DOMINGO
Movimiento estudiantil

Protagonistas

A mediados de 1983, Franja Morada, brazo universitario de la Unión Cívica Radical, ganaba las elecciones estudiantiles en la mayoría de las facultades de la UBA, expresando las expectativas de una mayoría de estudiantes con la apertura democrática en curso. Dieciocho años más tarde, en diciembre de 2001, en medio de un país convulsionado, era desplazada de la Federación Universitaria de Buenos Aires por agrupaciones independientes y de izquierda. Para cualquiera que conozca la historia reciente de la Argentina, las dos fechas resuenan inevitablemente: en 1983 se terminaba la dictadura, en 2001 se vivía un estallido social inédito; el país había pasado, en menos de dos décadas, de la primavera democrática al “que se vayan todos”. Ubicada en Buenos Aires, centro del poder nacional, y como la casa de estudios más masiva del país, la UBA fue una caja de resonancia y un escenario central de la política y los conflictos de la actual democracia en la Argentina, de sus promesas, sus anhelos, sus deudas y sus crisis.

Como parte de ese recorrido, el movimiento estudiantil universitario fue protagonista de importantes procesos políticos y sociales en las décadas de 1980 y 1990. Actor relevante dentro de las movilizaciones en la salida de la dictadura y punto de apoyo fundamental para el alfonsinismo en los 80, constituyó también un sector destacado de la oposición al menemismo en los 90 y un protagonista de los conflictos que condujeron al estallido de 2001. Su lugar como un movimiento social con una fuerte impronta política, en el que intervienen prácticamente todas las fuerzas políticas nacionales, opera como un interesante ángulo de entrada para aproximarnos al vínculo entre sociedad y política en esos años. A través de sus acciones, es posible leer los alcances y los límites del sistema democrático reinstaurado en 1983.

En esos años, el movimiento estudiantil argentino también tuvo un papel central en la consolidación de los rasgos masivos de la universidad pública actual, que la distinguen de otros casos latinoamericanos. En particular, con una población equivalente a la de varias provincias argentinas, la UBA es una de las dos universidades con mayor nivel de matrícula de América Latina y, a la vez, una de las mejores posicionadas de la región. Sus características singulares, como su gratuidad y su sistema de ingreso sin cupos ni exámenes de admisión, provocan incluso que centenares de estudiantes de otros países sudamericanos viajen a Buenos Aires para cursar sus estudios. Al mismo tiempo, esta universidad prestigiosa y masiva también fue noticia en reiteradas ocasiones por los reclamos de aumento de presupuesto para garantizar su funcionamiento.

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En la UBA de los años 80 y 90 militaron y compitieron agrupaciones estudiantiles ligadas a prácticamente todas las fuerzas políticas nacionales. Estudiaron, se formaron y se vincularon cientos de miles de jóvenes, en un contexto masivo y con crisis recurrentes. Allí también se jugó el futuro de la universidad pública y, más en general, el derecho a la educación, uno de los reclamos sociales más persistentes en la posdictadura argentina. Y en todo ese marco, también se formaron muchos de los actuales dirigentes del Estado. En 2023, el presidente de la Nación, el gobernador de la provincia de Buenos Aires y el jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires eran egresados de la UBA en el período que investigamos en este trabajo.

El movimiento estudiantil argentino fue un actor central en la escena política y social argentina en todo el siglo XX. (…) No obstante, es muy poco lo que conocemos sobre el movimiento estudiantil argentino en las décadas más recientes. Es como si su protagonismo durante el siglo XX, indiscutido en términos generales, se restringiese, en los hechos, al poco más de medio siglo que transcurrió entre la Reforma de 1918 y el golpe de Estado de 1976.

El objetivo de este libro es contribuir a llenar este vacío y restituir el lugar del movimiento estudiantil universitario en la Argentina reciente. Reponer su historia en esos años es también una manera de ayudar a responder los enormes interrogantes abiertos en relación con la Argentina de hoy, asíí como de no olvidar los esfuerzos por sostener algunas de sus conquistas, como es, sin duda, la universidad pública. En momentos en que reaparecen posiciones que plantean terminan con la gratuidad de la educación superior o instaurar nuevas restricciones al ingreso y donde nuevos recortes al presupuesto amenazan su continuidad, este escrito se plantea como un aporte al conocimiento sobre el recorrido y los conflictos que llevaron a que el país tenga hoy una universidad pública masiva y prestigiosa. Ojalá que sirva también para que nuevas generaciones de militantes estudiantiles conozcan un poco más sobre su propia historia.

*Autor de Pública y gratuita, Eudeba (fragmento).

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