ECONOMIA
SIN CREAR UN MINISTERIO

Agrandar el Estado para reducirlo: los otros planes de desregulación

La agenda de desregulación que anticipó para esta semana el ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, ya comenzó con el sector aerocomercial. La "ley hojarasca" que enviará el funcionario al Congreso pretende derogar normativas que el Gobierno considera “obsoletas” y avanzar en la agenda de liberación de diferentes sectores de la economía. Cómo fueron los otros planes de desregulación que se llevaron adelante en Argentina.

Menem desregulación
"CIRUGÍA MAYOR SIN ANESTESIA". En octubre de 1991, Carlos Menem emitió el decreto 2284 de desregulación económica. | Captura de video.

“A partir de hoy rompemos la telaraña de un Estado prebendario asfixiante y arbitrario que trabó la vida productiva nacional con un conjunto de innecesarias regulaciones”. Las palabras resuenan hoy, pero fueron pronunciadas por Carlos Menem en octubre de 1991, en la cadena nacional en la que firmó el decreto 2284/91 de desregulación económica. 

Para esa desregulación se creó un comité y no un ministerio, como el de Desregulación y Transformación del Estado que hoy encabeza Federico Sturzenegger, y que ya designó a sus primeros funcionarios. Según el decreto 585/2024 el objetivo de la creación de la nueva cartera es “adecuar la organización de la Administración Pública Nacional de conformidad con el proceso de reducción del gasto público y aumento de la eficiencia y eficacia de los organismos comprendidos”. 

Tal como anticipó el nuevo ministro en una entrevista, esta semana el Gobierno avanzó en una reforma aerocomercial, que tiene el objetivo de “liberar innumerables restricciones que hoy limitan las operaciones vinculadas al transporte aéreo”. El decreto 599/2024 establece, entre otras cosas, el libre acceso al mercado de nuevas empresas, y desregula y libera la fijación de tarifas y frecuencias.

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El decreto 2284 de 1991 también preveía la desregulación del transporte. En el anuncio oficial el presidente Menem explicaba brevemente los principales puntos del programa: dejar sin efecto las restricciones a la oferta de bienes y servicios, medidas de desregulación y liberación del transporte “que significarán una baja sensible en su costo”, la libertad de negociación de honorarios profesionales, la habilitación de la venta de medicamentos en cualquier comercio, la desregulación del comercio exterior, la eliminación de organismos y comisiones que regulaban producción y precios de algunos productos (como carne, azúcar o yerba), la eliminación de diez impuestos, la creación de un sistema único de seguridad social, la libertad para firmar contratos fuera de los convenios colectivos de trabajo y la creación de un comité encargado de llevar adelante estas medidas.

“El 80% de las normas modificadas o dejadas sin efecto fueron sancionadas por gobiernos de facto, por lo tanto, ilegítimos”, expresó el entonces presidente en cadena nacional.

Sturzenegger anunció el envío al Congreso de la llamada "ley hojarasca"

Pero durante la dictadura militar se habían tomado medidas similares a las de sus anuncios. El ministro de Economía José Alfredo Martínez de Hoz explicaba en 1976, también en cadena nacional, los doce puntos fundamentales de su política económica: la eliminación de los controles de precios; la libertad de las transacciones cambiarias; la libertad del comercio exterior; la libertad de la exportación a través de la eliminación de las prohibiciones y los impuestos a las exportaciones; la libertad de importar con la eliminación de las prohibiciones, cuotas, licencias, y la aplicación de un programa arancelario de reducción gradual en un periodo de cinco años; la libertad de las tasas de interés y la aplicación de la reforma financiera “que abra el sector a la competencia interna y externa”; la liberación de los alquileres; la eliminación de las “tarifas políticas” de los servicios públicos; la eliminación de los subsidios y protecciones “excesivas para ciertos sectores privilegiados de la economía”; la libertad de contratación y fijación de sueldos sobre la base de los salarios establecidos como mínimos; la libertad para las inversiones extranjeras bajo reglas justas y sanas “tanto para el interés nacional como para los inversores”; y la libertad para la transferencia de tecnología, algo “fundamental para la modernización de la economía”. 

El nuevo ministerio de Desregulación y Transformación del Estado pretende llevar adelante estrategias como las previstas en ambos programas. Algunas de estas medidas, explicó Sturzenegger, quedaron fuera del DNU 70 de 2023 y de la ley Bases. 

Otras, como la eliminación de la moratoria previsional y la creación de la Prestación de Retiro Proporcional, fueron descartadas en el Congreso, pero retomadas en el noveno punto del Pacto de Mayo, que propone “una reforma que le dé sustentabilidad al sistema, respete a quienes aportaron, y permita, a quienes prefieran, suscribir a un sistema privado de jubilación”. 

Y algunas, como la venta de medicamentos en comercios y la autorización para el expendio de fármacos sin la presencia de un profesional matriculado (previstas en el DNU), fueron suspendidas por la Justicia. 

Aunque todavía no hay precisiones sobre estos temas, Sturzenegger adelantó que enviará al Congreso la que denominó como ley Hojarasca. “Nuestra agenda legislativa se retomará con la ley hojarasca(s): leyes obsoletas que representan riesgos a la libertad económica, trabas, o simplemente obsoletas”, explicó el funcionario en su cuenta de X. 

“A partir de hoy sentamos las bases firmes para favorecer un proceso de inversión, de iniciativa económica, y de equidad social. Se trata de decisiones que tienden al bienestar de todos los argentinos y, por consiguiente, de medidas que van a afectar favorablemente la vida de cada ciudadano”, explicó Menem en 1991. 

Durante ese año el nivel de desempleo alcanzaba al 6,9% de la población, una cifra que llegó a un pico del 18,4% en 1995. “Junto con las reformas y la estabilidad, se abrieron ampliamente los portones del desempleo: en tres años (entre 1992 y 1995/1996, en pleno ajuste tras el efecto tequila), la desocupación se elevó del 7% a más del 17% de la fuerza de trabajo urbana, para luego normalizarse en torno al 14% (entre 1997 y 1999) y volver a empinarse, con la recesión, por encima del 17% en 2001”, explicó la CEPAL en un informe en el que analiza diferentes indicadores de la economía argentina entre los años 1974 y 2000. El aumento del desempleo, señalan también, fue generalizado. “Los jóvenes continuaron exhibiendo las mayores tasas, pero el aumento de la desocupación afectó similarmente a todos los grupos etarios. Por otro lado, se expandió de manera preocupante la incidencia del desempleo entre los jefes de hogar, que subió desde 2%-3% hasta alrededor de 10% en la última coyuntura expansiva (1997), y se agravó en la posterior recesión”.