Quizá no esté de más repetirlo: cierto tipo de libros son imposibles de reseñar. Probablemente, porque reclamen del lector una actitud que se encuentra en las antípodas de toda actividad creadora o polémica: la del respeto. La literatura autobiográfica puede ser, en algunos casos, víctima de aquel acatamiento; aunque, a decir verdad, los grandes libros (cualquiera sea el género que profesen) generan respeto, claro que sí, pero por sus atributos formales; por el modo, en última instancia, en que una historia (o una vida) sabe ser contada.
En el caso de Antes que nada, la autobiografía del escritor Martín Caparrós, se ponen en juego una cantidad considerable de elementos, pero sobre todo uno que pulsa la tecla de la sensibilidad. A saber: en 2022 fue diagnosticado con ELA, la devastadora enfermedad autoinmune, y solo a partir de ella tuvo, finalmente (y luego de resolver una serie de tensiones internas), deseos de escribir un libro como este, de más de 600 páginas.
Memorias, en plural, afirma el escritor: que si la singular es el espacio de acumulación “donde se almacena lo que supuestamente fue”, las otras se reconocen como recurso y artificio para organizar una vida y montar, dentro de las convenciones del género, “un personaje interesante”. Antes que nada está, literalmente, atravesada por el ELA en la medida en que los capítulos autobiográficos se intercalan con el presente –enfermo– desde el que el autor reflexiona sobre sí mismo a partir de su acuciante situación.
La vida de Caparrós ha sido vertiginosa y privilegiada. Hijo de un matrimonio de clase media acomodada (psicoanalistas e intelectuales comprometidos), gracias a los contactos del padre (quien supo ser un niño madrileño en la Guerra Civil española) se codeó con personalidades de todo tipo, incluido el mismísimo Perón en su residencia exiliada de Puerta de Hierro. Niño y lector precoz, consumía a los 10 años Pasajes de la guerra revolucionaria, del Che, como una novela de aventuras; estudiante del elitista Colegio Nacional, presenció, como jovencísimo militante, la tragedia de Ezeiza. Antes de exiliarse en Francia, ingresó en el diario montonero Noticias, en cuya redacción conoció a Rodolfo Walsh y comprendió, por primera vez con Operación Masacre, que había otro modo de narrar la realidad. A todo esto, no contaba, todavía, con 20 años. A criterio del interesado lector quedará por averiguar el vasto resto de una vida intensa en escritura, amores, viajes y droga.
Con la publicación del libro surgieron ciertas voces, algunas escandalizadas, otras sencillamente chismosas, que no hicieron más que subrayar –con sorna o sorpresa– el encuentro sexual que Caparrós tuvo con Juan José Saer a fines de los 70. Lo cierto es que frente a un libro como Antes que nada, demorarse en este simple hecho (que, por otra parte, ocupa menos de dos carillas) habla de una miopía torpe y banal, como alborotarse por una errata detectada en un delicado pergamino medieval.
Antes que nada
Autor: Martín Caparrós
Género: autobiografía
Otras obras del autor: A quien corresponda; Ñamérica; Lacrónica; Todo por la patria; Ahorita; El hambre; Contra el cambio; El interior; Sarmiento; Valfierno; El tercer cuerpo; Larga distancia; Amor y anarquía; No velas a tus muertos; Bingo!; La guerra moderna; Ansay o los infortunios de la gloria
Editorial: Random House, $ 32.000