Debido al aumento de los costos, entre 20% y 30% de los frigoríficos no cumplen con los requisitos de frío para la carne y faenan sin agua caliente, que podrían generar riesgos para la salud de las personas, según el presidente de la Federación de Industrias Frigoríficas Regionales Argentinas (FIFRA), Daniel Urcía.
Urcía comentó a PERFIL que por un lado los márgenes en la industria están “muy ajustados por los precios de venta de hacienda y entendemos que va a haber una reducción de oferta durante el año, con la consiguiente tensión en la evolución de los precios de la hacienda. Por otro lado, hay un techo en la venta”.
El presidente de la entidad afirmó que algunos frigoríficos que todavía no cobran por la faena, se subsidian con el no pago de impuestos, contribuciones, tasas, IPCVA o simplemente incumpliendo con obligaciones sanitarias, como la “carne caliente” que no demanda energía y ponen en riesgo la salud, faenan sin agua caliente, entre otras irregularidades.
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Según Urcía, un frigorífico para faenar un animal en condiciones sanitarias adecuadas necesita una dotación mínima de al menos 30 personas, con un costo laboral de $60 millones al mes, a los que deben agregarse otros $18 millones por energía eléctrica, combustible, reparaciones, desmalezado, químico, etc. Sin contemplar rentabilidad y amortizaciones, se necesitan $78 millones al mes para cubrir los costos.
Eso implica un costo de faena por kilogramo que podría encarecer a a la media res entre $700 y $1.000 en mataderos de menos de 500 animales por mes.
“Si no tiene una faena determinada y un volumen determinado, operan no teniendo instalaciones correctas, no cumpliendo los procedimientos sanitarios, de inocuidad, sin energía y sin agua caliente, entre otros requisitos”, señaló el presidente de FIFRA.
Y agregó que los frigoríficos en estas condiciones representan “entre un 20% y un 30% de la faena total, depende de donde hagamos al corte”, ya que hay provincias donde los porcentajes se disparan hasta el 80%.
Carne caliente
Urcía describió que “en días de calor por encima de los 30 grados, la carne tiene que salir a 7 grados en el centro. Con lo cual, si no se tienen cámaras, equipos de frío y compresores como corresponden, no se puede bajar a esa temperatura en 10 o 15 horas de frío”.
Si la carne no cumple las condiciones de frío en los frigoríficos, “el consumidor puede sufrir diarreas, scherichia coli, síndrome urémico hemolítico, enfermedades incurables, e incluso llegar a la muerte”, señaló el dirigente.
Por esas razones, Urcía hizo hincapié en los controles de las autoridades: “La labor de fiscalización de los estados nacional, provincial y municipal se vuelve esencial para cuidar el empleo formal y la continuidad de las empresas que operan en la formalidad comercial, laboral, impositiva y sanitaria. Asegurar la inocuidad en el siglo XXI no debería ponerse en duda”.
LM