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Norita Cortiñas, una luchadora con la 10 en la espalda que apoyó el fútbol feminista

No por nada decían que era “la Madre de todas las batallas”. Nora Cortiñas, integrante de Madres de Plaza de Mayo-Línea fundadora, también eligió el fútbol como ámbito de lucha. Apoyó a las jugadoras que se animaron a plantarse en reclamo por sus derechos y también participó de actos vinculados a los derechos humanos en distintos clubes. Como gran homenaje, desde hace siete años un equipo lleva su nombre: el Norita Fútbol Club, una institución con una comisión directiva integrada solo por mujeres. Norita falleció este jueves. Se fue una referente. El fútbol también la va a extrañar.

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Postales. Norita en Banfield, Norita en Temperley, Norita en su club. Una luchadora incansable que se vinculó al fútbol. | cedoc

La 10 es de ella. Mirala, si le queda pintada. Por algo es “la Madre de todas las batallas”. La del fútbol también, claro, cómo no iba a apoyar a las pibas que se plantaron y reclamaron por sus derechos para jugar a la pelota.

Es que estuvo en todas, no se privó de sostener cada causa noble que la convocaba. Por eso, cuando se arme el equipo de las indispensables, que la camiseta con el 10 en la espalda sea la de ella.

Y después la retiramos para siempre, que no la pueda usar nadie más. Como hacen en la NBA, ¿viste? Norita Cortiñas merece ese homenaje.

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La lucha de Norita fue inabarcable. Ahí donde había un reclamo, ella estaba; donde se protestaba por una injusticia, ella participaba; donde se exigía alguna reivindicación, ella ponía el cuerpo. Y el fútbol no fue ajeno a su lucha. Participó del acto de restitución de carnets a socios desaparecidos de Banfield, presentó su biografía en el club Temperley, se sumó a una marcha por la liberación de Higui, una futbolista que por defenderse de una violación provocó la muerte de uno de los atacantes. Y, por supuesto, inspiró la creación del club que lleva su nombre.

Hincha del Norita. Es octubre de 2019 y Banfield va a restituir los carnets de sus socios desaparecidos. Al acto, que organizaron en el estadio, está invitada Norita. Como es jueves, la pasan a buscar después de la ronda por Plaza de Mayo. Allá va Cherco Smietniansky, uno de los impulsores del evento. En el viaje hablan de fútbol, por supuesto. Y en medio de la charla Norita confiesa, casi como si pidiera disculpas:

—Mi marido, Carlos, jugó en Los Andes, por eso es un club al que le tengo mucho cariño.

Norita sabe que ahí hay una intensa rivalidad barrial, que Banfield y Los Andes son dos protagonistas de un clásico histórico. Cherco, temeroso ante la posibilidad de escuchar una respuesta indeseable, se anima a preguntar:

—¿Pero vos de qué cuadro sos?

—Yo tenía un equipo de fútbol, pero ahora soy hincha del Norita Fútbol Club.

El Norita. Cuando las quince pibas se juntaron para armar el equipo, allá por 2017, la tuvieron de inspiración. Ellas sabían que querían jugar al fútbol, pero también que la pelota iba a ser el vehículo para levantar las banderas de la lucha feminista, de los derechos humanos y para impulsar acciones sociales. Ahí donde las pibas miraban, aparecía ella. No hizo falta debatirlo: el equipo se iba a llamar Norita Fútbol Club. Y con el nombre apareció el eslogan: “Llevamos en los botines revolución”.

Desde entonces el Norita participa de la Liga Nosotras Jugamos. Camiseta celeste, una V roja en el pecho y el escudo con la cara de la mujer que inspiró todo. La entrenadora es Betty García, pionera del fútbol femenino en el país e integrante del equipo que disputó el Mundial de México en 1971.

Hace dos años el equipo se convirtió en club. En el acto de la formalización de la institución, Norita firmó el acta fundacional como presidenta honoraria. Tamara Haber, flamante presidenta, le dijo: 

“Hace cinco años empezamos a jugar en un espacio público, después nos anotamos en un torneo. Y el nombre de Norita fue el primero que apareció y tuvo el consenso de todas las compañeras, porque vos estabas en todos los lugares donde nosotras queríamos estar y apoyaste las causas que queríamos apoyar. Tu figura nos inspira para jugar dentro de la cancha. Llevamos con orgullo tu nombre en la camiseta”.

Muy emocionada, la referente de Madres de Plaza de Mayo respondió: “En nombre de los 30 mil, mujeres y varones, y para que los pibes que fueron apropiados encuentren su verdadera identidad cuánto antes”.

Un día de esta semana que nadie querrá recordar a una hora que es mejor olvidar se fue “la Madre de todas las batallas”. El fútbol también la va a extrañar.