1 - La vergüenza
Spreen. Podríamos preguntarnos si el verdadero vendehumo es Iván Buhajeruk, conocido como Spreen, el streamer más masivo del país, o quienes tuvieron la idea de convocarlo para vender humo en Deportivo Riestra. El chancho o el que le da de comer. Como sea, la estrategia de marketing de Riestra sirvió para advertir el tiempo que vivimos: da más visibilidad poner a un gamer un minuto en un partido de la Liga Profesional (o incluirlo en el álbum de figuritas oficial) que el laburo cotidiano de todo el plantel de Riestra, que hizo una campaña impensada. Por suerte, después salieron a cuestionar el hecho Lionel Scaloni, los jugadores de la Selección y otros referentes. Y la AFA amagó con abrir una causa en el Tribunal de Ética.
2 - El papelón
Sacar los descensos. Ya no había pandemia, un argumento más o menos que podría ser entendible para sacarlos. No solo eso: era octubre y se estaba por jugar la fecha 18 de la Liga Profesional, que entraba en su etapa final. El mapa de la pelea por la permanencia estaba más o menos claro. Y ahí, la AFA anunció que se suspendían los descensos porque en 2025 el torneo iba a tener 30 equipos. El Frankenstein que alguna vez armó Julio Grondona y que nunca se terminó de desarticular del todo ahora volvía a foja cero. La AFA de Tapia se empeña en ganar enemigos, en perder debates más o menos racionales y –lo más grave de todo– darles letra a quienes se oponen a los clubes y quieren instalar las SAD en el fútbol argentino. Hasta Sebastián Domínguez, técnico de Tigre y uno de los que peleaban el descenso, dijo que era una vergüenza.
3 - La decepción
Bover. Millones de dólares en refuerzos de élite, muchos de ellos jugadores mundialistas. Un exitismo al palo que hizo que renunciaran sus entrenadores y que vinieran viejos conocidos para asegurar, supuestamente, algún triunfo resonante. Sin embargo, ni Marcelo Gallardo en River ni Fernando Gago en Boca lograron algo muy distinto a sus antecesores. El 2024 será recordado como el año en que ni Boca ni River pelearon los torneos. Toda una moraleja para el fútbol y para la vida: la plata no garantiza la felicidad.
4 - El robo
Riestra con 12. ¿Hay acaso una foto más simbólica para evidenciar el ayudín permanente que esta? Casi seguro que no. Bueno, y eso pasó con Riestra, uno de los equipos más ayudados por árbitros y la AFA. Porque está claro que esa vez, contra Sarmiento en el Bajo Flores, fue un error o una distracción de 30 segundos del juez Facundo Tello. Pero justo pasó con Riestra. Y eso ya parecía el colmo.
5 - El olvidado
Maligno Torres. De repente, la Argentina se enteró de que había un deporte, o una competencia, que era con la bici pero que consiste en hacer piruetas y acrobacias. Todos empezamos a fantasear con la idea de agarrar una bicicross y seguir los pasos del Maligno Torres, ese hombrecito que casi nadie conocía hasta junio, pero que nos emocionó con la primera medalla de oro de la delegación argentina en los Juegos Olímpicos de París 2024. Sin embargo, unos meses después, entre el fútbol y el fenómeno de Franco Colapinto en la Fórmula 1, el Maligno quedó diluido entre clicks, algoritmos y el olvido de la sociedad informativa. A tal punto que el Círculo de Periodistas Deportivos, que otorga los históricos Premios Olimpia, no le otorgó el Oro.
6 - La frase
Bielsa antiimperialista. Solo hay que copiar y pegar. Pero antes aclarar algo: el técnico de la selección de Uruguay, Marcelo Bielsa, dijo esto en Estados Unidos, en la Copa América que había organizado ese país. “Estados Unidos, cuando sintió que sus intereses estaban siendo atacados, creó el Fifagate con el FBI. Hicieron lo que hicieron, pero era por sus intereses. Acá no pasó nada, esto fue una fiesta extraordinaria. Estadios llenos, competitividad, buenos arbitrajes. Lo que no se puede seguir engañando es que las canchas están perfectas”, declaró. Y siguió: “Como esto afecta a los organizadores, no hay que decir una palabra. A Scaloni le dijeron ‘ya hablaste una vez, no hables más’ porque si no vamos a pagar las consecuencias. Los jugadores no pueden hablar. Todos amenazados. Lo único que tienen que hacer es decir cometimos tales errores, somos los responsables y nos hacemos cargo. Se terminó”.
7 - El amague
Los Pumas. Somos injustos, lo sabemos. Porque Los Pumas hicieron un campañón este año. Les ganaron por tercera vez en la historia a los All Blacks, le ganaron las dos veces que jugaron contra Australia y llegaron a la última fecha del Rugby Championship con posibilidades de ser campeones por primera vez. Perdieron contra la poderosa Sudáfrica, vigente campeona del mundo. Y como este es un antianuario, un repaso un poco mala onda, nos quedamos con ese vaso medio vacío. O un amague, otro más en su historia.
8 - La sarasa
El “interés” del Chelsea en Argentina. “Está la voluntad manifestada de querer comprar Boca, Racing, Estudiantes, Newell’s o Lanús. Es dinero rápido. Si los socios de esos clubes no quieren, seguirán con el esquema actual”, dice el presidente Javier Milei. Luego, un influencer británico, valiéndose de esa declaración o deseo, cuenta que el Chelsea está interesado en seis clubes del fútbol argentino. Eso lo replica la agencia Reuters o luego cientos de medios y sitios web. Todo llega al paroxismo cuando la ministra Bullrich pone como ejemplo del cambio de paradigma nacional el interés del “Chel-se-a”. La noticia, que en realidad era mentira, ya había logrado su objetivo.
9 - El incoherente
Verón y el tatuaje del Che. En su brazo derecho, el ídolo y presidente de Estudiantes tiene tatuado al Che Guevara, algo que no coincide con su aceitada relación con el presidente Milei, con quien conversa sobre los términos y condiciones del desembarco de capitales extranjeros al club.
10 - El antihéroe
Costas. Habla mal, es algo torpe para moverse, algunos jugadores lo miraron de reojo durante todo el año y la dirigencia amagó con echarlo por su método de entrenamiento. Sin embargo, sobre el final del año, con la consagración de su Racing en la Copa Sudamericana, Costas conquistó a todos.