ECONOMIA
Agroindustria

Almacenamiento de granos en Brasil y Argentina: un desafío competitivo

Con buenos pronósticos de cosecha, países sudamericanos enfrentan sus problemas estruturales bajo diferencias y inversiones.

Transporte de granos en camiones
Transporte de granos en camiones | Bolsa de Comercio de Rosario

Aunque es uno de los mayores productores agrícolas del mundo, Brasil aún enfrenta serios problemas logísticos: pocas vías férreas y fluviales, carreteras en mal estado, congestión en los puertos y una reducida capacidad de almacenamiento en silos reguladores.

Según el último relevamiento de la cosecha de granos de la Compañía Nacional de Abastecimiento (Conab), Brasil debería cosechar más de 328 millones de toneladas, un crecimiento del 9,4% con relación a la temporada anterior. Hubo un aumento del 2,1% en el área cultivada, estimada en 81,6 millones de hectáreas, así como una recuperación del 7,1% en el rendimiento medio de los cultivos.

La capacidad de almacenamiento previa a los puertos está estimada en 210 millones de toneladas. Esa cifra, frente al volumen previsto para la cosecha de granos, indica una diferencia de 115 millones de toneladas entre lo que se cosechará y lo que puede ser almacenado en propiedades rurales, cooperativas y empresas del agronegocio.

Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), los países deberían contar con una capacidad de almacenamiento estática un 20% superior al volumen producido, para evitar problemas de exceso y desperdicio en casos de superproducción como el que Brasil está experimentando actualmente.

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Con cosechas récord sucesivas, el déficit de almacenamiento ha ido creciendo en el país. En los últimos 15 años, la producción de granos brasileña creció a una tasa media del 5,3% anual, mientras que la capacidad de almacenamiento aumentó solo un 2,8 % anual.

Esta discrepancia genera una situación crítica que puede llevar a pérdidas durante la cosecha, ya que muchas veces el productor se ve obligado a dejar los granos “almacenados” a cielo abierto, como viene ocurriendo con frecuencia en todo Brasil. O los camiones se convierten en silos en movimiento, avanzando lentamente hacia los puertos y provocando colas kilométricas a lo largo de las principales carreteras del litoral.

Según estimaciones de los fabricantes de equipos de almacenamiento, solo para acompañar el crecimiento de la producción brasileña —que aumenta en promedio 10 millones de toneladas por año— serían necesarias inversiones anuales de 15 mil millones de reales. Pero para superar el déficit actual, esa cifra podría subir a 120 mil millones de reales.

La solución a este eterno problema de la agricultura brasileña, que genera caos logístico en épocas de cosechas récord y perjuicios tanto para los productores como para el país, es la expansión de líneas de crédito para la construcción de silos y almacenes con menos burocracia, además de inversiones en infraestructura para el transporte de la producción agrícola. Hablamos de ampliar y construir carreteras, vías fluviales, ferrocarriles y puertos.

Para los productores, las líneas de crédito deberían enfocarse en la instalación de silos en las propiedades rurales, con el objetivo de reducir la dependencia de los agricultores hacia los almacenes de la industria y las cooperativas, que encarecen sus productos.

Para esta cosecha, el gobierno destinó 7,8 mil millones de reales al Programa para la Construcción y Ampliación del Almacenamiento Agrícola. Ese valor supera en un 17% al monto del año pasado.

Cosecha de soja

Desafíos logísticos

En 2024, la participación del almacenamiento dentro de las fincas en Brasil fue del 17% en relación con la capacidad estática total, mientras que en EE. UU. es del 65%, en Europa del 50% y en Argentina llega al 40%.

Pero como se hace poco en términos de nuevas inversiones, todo indica que Brasil tendrá más problemas logísticos en esta cosecha, como ya ocurrió hace dos años, según datos de la Conab. De acuerdo con esta empresa estatal, el avance de la cosecha de soja ya está impactando los precios del transporte de granos en las principales rutas del país, tanto hacia el Sur y Sudeste como hacia el llamado Arco Norte.

