Hay algo que estos Juegos Olímpicos de París 2024 vinieron a homologar: al menos en fútbol –y quizás eso se extienda a otros deportes–, el duelo entre Argentina y Francia ya puede ser clasificado como clásico internacional. La pica, la bronca y la rivalidad después de la final más épica en la historia de los Mundiales, en Qatar, creó las condiciones. Y todo lo que vino después lo potenció. Ayer, en Burdeos, la masa de hinchas azules, blancos y rojos hicieron sentir el rigor de esta nueva rivalidad. El resultado, esta vez, fue para Francia. El equipo de Thierry Henry venció 1-0 al de Javier Mascherano y llegó a la semifinal.
El delantero Jean-Philippe Mateta, con un cabezazo tempranero a los cinco minutos, sentenció el esperado duelo de cierre de los cuartos de final de los Juegos Olímpicos, que terminó con empujones, insultos y forcejeos entre jugadores, asistentes e hinchas: digamos que bien lejos del supuesto espíritu olímpico.
Los hinchas tampoco ayudaron a descomprimir. Las 42 mil personas que colmaron el estadio de Burdeos mantuvieron viva la rivalidad al insultar a los albicelestes desde que salieron al campo a calentar, y luego subieron la temperatura al silbar el himno argentino.
Silbidos. La situación ya había sucedido en los partidos previos, probablemente por causa del cántico -calificado de racista y homófobo- de los jugadores contra Mbappé y sus pares galos durante la celebración del título de la reciente Copa América de Estados Unidos.
Y, por supuesto, por el golpe causado en la final del Mundial de Qatar 2022, ganado por Lionel Messi y compañía frente a Mbappé y Antoine Griezmann. Todos ausentes ayer en Burdeos.
Comandada por ‘Titi’ Henry, luego de obtener un puntaje perfecto en el Grupo A, Francia puso las condiciones desde el arranque de un partido en el que se fundió con sus compatriotas en las tribunas: había un clima hostil y un aliento impropio de la supuesta compostura francesa.
El capitán Alexandre Lacazette, Mateta y el extremo Michael Olise enloquecieron a la defensa alineada por Mascherano, a la que vulneraron varias veces, algunas por arriba y otras por abajo.
La Selección de Mascherano, que pasó segunda del Grupo B, donde ya había exhibido un fútbol defectuoso, pudo emparejar con un remate de Ezequiel Fernández (29) y una clarísima de Giuliano Simeone (36), pero se le interpuso el arquero Guillaume Restes o la mala puntería.
“Me voy con tristeza, obviamente, creo que merecimos mucho más de lo que nos llevamos y bueno, nada, el fútbol tiene estas cosas. Lamentablemente hoy la pelota no quiso entrar y nos tenemos que ir”, declaró luego Mascherano en la zona mixta.
Durante el transcurso del partido hubo calma en Burdeos, adonde llegaron pocos hinchas argentinos, expectantes por poder sumar su tercer metal dorado (Atenas 2004 y Pekín 2008, con Masche como jugador), pero la presión fue aumentando con el pasar de los minutos, hasta que en el final, luego de los forcejeos y empujones en el campo, los jugadores de Francia fueron a festejar al codo donde estaban los albicelestes, en otra muestra de una rivalidad que probablemente siga creciendo en la medida que se repitan los duelos entre estos dos equipos.
Ahora, Francia va camino hacia su segundo oro, tras el obtenido en Los Ángeles 1984.
Los gestos de Millot que “incitaron al odio”
El francés Enzo Millot le hizo gestos obscenos al banco de suplentes de Argentina en los festejos del partido que su seleccionado ganó por 1 a 0 en los cuartos de final de los Juegos Olímpicos.
El atacante se paró frente a sus colegas argentinos una vez consumado el encuentro y con una sonrisa en su rostro hizo gestos que causaron malestar en el equipo argentino, que se agrupó para recriminarle al francés su accionar, pero los demás se metieron para evitar que el enfrentamiento pasara a mayores.
Nicolás Otamendi, Leandro Brey y Lucas Beltrán fueron los tres argentinos que encabezaron la respuesta ante Millot y se cruzaron con los franceses en una gresca que involucró a los dos planteles casi por completo.
Por otro lado, el arquero Gerónimo Rulli se trenzó en una discusión con el lateral izquierdo Kiliann Sildillia por sus provocaciones en el entretiempo, cuando Francia ya ganaba por 1 a 0 en Burdeos.
Este momento no pasó por alto para el árbitro uzbeco Ilgiz Tantashev, ya que una vez que los argentinos corrieron por el túnel hacia los vestuarios tras la bataola, y los locales regresaron a celebrar con sus hinchas, expulsó a Millot por los gestos realizados que “incitaron al odio”, con lo que se perderá la semifinal ante Egipto.
