DOMINGO
Hábitos

Malas costumbres

Logo Perfil
. | Cedoc Perfil

Acá van datos puros y duros sobre lo que es mejor no hacer. Resaltador en mano, por favor. Y si querés diver­tirte en familia, hacelo como si fuera un test. Por ejem­plo, ¿quién deja siempre la medicación antes de tiempo? ¿Quién se ducha con el agua hipercaliente? El que acumule más malas costumbres va a tener que lavar los platos. ¡No vale mentir! 

1. Dejar la medicación antes de tiempo. “Ya estoy bien”, decimos con frecuencia y así aplicamos a nuestras vidas un mal autocontrol en el uso de remedios. ¡Error! No es ahí donde tenemos que recortar, ¡nunca! Especialmente con los antibióticos que son administrados exactamente según la cantidad de días que el doctor nos recete. 

Si dejamos de tomar el medicamento cuando desapare­cen los síntomas, es posible que la bacteria siga viva (aun­que debilitada) y si no cumplimos con el tratamiento hasta el final, le damos la oportunidad de recuperarse y aparecer de nuevo con muchos más recursos frente a los antibióticos. 

Esto no les gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
Hoy más que nunca Suscribite

Muchas enfermedades de repetición son el resultado de haber seguido mal el tratamiento, lo que posibilita que las bacterias se vuelvan más resistentes. 

Respetar las indicaciones es muy importante en caso de una enfermedad crónica como la hipertensión arterial, diabetes o colesterol alto; no abandones la medicación sin consultarle a tu médico.

2. Ducharse con agua demasiado caliente. El exceso de agua caliente destruye los aceites naturales de la piel y la hace más vulnerable a la aparición de der­matitis. Hasta puede provocar picazón. Lo recomendable es ducharse rápido y con agua tibia, a una temperatura nunca por encima de la corporal, es decir, de unos 37 grados. Si la superamos, dañamos la barrera protectora de la piel, que perderá humedad y, a la larga, podrían aparecer irritacio­nes, hinchazones e incluso arrugas. 

El popular baño relajante de inmersión además puede traernos muchos más problemas de los que imaginamos. Por ejemplo, el exceso de agua caliente está absolutamente contraindicado para las várices porque, al tratarse de una insuficiencia venosa crónica, hay una dilatación permanen­te que empeora con el calor. Si el agua está a temperatura muy alta, destruye la ba­rrera cutánea que protege la piel de agentes infecciosos o irritantes. Pasar períodos prolongados de tiempo bajo la ducha muy caliente puede tener efectos perjudiciales no solo para la dermis, sino también para el cabello.

3. Calentar la comida en recipientes de plástico en el microondas. Los avances tecnológicos llegaron para quedarse. En su mayoría son una manera de mejorar nuestra forma de vida. 

En su tiempo, nuestras abuelas jamás hubieran ima­ginado la vida con la posibilidad de calentar tan rápido la comida. Pero, en la actualidad, las personas, con sus múlti­ples actividades, logran hacer muchas cosas a partir de es­tos aportes modernos. En ese sentido, si bien el microondas puede ser un gran aliado, no hay que olvidarse de tomar ciertas precauciones. 

Si calentás la comida en recipientes de plástico, tenés que saber que los ftalatos –un grupo de productos quími­cos industriales utilizados para la fabricación de plástico para hacerlo más flexible o resistente– se desprenden y los comemos sin darnos cuenta. Se ha demostrado que el con­sumo de estos productos químicos puede alterar nuestro sistema hormonal. 

Por eso, elegí el vidrio. Si vas a usar el microondas, calentá tus alimentos en recipientes de vidrio o hacelo en la cocina de tu casa y transportalos en recipientes térmicos de acero inoxidable para mantener la temperatura y evitar ingerir ciertos productos químicos industriales utilizados para la fabricación de plástico.

4. Tocarse la cara. La gente se toca la cara un promedio de cuatro a cinco veces por hora. ¿Puede ser un problema? Sí, sin duda. 

Un escritorio de oficina alberga cientos de veces más bacterias por centímetro cuadrado que los asientos de los inodoros de tu trabajo. Por eso, cuando apoyás las manos sobre una superficie tan llena de bacterias y luego las lle­vás al rostro, esto incrementa la probabilidad de que puedas contagiarte algún virus que esté deambulando. 

Entonces, es sumamente importante que te acuerdes de lavarte las manos con regularidad. (…)

Tampoco te olvides de mantener un espacio de trabajo ordenado y limpio. Así, en el caso de no poder evitar tocarte la cara, disminuís la posibilidad de estar en contacto con una gran cantidad de bacterias y microbios.

5. Comer snacks en tu escritorio. ¿Sos de comer snacks o galletitas cuando estás en el tra­bajo? ¿Lo hacés en el escritorio? (…) Investigadores de la Universidad de Liverpool encon­traron que las personas que comen comidas o meriendas mientras están distraídas consumen más calorías y eso tiene efectos y consecuencias en la salud. Es importante que las comidas sean lo suficientemente abundantes como para paliar el hambre y que incluyan los nutrientes necesarios para toda la jornada. 

Evitá rodearte de snacks poco saludables. Reemplazarlos por frutas, un yogurt o frutos secos. Cuando tomes infusio­nes, sustituí el azúcar con edulcorantes orgánicos o miel. Ojo, que la miel tiene las mismas calorías que el azúcar, pero es más saludable.

*Autor de Pequeños grandes cambios. Editorial Grijalbo. (Fragmento).