Hay una idea que me ronda desde que Argentina ganó el Mundial de Qatar. Tiene que ver con las dos últimas selecciones campeonas del mundo, la del 86 con Maradona y la de 2022 con Messi. Se trata, por supuesto, de una teoría incomprobable, sin pruebas tangibles, una interpretación que se sostiene con lo que pudimos ver durante los partidos. Ahí va, entonces, la hipótesis: en México los jugadores decían: “Vamos que Diego nos va a sacar campeones”, mientras que en Qatar decían: “Vamos que tenemos que sacar campeón a Leo”.
La devoción que esta joven generación de jugadores tiene por Messi explica todo. Una cosa es que el mejor jugador del mundo sea un compañero, pero la ecuación cambia cuando el que tenés al lado es tu ídolo. Y ahí entra Scaloni: logró que esa fascinación se convirtiera en un objetivo. Cuando un equipo alcanza eso, es invencible.
Esa revelación que me inquietó en el Mundial de Qatar me terminó de cerrar en la final de la Copa América. La entrega que demostró el equipo, y mucho más cuando Leo salió lesionado, es parte de ese pacto tácito: tenemos que sacarlo campeón.
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Rodrigo de Paul, uno de los jugadores más cercanos a Messi, hace un par de días confesó algo conmovedor: “Cuando salió Leo lo enfocaron en la pantalla en el momento en que estaba llorando y esas imágenes las vimos en la cancha. En general, en la pantalla marcan el tiempo, es atípico que muestren eso. Se generó un griterío total y nosotros lo vimos. Ahí dijimos ‘es por él’. Quedaba poco, uno estaba cansado. Ya el plan de partido queda un poco en segundo plano. Siento que ahí fue por él”.
Esta Selección se explica no solo por la presencia de Messi. Quiero decir: no solo por las maravillas que puede hacer cada vez que encara con la pelota en los pies. Esta Selección también se explica en lo que Messi impulsa en sus compañeros, esa pulsión que los lleva a dejar la vida en la cancha.
La inquietud que me genera esta teoría tiene que ver con qué pasará cuando Messi ya no esté. De qué manera estos jugadores se acomodarán ante la ausencia del ídolo. Pero para eso todavía falta. Antes habrá partidos por Eliminatorias y la Finalissima con España. Y ahí todavía estará Leo, rodeado de sus incondicionales.
