No deja de ser gracioso ver cómo los medios y programas deportivos macristas (los de La Red, Mitre, etc., etc., etc.) que básicamente no tienen otra razón de ser que la de dedicarse día a día a limar la gestión de Riquelme en Boca (digamos que su gestión fue tan errática que muchas veces parece limarse a sí mismo), no deja de ser gracioso, decía, ver cómo ahora se suben a la festichola de despedida del crack, para no quedar afuera de asunto. Por supuesto que le buscan el pelo al huevo, entonces se quejan si Riquelme prohíbe los fotógrafos (yo creo que a esta altura lo que habría que prohibir es el periodismo, pero no es éste el espacio para desarrollar la idea), anuncian “las particularidades” (dicho de modo peyorativo) del evento, que básicamente consisten en que el Grupo Clarín, ESPN y otros por el estilo se quedaron sin el negocio. En fin. Para nosotros, la historia pasa por ver a Messi y a Riquelme darse unos pases, más un grupo de jugadores jubilados que se mantienen en buena forma y que van a estirar las piernas un rato en la Bombonera corriendo –o trotando– detrás de la pelota (lástima que no pueda estar Palermo. Pero cuando hace unos meses, dirigiendo a Platense, fue a la cancha de Boca, fue emocionante el “Muchas gracias Palermo/muchas gracias Palermo”, cantado durante los 90 minutos de uno de los pocos partidos del año que Boca jugó más o menos bien).
Hay ya una historia de los grandes partidos de despedida/homenaje (que incluye también al de Maxi Rodríguez, él también un jugadorazo, también con Messi en cancha). Como todo lo que pasó por él, la más grande fue la de Maradona, en la que jugó con… ¡La 10 de Riquelme! (la ingratitud de Riquelme con Maradona me resultó siempre insoportable). Fue el 10 de noviembre del 2001, mientras el país, casi como ahora, explotaba. ¿Qué jugadores vinieron? ¡Ya ni nos acordamos! Recordamos, en cambio, y casi de memoria, su discurso, el de “la pelota no se mancha”. Sin embargo, estuvieron Matthäus, Cantona, Valderrama, Recoba, Francescoli. Y Riquelme, el Patrón Bermúdez, Ayala, Samuel, Aimar y Basile en el banco, que de nuevo van a estar ahora. Con que la de Riquelme sea la mitad de emocionante que la de Maradona, ya la haría inolvidable. Dicen que la despedida de Alonso también fue emocionante, no la vi y no tengo ningún recuerdo (la memoria es así, selectiva). Bochini tuvo también un tardío partido-homenaje, pero no me animaría a escribir en este suplemento y en este diario sobre Independiente. ¿Kempes tuvo partido de despedida? Me alegra mucho las publicidades institucionales de la AFA sobre los tres Mundiales ganados, en la que Kempes ocupa un lugar en el podio, junto con Messi y Maradona. A veces, pienso que Kempes no tiene el reconocimiento que se merece, siendo que fue un megacrack. Víctor Hugo Morales muchas veces llamó a Caniggia “el eslabón perdido” entre Maradona y los demás. Para mí ese lugar es el de Kempes. En todo caso, recuerdo que en 1995 se organizó un Central-Newell’s, en un aún más tardío homenaje a Kempes, pero el partido se suspendió antes del final por desmanes en la hinchada de Newell’s.