Las tendencias actuales pueden llevar a priorizar o incluso abandonar ciertos alimentos en favor de otros, por lo que es crucial destacar las características nutricionales que ofrece la leche fresca. Aunque existen alternativas, ningún alimento iguala su versatilidad.
La leche fresca no solo es una fuente rica y natural de nutrientes esenciales, sino que también es sumamente versátil en su uso culinario. Desde acompañar nuestro desayuno hasta ser un ingrediente esencial en la elaboración de diversos platos, la leche fresca se integra fácilmente en nuestra rutina diaria.
¿Qué le aportas a tu cuerpo cada vez que tomás un vaso de leche fresca?
La leche fresca es una fuente excelente de nutrientes esenciales. Contiene proteínas de alta calidad con todos los aminoácidos necesarios para formar y mantener tejidos y órganos. Proporciona calcio con alta biodisponibilidad, fundamental para la formación y mantenimiento de huesos y dientes. También aporta fósforo, vitamina D, vitamina A, riboflavina (B2), y vitamina B12. Estos nutrientes contribuyen a la salud ósea, el sistema inmune, la piel, los ojos, el metabolismo energético, y el sistema nervioso.
Su consumo está recomendado por las Guías Alimentarias para la Población Argentina, ya que es reconocido como una fuente de alta calidad nutricional, aportando vitaminas A, D, B6, B9 y B12, además de minerales como el calcio y el fósforo.
Quizás lo más familiar y escuchado, es que la leche fresca contribuye a formar huesos en niños y adultos. Si bien está establecido desde hace tiempo que la ingesta de leche fresca contribuye a formar el esqueleto, la ciencia continúa avanzando y cada vez más trabajos refuerzan cómo la leche fresca, por su aporte de nutrientes único, contribuye con el desarrollo de la masa ósea.
Nutrición: el aporte del calcio y las proteínas en las diferentes etapas de la vida
- Embarazo y lactancia: en este período, las necesidades nutricionales aumentan para apoyar el crecimiento y desarrollo de los tejidos maternos y fetales. El calcio es esencial para el crecimiento óseo fetal y protege la densidad ósea materna. Las proteínas lácteas proporcionan aminoácidos necesarios para formar tejidos.
- Niños (preescolar y escolar): una nutrición adecuada es fundamental para el estado nutricional y el ritmo de crecimiento. Las proteínas ayudan al desarrollo y recuperación de órganos y tejidos, mientras que el calcio contribuye a la formación de huesos y dientes sanos.
- Adolescentes: durante la adolescencia, se forma más de la mitad de la masa ósea total. Los huesos crecen y adquieren consistencia. La leche fresca proporciona proteínas de alta calidad y calcio, esenciales para el rápido crecimiento y alcanzar el pico de masa ósea.
- Adultos: una alimentación saludable que incluya leche fresca a diario ayuda a reducir el riesgo de enfermedades como diabetes 2, enfermedad coronaria e hipertensión. La leche aporta proteínas de buena calidad para mantener la masa muscular y calcio para mantener huesos y dientes fuertes.
- Adulto mayor: es crucial proteger la salud ósea y muscular para prevenir osteoporosis y sarcopenia. La leche fresca es un alimento completo que aporta proteínas para el mantenimiento muscular y nutrientes necesarios para el remodelamiento óseo postmenopáusico.
La leche fresca contiene proteínas de alta calidad que aportan aminoácidos esenciales, fundamentales para el cuerpo. Las proteínas del suero ayudan en la recuperación y construcción muscular tras el ejercicio, mientras que la caseína promueve la saciedad y el mantenimiento del peso. Además, estas proteínas y las vitaminas A y D refuerzan el sistema inmune. La leche fresca también es rica en vitaminas del complejo B, que optimizan el metabolismo.
Si bien existen otros alimentos que contienen nutrientes similares, la leche fresca se destaca por su capacidad única de proporcionarlos todos en un solo vaso, facilitando así un equilibrio entre sabor, costo y nutrición. Es un alimento importante de una alimentación saludable y estilo de vida activo.