Pese a que la actividad industrial hilvanó tres meses consecutivos de crecimiento, la situación de las pequeñas y medianas empresas (PyMEs) sigue siendo compleja: el 62% reporta problemas con la caída de ventas y el 41% adolece la suba de los precios de los insumos.
Los datos se desprenden de la Encuesta Coyuntural del tercer trimestre de 2024, elaborada por la Fundación Observatorio PyME, que revela una realidad compleja y desigual para las distintas firmas. La información da cuenta de un contexto económico que sigue siendo desafiante para las manufactureras, mientras que las del sector de software y servicios informáticos (SSI) muestran un panorama algo más positivo, aunque no exento de dificultades.
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Los principales problemas que afectan a las PyMEs
El análisis identificó un comportamiento dual entre las PyMEs industriales y las de SSI. Mientras que el sector manufacturero sigue enfrentando los coletazos de la recesión que parece aplacarse, compañías de la economía del conocimiento exhiben una mayor fortaleza.
En el caso de las industriales, el retroceso de la demanda y los aumentos en los costos se presentan como las principales dificultades. Según el informe, un 62% reporta una caída en las ventas, y más de la mitad de ellas está siendo afectada por el incremento de los costos salariales, lo que agrava aún más la situación económica. A estos problemas se suman los incrementos en los insumos (41%) y los retrasos en los pagos por parte de los clientes (32%).
Por otro lado, las empresas de software y servicios informáticos continúan mostrando tasas de crecimiento positivas, aunque moderadas: las ventas deflactadas aumentaron un 11%, mientras que la ocupación creció un 3% en este segmento.
Sin embargo, los problemas de rentabilidad siguen siendo una preocupación para el sector: un 59% de las empresas del rubro destaca los escasos márgenes de rentabilidad derivados de la relación entre el precio de venta y el costo. Además, la incertidumbre económica, política y social afecta al 78% de las firmas del sector.
Freno en el apertura de PyMEs
Más allá de las dificultades, las perspectivas de las PyMEs, tanto en el sector industrial como en el de software, muestran señales mixtas. El Índice de Confianza Empresarial creció desde octubre de 2023, alcanzando niveles de moderado optimismo. Si bien las expectativas a futuro siguen siendo elevadas, la situación actual de la actividad económica real aún se ubica en un nivel de "indiferencia", lo que refleja un estancamiento relativo en el ánimo empresarial.
Por su parte, el Índice de Gestores de Compras (PMI-PYME) experimentó una leve recuperación desde su nivel más bajo en el primer trimestre de 2024, situándose ahora en el umbral entre la recesión y la expansión. La ligera mejora refleja una estabilización en la actividad productiva, aunque sin un claro repunte que confirme la salida de la crisis.
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"El proceso de recuperación del stock de empresas se frenó en 2024, excepto en software y servicios informáticos. La caída en la cantidad de empresas es un cambio de tendencia en la serie, luego de la recuperación vista tras la pandemia. Esto se explica por una caída de los nacimientos y altas y no por un mayor número de cierres y bajas", subraya el estudio.
Este estancamiento en la cantidad de firmas tiene implicancias directas sobre la productividad y la dinamización del mercado laboral. Con una participación predominante de las micro y pequeñas empresas (el 96% del total), el lento crecimiento de este segmento impide una expansión sostenida del empleo. De acuerdo al Observatorio PyME, para que el empleo crezca, es necesario que también lo haga el número de empresas, especialmente las pequeñas y medianas.
MFN/ML