En el momento en el que el Congreso aprobaba el Decreto de Necesidad y Urgencia que habilita al Gobierno a sellar un acuerdo con el Fondo Monetario, en Ginebra, durante la 14ª Conferencia Internacional sobre Gestión de la Deuda organizada por la ONU, se advertía que 3.300 millones de personas viven en países que gastan más en intereses de deuda que en salud o educación.
Tal como detalló en una nota PERFIL, desde el Gobierno afirman que el préstamo del organismo internacional se utilizará para el pago de la deuda que el Tesoro tiene con el Banco Central, por lo que no implicaría un aumento de la deuda bruta. Sin embargo, economistas consultados por este medio relativizan ese análisis.
“El argumento de que no aumenta la deuda es un artilugio contable, porque en realidad yo estoy cambiando dos deudas que son distintas, y de hecho la deuda nueva tiene intereses mayores a la anterior”, explicó a este medio Hernán Letcher. “Lo que aumenta estrictamente es la deuda externa en moneda extranjera”.
Además, “los intereses son mayores, con lo que se incrementa lo que tengo que pagar”. El secretario de Finanzas, Pablo Quirno, explicó en el Congreso que la tasa de interés del crédito que Argentina gestiona ante el FMI será del 5,63% anual.
“Si el Gobierno acuerda con el Fondo Monetario un dinero determinado en paralelo a lo que va al Banco Central para pagar al propio Fondo Monetario Internacional, lo habitual de eso es que sea sólo por capital. Por lo cual la Argentina igual tiene que afrontar los intereses de deuda del propio Fondo. Y esos intereses se van a ver incrementados porque habrá una deuda mayor. Es así de sencillo”, subrayó el economista.
“Si bien contablemente es cierto que si yo tomo una deuda para cancelar otra deuda no estoy aumentando la deuda total, estoy cambiando de acreedor, y, de hecho, estoy aumentando la deuda externa”, afirmó a PERFIL Christian Buteler. “Los dólares que me presta el FMI son deuda externa para cancelar la del Banco Central, que es deuda de intraestado y, por el otro lado, también es cierto que la tasa que paga hoy una letra intransferible es mucho menor a la tasa que paga la deuda con el FMI”.
Si bien eso no implica aumentar la deuda total, al tener una tasa mayor “empeoran las condiciones”, aclaró.
“Los intereses de las deudas con el FMI son bastante mayores que los intereses de las letras colocadas al Banco Central, porque esa es una deuda real, de las que implican una obligación de pago futura”, argumentó por su parte el economista Francisco Eggers. “Las Letras se vienen renovando, este mismo gobierno las ha renovado (al punto de que al 30 de noviembre de 2023 tenían un total de 67.143 millones de dólares, y, al 28 de febrero pasado, de 69.344 millones)”, aseguró.
De todas maneras, advirtió también, el cambio de acreedor implica un problema mayor, ya que “no se trata de la misma deuda”. La tasa de interés de las letras intransferibles, al capitalizarse (que es lo que se ha estado haciendo generalmente en la práctica), aumenta el pasivo del Tesoro Nacional y el activo del Banco Central, cuyo dueño es el Estado Nacional. Esta nueva deuda sería una deuda con terceros”, subrayó.
“Vamos a tener que pagar más intereses, porque los intereses de la deuda con el FMI no solo son superiores a la tasa internacional de interés, sino que, además, hay que pagarlos. Los intereses de las letras intransferibles son casi simbólicos (menos de 1% anual) y en la práctica en general no se pagaron, se refinanciaron”, finalizó.
Entre el 17 y el 19 de marzo, durante la Conferencia Internacional sobre Gestión de la Deuda –un ámbito en el que se debaten las experiencias de los países en la gestión de sus compromisos de pago– Rebeca Grynspan, secretaria general de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo, afirmó que una gran cantidad de países optaron por incumplir sus obligaciones básicas para no incumplir sus obligaciones de deuda. “No hay moratorias de deuda, pero sí de desarrollo”, puntualizó.
De acuerdo con el último informe de CEPA sobre la ejecución presupuestaria, la seguridad social insumió el 52% del total del gasto en enero. “En segundo lugar, también es significativa la incidencia de los Servicios de Deuda Pública, que ocuparon el 11% del gasto total”, explicaron en el documento. Por debajo de esos gastos se ubicaron energía (7%), educación y cultura (6%), promoción social (3%), salud (5%), y transporte (3%).
Si se comparan los períodos de enero a diciembre de 2023 y 2024, la ejecución presupuestaria en educación cayó un 45%, mientras en salud lo hizo en un 27%.