativo sobre rentabilidad e inversiones de las retenciones, que existen solo en Argentina.

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Campos. Argentina muestra un desempeño inferior para la soja y el maíz, cultivos que crecieron en volumen de cosecha en Estados Unidos, por ejemplo. | Petrick

La productividad agrícola de Argentina no prospera al ritmo que nuestros principales competidores americanos: Estados Unidos y Brasil. Hay barreras que impiden este avance y, mientras no sean evidentes sus consecuencias, seguirá sin priorizarse el camino a seguir para avanzar sobre el desarrollo y romper techos productivos.

La conclusión salta la vista cuando se compara la evolución en las últimas dos décadas de superficie y volúmenes de cosecha para la sumatoria de los principales tres cultivos agrícolas del mundo, trigo, soja y maíz, en los tres principales productores del continente americano. La superficie de cosecha de estos tres cultivos aumentó 30% en Argentina y 93% en Brasil en los últimos 20 años, mientras en Estados Unidos solo creció 17%. }

Puede decirse que hay mayor antigüedad como productores de commodities agrícolas en Estados Unidos y Argentina, con menores fronteras por explorar, mientras Brasil hace pocas décadas comenzó a contar su historia y conquistar superficie. En cuanto a las toneladas cosechadas de estos tres granos, mientras en Argentina creció 83%, en Brasil creció 206%, más del doble, y en Estados Unidos 44% en las últimas 20 campañas.

Las proporciones cambian cuando se comparan rendimientos nacionales promedio, un valor que resume el resultado del desarrollo tecnológico para vencer techos productivos. Los rendimientos de soja crecieron 33% en Argentina, según el rendimiento nacional promedio de la campaña 03/04 respecto al de la 23/24; Brasil creció 35%, mientras Estados Unidos incrementó 53% sus rendimientos promedio: Argentina ha tenido el desempeño más bajo, y es de los tres el de menor rendimiento promedio nacional, con 29,4 quintales por hectárea, respecto a 32 y 35 qq/ha de Brasil y Estados Unidose.

Uno por uno. En cuanto a maíz, mientras Argentina muestra un casi insignificante aumento de rendimientos, solo 1% en 20 años, Brasil suma 63% y Estados Unidos 28%. Es la riqueza ambiental la que permite que nuestro país supere en rendimientos promedio a Brasil, con 64,9 qq/ha versus 55 en Brasil. Estados Unidos, país maicero por excelencia, muestra rendimientos promedio de casi 114 qq/ha, a lo que habría que restar los altísimos rendimientos de superficies bajo riego, pero sin dejar de ver los promedios que superan 90 qq/ha en superficies de secano, dejando a nuestro país, ambientalmente muy similar, muy por debajo de esa media.

Tanto soja como maíz, que en Estados Unidos no crecieron significativamente en superficie, sí crecieron en volumen de cosecha por mayor potencial de rendimiento. Brasil, por su parte, con fuertes crecimientos de superficie cosechada, también sumó competitividad productiva, aumentando notablemente sus rendimientos promedio, mientras Argentina muestra un desempeño inferior para ambos cultivos.

Trigo, por último, muestra rendimientos que han crecido 12% en Argentina y 21% en Brasil, mientras Estados Unidos apenas sumó 1%, lo que muestra principalmente una desinversión en torno al trigo para el país del norte. Sin embargo, es Estados Unidos quien muestra los mayores rendimientos promedio, con más de 30 qq/ha, mientras Argentina con ambientes muy buenos para este cereal, promedia 28,4 qq/ha, onsiderada, y Brasil, innovador en siembra de cereales de invierno, con pocas campañas trigueras de historia, logra promedios de 28,7 qq/ha. El menor ritmo de avance en rendimientos promedio muestra limitaciones en el avance tecnológico de la producción argentina, en respuesta a diversos factores que han atravesado al sector agrícola.

Hay techos productivos a los que aún no se ha llegado por limitaciones a la inversión e ingreso de tecnología al país. El potencial productivo argentino podría sumar, solo avanzando en 1,5 qq/ha de trigo, 20 qq/ha de maíz y 5 qq/ha de soja, más de 23 millones de toneladas a la cosecha anual de estos cultivos, sin necesitar sumar superficie agrícola. Observemos los volúmenes de los tres granos: trigo, soja y maíz, exportados por Argentina, Brasil y Estados Unidos, así como la proporción del total de sus cosechas exportadas. Se observa que, mientras Estados Unidos ha fluctuado entre 80 y 150 millones de toneladas exportadas, la proporción de cosecha que representan estos volúmenes fluctúa entre 20% y 30% de su producción.

Brasil, que ha crecido de 30 a más de 150 millones de toneladas, exporta aproximadamente 50% de su cosecha. Brasil ha superado en volumen exportado a Estados Unidos en tres de las últimas cinco campañas. Argentina, cuyos volúmenes exportados han fluctuado entre 40 y 80 millones de toneladas, exporta más del 70% de su cosecha cada año, siendo este último el único indicador en el que Argentina supera a sus dos competidores americanos, la proporción de cosecha de materias primas destinadas a exportación, lo que muestra entre otras cosas, la mayor dependencia de Argentina de las exportaciones y la menor tracción del consumo interno. Solo con mencionar que en los últimos 8 años Argentina ha sumado solo 1 millón de toneladas de producción de carnes, pasando de 5 a 6 millones, considerando carne bovina, porcina y aviar, comparado con Estados Unidos y Brasil, que han sumado 4 millones de toneladas, pasando de 42 a 46 millones de toneladas Estados Unidos y 27 a 31 millones Brasil, puede deducirse el volumen de granos que estos dos países destinan al consumo interno, y el menor volumen demandado en Argentina para ese fin.

Conclusiones. Los mercados agrícolas siguen mostrando volatilidad en respuesta a pronósticos climáticos de corto plazo, los precios fluctúan impactando sobre el resultado económico de las agroempresas, que deben liquidar para avanzar en sus ciclos productivos. El ingreso genuino de divisas al país está fuertemente condicionado por el resultado de cada cosecha y los precios de exportación.

Así como elevar el manejo productivo y la gestión comercial de cada agricultor tranquera adentro puede sumar rendimiento y precio a sus cosechas, enfocar esfuerzos tranquera afuera para propiciar el avance de inversiones en desarrollo productivo e incorporación de tecnología resultará en la ruptura de techos productivos, fundamental para desarrollar competitividad.

*"Ingeniera agrónoma, magister en Agronegocios".