Por estas razones, en enero los fletes se dispararon en Mato Grosso, una tendencia que persistió también en febrero, mes en que ya se registran valores aún más elevados, con posibilidad de récords de precios en varias rutas.

Si durante la cosecha de cualquier cosecha de soja los precios ya suelen subir, en este momento la tendencia se ve potenciada por diversos factores. En primer lugar, se trata de la mayor cosecha en la serie histórica estatal: Mato Grosso debería recolectar más de 46 millones de toneladas, unas 7 millones más que el año anterior.

En esta cosecha, debido a la gran intensidad de lluvias en el verano del norte del país, el 90% del cultivo de soja se realizó en apenas un mes, lo que significa que la recolección se está haciendo prácticamente de una sola vez. Cabe destacar que el productor necesita llenar los camiones con soja rápidamente para liberar espacio y corredores para el transporte de la próxima “safrinha” de maíz, que también promete ser abundante si el clima sigue ayudando en la región.

Costo de las filas de camiones

La fila de camiones esperando embarque en los alrededores de los puertos aumenta los costos para los exportadores en unos 30 mil dólares por día en promedio. Ese es el precio cobrado como penalización cuando un buque portacontenedores permanece en el puerto más tiempo del acordado en el contrato con los exportadores. Y las navieras que transportan contenedores también llevan soja en las bodegas de sus barcos.

Todo esto para decir que la ineficiencia generará más filas de camiones rumbo a los puertos brasileños, afectando el tráfico de automóviles y autobuses en las carreteras, aumentando los riesgos y la inseguridad en las vías, y encareciendo aún más los costos logísticos.

El caso argentino

En los últimos años de la década del ‘90 y principios de 2000, Argentina vivió una situación crítica con el almacenamiento y logística de granos.

La introducción de la soja resistente al glifosato generó un crecimiento del cultivo, pasando de casi 11 millones en 1996/97 a 30 millones de toneladas en 2001/02. Con la suma del trigo y el maíz, principalmente, el país duplicó su producción de granos en ese período.

Silobolsa

La estructura de almacenamiento de granos en esa época con silos fijos no daba abasto para los nuevos volúmenes, pero algunos productores comenzaron a implementar un sistema que llegó para quedarse lo que hoy se conoce como “silobolsa”, es decir el guardado de granos secos en bolsas plásticas, que hasta el momento solo se usaban para el forraje destinado al consumo animal.

Con el apoyo técnico del INTA y el incremento en la producción de embolsadoras y extractoras específicas por parte de las empresas de maquinaria agrícola, almacenaje en silobolsas pasó de 2,5 millones de toneladas en 2000 a 27 millones en 2006.

En la actualidad, se estima que las bolsas guardan 50 millones de toneladas, mientras que las instalaciones de silos fijas en campos de productores, acopios y cooperativas almacenan entre 70 y 80 millones, según datos de Ricardo Bartosik, referente en poscosecha del INTA.

Diferencias entre Brasil y Argentina

El especialista comentó que “en Brasil, el déficit de almacenamiento es monstruoso porque el Mato Grosso comenzó a producir y la capacidad de almacenamiento fija no se pudo adaptar. Nuestro salto productivo fue importante pero no tan drástico y nosotros incorporamos el silobolsa con mayor rapidez. Si bien está creciendo y es importante, nosotros almacenamos el 40% en bolsas y en Brasil no están ni siquiera en esta proporción”.

En cuanto al transporte, el contexto argentino tiene una gran diferencia con Brasil, que la distancia promedio desde las grandes zonas productoras hasta los puertos de alrededor de 300 kilómetros.

En el traslado de las cosechas a los puertos, el camión sigue siendo, por lejos, el principal medio, con el 83% del volumen.

El ferrocarril va ganando viene restándole al transporte terrestre, alcanzando el 17% en la última campaña. Con la privatización de Trenes Argentinos Cargas por parte del gobierno de Javier Milei, se espera que siga incrementándose el uso de este sistema de transporte que puede reducir los costos para los productores que se encuentran más alejados de los puertos.

LM

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