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El último baile de Rafael Nadal sobre el polvo de ladrillo de Roland Garros

El español buscará hoy su 14º Grand Slam de Francia ante el noruego Casper Ruud, en lo que puede ser su adiós del estadio Philippe-Chatrier, donde forjó su leyenda desde 2005. “Prefiero perder la final y tener un pie nuevo, porque un pie nuevo me permitiría ser más feliz”, confesó esta semana. El joven Ruud, que jugará su primera final en uno de los cuatro principales torneos, se formó como tenista en la Rafa Nadal Academy, donde jugó contra Rafa algunos sets de entrenamiento. “Siempre me ha ganado, pero era porque quería ser educado”, bromeó. La final empieza a las 10 de la Argentina.

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Héroe. Nadal marcó una época del tenis, en simultáneo con el suizo Roger Federer y el serbio Novak Djokovic. La especialidad de Rafa siempre fue el polvo de ladrillo. | afp

Puede ser el último baile. El último sobre el polvo de ladrillo parisino, la superficie sobre la que se hizo legendario, la que lo llevó a lo más alto de la historia y que probablemente le manche su ropa hoy (desde las 10 de la Argentina), ya sea por alegría o por tristeza. Nadie lo puede asegurar –ni él mismo–, pero Rafael Nadal protagonizará hoy un día con aspiraciones de hito para la historia del tenis: puede ser su última participación en Roland Garros, el Grand Slam que ganó 13 veces, la primera en 2005 –cuando tenía apenas 19 años– y la última en 2020.

Ahora, todo parece un adiós, aunque el mismo Nadal no quiera parecer terminante. Lo esbozó esta semana: “En ningún momento tengo la intención de que parezca una despedida. Lo que pasa es que hay una realidad. Nosotros seguiremos trabajando para buscar soluciones a lo que ocurre aquí abajo (en el pie). Yo confío y espero poder volver. Lo que pasa es que falta un año y es evidente que estos últimos meses están siendo difíciles”.

Las lesiones y el desgaste son la consecuencia de una década y media de un despliegue físico fuera de lo normal. “Prefiero perder la final y tener un pie nuevo, porque un pie nuevo me permitiría ser más feliz en mi vida”, confesó antes de esta final.

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Rafa talló su condición de imbatible en polvo de ladrillo a fuerza de esmerilar sus huesos y articulaciones. Y su leyenda está ahí. Quizás para dimensionarla haya que buscar en el archivos de sus grandes rivalidades con Novak Djokovic y Roger Federer, siempre cargadas de respeto. 

“Si quieres ganarle a Rafa en su terreno, tienes que jugar tu mejor tenis. Esta noche di mi mejor tenis. Ha sido un privilegio estar en la pista con Rafa para este partido increíble”, declaró Djokovic el 11 de junio de 2021 después de su victoria en semifinales de Roland Garros. A pesar de que se trataba del número uno del ranking en ese momento, ese resultado constituyó toda una novedad: Nadal había perdido en París. Esta semana, Rafa se tomó revancha y le ganó en otro partido para la antología.  

“Rafael es un jugador tan fantástico que cada vez que gano un Grand Slam me digo: tomo esto como ventaja antes de que los gane todos”, dijo Federer en 2005 después de la final del Master 1000 de Miami. Eran sus primeros años en el circuito, pero Federer ya sabía lo que iba a lograr Nadal. Como siempre sucede con el suizo, no se equivocó. 

Enfrente. El rival será una novedad y también una metáfora: el joven noruego Casper Ruud se forjó como tenista en la Rafa Nadal Academy, donde ha pasado temporadas para perfeccionar su juego, sobre todo en superficies lentas. Casper, cuyo entrenador es su padre Christian, intentará quedarse con su primer torneo Grand Slam luego de construir dos semanas impecables, las mejores de su carrera, con victorias sucesivas sobre el francés Jo Wilfried Tsonga (297), el finlandés Emil Ruusuvuori (61), el italiano Lorenzo Sonego (31), el polaco Hubert Hurkacz (13), el danés Holger Rune (40) y en semifinales el croata Marin Cilic (23).

Fue justamente después del encuentro con Cilic que Ruud recordó aquellos partidos formativos en la academia de Nadal. “Siempre me ha ganado, pero era porque quería ser educado”, bromeó Ruud en conferencia de prensa. Más en serio, el noruego agregó: “Creo que he visto todas sus finales aquí, y las ha ganado todas, por lo que parece imposible ganarle, aunque daré todo lo mejor de mí... como hicieron los otros trece que perdieron antes que yo”. En ese tendal de subcampeones que dejó Nadal en el estadio central Philippe-Chatrier está, también, el tamaño de su grandeza.