La inspección de urgencia que realizó ayer por la mañana la Justicia en el estadio Libertadores de América-Ricardo Enrique Bochini derivó en una decisión que se demoró y que hasta el cierre de esta edición no estaba confirmada, aunque distintas versiones coincidían que el partido de hoy ante Rosario Central se va a disputar con aforo reducido en las tribunas de las dos cabeceras.
La Justicia ordenó que se realice una inspección de urgencia al estadio de Independiente, de la que participaron representantes del Ministerio de Seguridad de Buenos Aires, Defensa Civil, Municipalidad de Avellaneda y el arquitecto del club, Alejandro Castro.
Según informaron fuentes a Noticias Argentinas, en esta misma recorrida supervisora, las autoridades determinaron en principio que el estadio podía ser habilitado para el encuentro ante Rosario Central.Pero la decisión final quedó en manos de la Justicia.
Las dificultades comenzaron durante dos partidos de Copa Argentina, los que jugaron Vélez-San Lorenzo y Huracán-Argentinos Juniors. Los hinchas del Fortín y del Globo difundieron videos de desplazamiento y separación de los escalones en las cabeceras Pavoni Baja y Santoro Baja.
Estas imágenes despertaron la preocupación de todo Independiente, pero desde el club la semana pasada le restaron importancia al estado del estadio y sostuvieron que “ambas cabeceras bajas del estadio están construidas con bloques premoldeados que tienen movimiento y oscilación” y que “el desplazamiento se produjo porque se soltaron las soldaduras correspondientes”.
El arquitecto del estadio Alejandro Castro desestimó el peligro de derrumbe, afirmó que no hubo fisuras o fracturas pero admitió que no era la primera vez que sucedía.