En un mes y medio, el Club Atlético Boca Juniors pasó por dos momentos que marcaron una etapa difícil de su historia. Fue en 1984. Primero, el 8 de julio, el episodio del fibrón. En un partido contra Atlanta, el equipo improvisó unas camisetas blancas a las que con un marcador les tuvieron que escribir unos números que se fueron desdibujando con el paso de los minutos. Y el 21 de agosto, hace exactamente 40 años, fue la noche su peor derrota internacional: el 1-9 frente al Barcelona, por la Copa Gamper. Un "desastre" deportivo mucho más recordado que la inmediata revancha: al día siguiente el Xeneize le ganó el tercer puesto al Aston Villa, en el primer partido entre un equipo argentino y uno inglés después de la Guerra de Malvinas.
En 1984 Boca pasaba por una crisis económica e institucional grave. En ese contexto el equipo transitaba los partidos de la Copa Gamper. Aquella vez llegó a Barcelona con cansancio acumulado, casi si dormir. En los 6 días anteriores había jugado dos veces. El miércoles 15 de agosto Boca venció 3 a 1 a Estudiantes. Fue en la cancha de Vélez, porque la Bombonera estaba clausurada. Unas 48 horas después, el club de la ribera goleó 6 a 0 a Unión de Simoca, en un amistoso en Tucumán. Y en la noche del 21 de agosto el equipo estaba en el Camp Nou para enfrentar a un Barça que, si bien no era el que sería años más tarde, era un equipo fuerte y, sobre todo, descansado.
A Boca lo dirigía el brasileño Dino Sani y en el primer tramo del partido parecía que aguantaba, al menos en el resultado. Pero dos goles seguidos (de Alesanco a los 29 minutos y de Archibald a los 31) cambiaron el panorama.
Boca se fue "sólo" 3 a 0 en el entretiempo, pero la segunda parte el vendaval local fue tremendo: otra vez Archibald y Alesanco, Calderé, Schuster, Carrasco, Esteban y Marcos marcaron la diferencia enorme. Cuando Barcelona ganaba 7 a 0, el uruguayo Fernando Morena marcó, de penal un gol al que era difícil llamarlo de "descuento" o de "consuelo".
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Una revancha al día siguiente
Un día después de la derrota lapidaria ante el Barcelona, el 22 de agosto, Boca pareció mejor adaptado a las circunstancias y en el partido por el tercer puesto de la copa le ganó 2 a 0 al Aston Villa, con goles de Carlos Mendoza y otra vez de Morena. El triunfo fue meritorio porque el rival no era para nada menor: había sido campeón de Europa dos años antes.
Pero además era el primer partido entre un equipo argentino y uno inglés después de Malvinas y entonces tenía un condimento especial. Cuentan que el DT intentó "desmalvinizar" el momento, al decirles a los jugadores que no trasladaran "una guerra al campo de juego".
Años más tarde, Roberto Passucci, referente y enérgico futbolista boquense que había sido expulsado en el partido con Barcelona, dijo que entre los jugadores la bronca estaba y las ganas de ganarles a los ingleses eran especiales.
La incursión europea de Boca fue un poco tortuosa. El club necesitaba dinero y para eso tenía que hacer amistosos. Pasucci contó en 2018 a La Nación que el plantel estuvo varado 10 días en Italia, al suspenderse un partido contra el Genoa. Terminaron jugando con el Torino."Estábamos en Europa, a la espera de que alguien organice un partido para poder jugar y cobrar. Desprolijo por donde lo mires".
LT
